"Debería alegrarle saber que esta obra de arte es al menos apreciada por su nuevo propietario". (Thrawn)
Kanan medita mientras el gran lobo blanco lo observa y parece estar conectado con él. Ezra lo interrumpe y el Jedi le dice que quiere que sea él quien organice y lidere la operación de rescate de Hera. El joven se niega en un primer momento, pero termina aceptando el encargo cuando su maestro afirma estar sentimentalmente demasiado implicado para ser objetivo y eficaz.
En su despacho la gobernadora Pryce disfruta torturando a Hera y lanza descargas eléctricass sobre ella antes incluso de preguntarle nada. El Gran Almirante la interrumpe y, tras mostrar a Syundulla el kalikori familiar que le quitó, muestra su aprecio por la pieza y le pide que comparta con él su significado. Hera se niega y le responde que es indigno de sostenerlo, pero Thrwan la sorprende diciendo que cree que ha entendido su significado y, mostrándole las cuentas, afirma que cada una es un recuerdo importante para ella.
El Gran Almirante señala una de las piezas y afirma que debe ser un recuerdo agridulce ya que está seguro que se corresponde con el recuerdo de un hermano que murió joven. Hera se muestra contrariada por su acierto y le responde que no es digno de sostener, ni de entender, el kalikori de su clan. Thrawn se disculpa, afirma que lo más probable en que con ella acabe el legado familiar y asegura que debería estar agradecida de que el objeto tenga un nuevo propietario que sabe apreciarlo. Dicho esto se despide de ella dejando que Pryce continúe con la tortura.

Thrawn dialogando con Hera
Usando la Fuerza Ezra descubre que Hera está en las dependencias que Pryce tiene en la gran cúpula y traza un plan para llegar hasta ella. La idea, que entusiasma a Sabine, pero que no convence a Zeb, consiste en crear unos planeadores e infiltrarse en las instalaciones imperiales mezclándose con los murciélagos de Lothal que pululan por la zona del vertedero y todos se ponen manos a la obra.
Cuando los tres planeadores están listos aparece Kanan que se ha afeitado la barba y se ha cortado el pelo y la coleta y se sube a uno de los aparatos. Sabine y Ezra, vestidos con trajes de pilotos imperiales, se suben a los otros dos aparatos que remontan el vuelo impulsados por una moto jet que pilota Zeb mientras Chopper sostiene una cuerda que actúa como umbilical. Cuando los aparatos tienen suficiente altura Sabine suelta la cuerda y los tres se alejan hacia las instalaciones imperiales mientras el grandullón les desea que tengan suerte.
Thrawn, que está a bordo de su destructor estelar en órbita sobre Lothal, recibe un holomensaje de Tarkin. El Gran Moff le comunica que su proyecto para fabricar el Defensor TIE va a perder financiación porque el director Orson Krennic ha convencido al Emperador de que su proyecto "Stardust" tiene más valor. Tarkin afirma que Krennic lleva años malgastando presupuesto sin ofrecer resultados y le comunica que ha conseguido que el Emperador lo reciba para que pueda defender su proyecto. Thrawn agradece el apoyo del Moff y, tras cortar la comunicación, informa a Pryce que debe partir de inmediato hacia Corustcant y deja la zona con un rápido salto hiperespacial.
Los tres planeadores aterrizan sin problemas en un nivel superior y Kanna le dice a su alumno que lo ha servido ese día y lo servirá en el futuro. El joven, que no entiende a que se refiere, se infiltra en las instalaciones con Sabine para robar una nave mientras Kanan desciende con unas ventosas magnéticas hasta el despacho de Pryce para salvar a su compañera presa.
Pryce usa una sonda de interrogación para inyectar en Syundulla un suero de la verdad, pero cuando este empieza a actuar debe dejar la estancia porque Rukh, el asesino que trabaja para Thrawn, quiere hablar con ella. Aprovechando su salida Kanan entra en el despacho y, tras inutilizar la sonda y deshacerse de dos soldados de asalto, entrega a su compañera el kalikori que ha recogido para ella, se la carga en los hombres huye de allí trepando por el muro.

La general Syndulla siendo sometida a la inyección de la sonda de interrogación
La Gobernadora regresa con Rukh que le acaba de informar de que pese a no haber visto nada extraño ha notado el olor de los rebeldes, pero para entonces ya es evidente que hay una operación de liberación en marcha. El noghri capta enseguida el rastro y trepa por el muro tras el Jedi y su compañera Pryce activa la alarma y ordena un bloqueo total de las instalaciones.
Los dos jóvenes llegan al hangar principal cuando todas la naves están respondiendo a la alarma y Sabine, tras noquear al piloto de una patrullera y lo sustituye como piloto. Ezra por su parte sube a la bodega y se coloca junto a los soldados de asalto que ya están embarcados en ella y de los que tarde o temprano sabe que tendrá que desembarazarse.
Kanan llega con Hera hasta la plataforma donde dejaron los planeadores y a los pocos segundos Rukh lo alcanza. Ambos se enfrentan y, aunque el Jedi pierde su sable, que cae al vacío, consigue empujar con la Fuerza al asesino que cae también por el muro. Varios miembros de las Tropas de la Muerte llegan a la zona y disparan sobre ellos desde una posición elevada de modo que Hera toma uno de los planeadores y, tras pedir a Kanan que se suba con ella, se lanza al vacío.
El plan no termina de salir bien y cuando el planeador es alcanzado en una de sus alas deben descender sobre la zona de los depósitos de combustible. Rukh, que ha conseguido salvar la vida al agarrarse de una cornisa, los ve y avisa a Pryce que ordena a varios caminantes que comanda que se dirijan a la zona indicada por el asesino.
Tras aterrizar abruptamente en la zona de los depósitos Kanan comunica con sus amigos, les dice que ya tiene a Hera y les pide que los recojan en lo alto del depósito central. Los dos jóvenes se deshacen de los soldados de asalto con un giro brusco que los hace caer, acaban con las otras dos patrulleras que los acompañan y van a recoger a sus amigos.

Kanan conteniendo la explosión con la Fuerza
Hera le dice a Kanan que lo quiere justo antes de que sus amigos lleguen, pero cuando están a punto de embarcar Pryce ordena que se dispare sobre el depósito y sus hombres, no sin dudas, así lo hacen. El impacto sobre el depósito hace que estalle en llamas y Kanan en lugar de embarcar se queda en la cima conteniendo las llamas con la Fuerza. Hera intenta correr hasta él, pero el Jedi usa la Fuerza para empujarla al interior de la patrullera y gasta la energía que le queda para empujar esta fuera del radio de acción de la explosión.
La explosión acaba con la vida del Jedi llenado el rostro de sus amigos de lágrimas y dando sentido a la frase que no mucho antes le había dedicado a su alumno "Te he servido hoy y te serviré en el futuro". Si, el Jedi conocía que moriría ese día y lo había asumido sin dramas por un bien mayor.
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