"¿Dónde está ese fuego y esa pasión que su gente necesita?" (Saw Guerrera)
Acabada su labor en Mandalore Kanan, Ezra, Chopper y Sabine se dirigen a Yavin IV para reunirse con Hera, Rex y Zeb. Al llegar a la base son recibidos a pie de pista por el fortachón lasat y por el antiguo comandante clon que se ofrecen a enseñarles el lugar mientras esperan el regreso de Hera, que está cumpliendo una misión de ataque con el escuadrón Fenix.
Zeb les comenta que en el selvático enclave se han reunido muchas células rebeldes, pero les aclara que su número es aun muy escaso para combatir al Imperio en una guerra abierta. Justo en ese instante regresa el escuadrón de Alas-Y de Hera y, aunque todas las naves están dañadas, consiguen hacer aterrizajes forzosos que se cierran sin víctimas personales pero con grandes daños para los cazas.
Sabine, Ezra, Kanan y Chopper llegan a la base de Yavin IV
Hera habla con Wedge y con el resto de jóvenes que han participado en la misión y aunque estos se disculpan por el fracaso del ataque la twi'lek les hace ver que no ha sido por su culpa sino porque al llegar a su destino los Imperiales les estaban esperando.
Tras hablar con sus pilotos Hera se encuentra con la grata sorpresa de que todos sus compañeros, incluso Sabine, han regresado pero apenas tiene tiempo de hablar con ellos porque aparece Kallus y les pide que todos se reúnan con Mon Mothma.
En la reunión, Bail Organa, que asiste vía holotransmisión, les informa que el Imperio reacciona tan rápido gracias a que han colocado un gran transmisor en Jalindi. Eso confirma lo que día antes les había dicho Saw Guerrera y aunque muchos rechazan que obtenga su información torturando a los prisioneros todos creen que hay que hacer algo de inmediato.
La primera opción que se pone sobre la mesa es su destrucción de la antena sin embargo Kallus sugiere piratear la antena para usar la información que maneja el Imperio contra el propio Imperio. Hera ofrece a su grupo para la misión y Mon Mothma la autoriza sin embargo Ezra protesta ya que la rebelión prometió ayudar a Ryder y al resto de combatientes de su planeta natal Lothal.
Mon Mothma pide hablar a solas con el joven y, tras decirle que su propio mundo, Chandrila, está en tantos o más apuros que Lothal, le hace ver que no pueden guiarse por el corazón. Hay cientos de mundos en problemas y la ayuda a otros es más prioritaria tanto por su situación como por su valor estratégico. Aunque al joven no le gusta la respuesta acepta la lógica del planteamiento y se marcha.
Terminada la charla con la senadora Ezra se reúne con Kanan que, con la noche ya cerniéndose sobre Yavin IV está meditando en el exterior. Su maestro le insta a unirse a él y a confesarle que le preocupa. El joven le dice que además de estar preocupado por no poder ayudar a su pueblo no tiene claro si las tácticas de Saw Guerrera son tan malas como todos creen o si son justo lo que se necesita para ganar al Imperio.
Su maestro le hace ver que el modo de ganar y es tan importante como la victoria y como si todo estuviese preparado en ese mismo momento una unidad astromecánica que deambula por el exterior emite una trasmisión de Saw Guerrea. El líder rebelde, tras afirmar que la antena Imperial debe ser destruida en lugar de intentar usarla, insta a los hombres y mujeres de Yavin IV a dejar de seguir los pulcros métodos de Mon Mothma y a empezar a actuar como lo hacen él y sus hombres, sin reglas y sin piedad.
Un técnico sugiere a Mon Mothma que se corte la comunicación, pero esta se niega y habla con Guerrera que no solo no rebaja la virulencia de su mensaje sino que, tras preguntarle dónde está su fuego, termina con un contundente “Espero, senadora, que cuando pierdan y el Imperio gobierne la Galaxia sin oposición encuentre consuelo sabiendo que ha luchado siguiendo las normas.“.
Mientras viajan hacia Jalindi Hera repasa el plan con su tripulación. Ezra, Sabine y Chopper saltarán sobre la antena, que está situada en lo alto de una de las altas torres de piedra del planeta y, tras colocar un repetidor, serán recogidos en la parte baja de la misma. Si todo sale bien el Imperio no se enterará de nada y la rebelión podrá tener información sensible de gran valor.
Ni Sabine ni Ezra terminan de ver bien el plan ya que preferirían la destrucción del ingenio y, aunque Hera defiende la solución elegida como la más útil, cuando está a solas con Kanan le confiesa que, tras las pérdidas sufridas en sus últimas misiones, también ella desearía poder hacer daño al Imperio.
Al llegar a la zona los dos jóvenes y el androide saltan sobre la antena y proceden a su intercepción pero la mala fortuna se ceba con ellos y al pincharla también se hacen también momentáneamente con las comunicaciones de la instalación justo en el momento en el que un crucero imperial llega y pide permiso e instrucciones para amarrar.
Sabine y Ezra se lanza sobre la antena de comunicaciones Imperial en Jalindi
Ezra toma la iniciativa y comunica con el crucero haciéndose pasar por uno de los controladores, pero el comandante del crucero nota que algo va mal y le exige que se identifique. El joven afirma ser el Comandante Brom Titus y su interlocutor le contesta que eso es imposible ya que él es el Comandante Titus.
Sin poder creerse la mala suerte que han tenido Sabine y Ezra, que saben que ya sólo pueden destruir la antena, corren por ella esquivando a los soldados de asalto que salen a buscarlos y lanzan detonadores temporizados mientras esperan a ser recogidos por sus compañeros.
El crucero además de abrir fuego con sus cañones lanza contra la Fantasma dos cazas TIE Defensores que, al disponer de escudos deflectores, son difíciles de derribar. Kanan busca una solución y pide a Hera que meta la nave entre la niebla pidiéndole que no se preocupe por la falta de visibilidad ya que él se encarga de guiarla usando la Fuerza para que no choque con las torres de piedra.
Mientras tratan de desembarazarse de los dos cazas Saw Guerrera llega a la zona con uno de sus cazas Ala-U y, tras cuasar daños en el crucero en su primera pasada, para junto a la antena, lanza sobre ella potentes explosivos y recoge a los dos jóvenes y al androide.
La antena imperial es destruida y con ella cae la nave del comandante Titus.
Cuando las cargas explotan la torre de comunicaciones es destruida y con ella el crucero. La nave de Saw y la Fantasma, que acaba de destruir a sus perseguidores, salen del planeta tan rápido como pueden. Hera quiere recuperar a sus compañeros cuanto antes, pero la llegada de un Destructor Imperial lo impide y Saw se marcha con los dos jóvenes a los que promete devolver sanos y sanos y habiéndoles mostrado como se combate de verdad al Imperio.
Hera ve alejarse a sus amigos y aunque Kanan trata de animarla diciéndole que estarán a salvo esta le contesta que no le preocupa tanto a dónde van a ir sino con quién van a ir.
|
