"Cada error supone la pérdida de un miembro. La espada nunca descansa" (Kanan)
Al ver que Sabine parece no prestar ninguna atención al Sable Oscuro pese a que este parece ser muy importante para su pueblo, Kanan decide hablar con Fenn Rau al que pregunta por el objeto. El mandaloreano le cuenta que el sable, único de su clase, fue creado hace miles de años por Tarre Vizsla el primero de su pueblo que formo parte de la Orden Jedi.
Rau le explica también que tras al muerte de Tarre los Jedi guardaron el arma en el Templo de Coruscant donde permaneció hasta que muchos años más tarde miembros del clan Vizsla lo robaron y lo usaron para unificar su pueblo y gobernarlo. Desde ese día la espada es un símbolo importante para el clan Vizsla que además es respetado por el resto de casas.
Kanan no entiende como siendo algo tan importante para su pueblo el sable es dejado de lado por su amiga y Rau le dice que cree que la razón es que la joven no quiere asumir la responsabilidad que implica ya que siendo una Vizsla y empuñándolo podría levantar un ejército en Mandalore que estaría bajo sus órdenes y cumpliría todo lo que dispusiera.
Tras la charla la tripulación de la nave Fantasma se reúne y Kanan pide a Sabine que aprenda a manejar el sable y que acepte usarlo para dirigir a su pueblo. La joven se niega diciendo que no es popular ni entre los suyos ni entre su familia y añade que ahora su verdadera familia son ellos. Hera, que es en quien más confía la joven, se suma a la petición de Kanan y le pide que acepte ya que si consiguen un gran ejército mandaloreano podrán atacar Lothal.
Sabine acepta a regañadientes tanto el sable como la petición que le hace Kanan para que le deje que la entrene porque, aunque es una gran luchadora, no está acostumbrada al manejo de sables y tener cierta pericia en su uso será algo que necesite para superar los retos que le lanzarán los miembros de los clanes.

Sabine empuña el Sable Oscuro y acepta entrenarse en su manejo
(Marcados en el mamparo se pueden ver los soldados de asalto que han liquidado)
Kanan, Sabine y Ezra montan un campamento lejos de la base para entrenar sin distracciones. Una vez instalados el Jedi coge una espada de madera hecha con un palo, entrega otra a la joven y le pide que luche contra él para ver que nivel tiene. Sabine ataca a su amigo que la esquiva con facilidad y le propina varios golpes que hacen que la joven caiga y que el Jedi le ponga la espada en la garganta y le diga: "Cada error supone la pérdida de un miembro. La espada nunca descansa".
El Jedi concluye que hay que empezar desde el principio de modo que le pide a Ezra que le enseñe a Sabine las formas básicas y el joven practica con ella durante varios días. Hera, preocupada por Sabine, contacta con Kanan para que le informe de sus progresos y este le dice que el proceso es lento ya que quiere hacer las cosas de forma distinta a como las hizo con Ezra. La Twi'lek pregunta si trata a Sabine de forma distinta porque no puede usar la Fuerza y el Jedi le responde que todos los seres pueden usarla y que el problema no es la Fuerza sino que la joven está en conflicto interior y que es tan hermética que es imposible llegar a ella.
Rau lleva al campamento de entrenamiento con provisiones y aprovecha para hablar con Sabine a la que entrega dos guanteletes mandaloreanos diseñados para combatir contra los Jedi y que incorporan entre otras herramientas una soga energética de agarre, dardos paralizantes y un repulsor con el que puede empujar.
Sabine, que acababa de ser derrotada por Ezra, vuelve a retar a su joven amigo y gracias a los guanteletes consigue desarmarlo. La joven ríe alborozada y cuando Kanan se enfada con ella lo reta a luchar y antes de que pueda moverse lo rodea con una soga que lanza desde su guantelete. Kanan activa su sable de luz, corta la soga, derrota a la joven y, tras recordarle que su pueblo fue derrotado por los Jedi, le dice que esos trucos solo le funcionarán de vez en cuando y que lo único que salvará su vida es el entrenamiento.

Sabine consigue derrotar a Ezra y esboza una sonrisa
Sabine, enfadada se levanta y se aleja del campamento. Ezra sale tras ella y cuando la alcanza la joven le confiesa que su familia la considera una traidora y que tiene miedo de enfrentarse a ellos. El joven la deja sola, pero al despedirse le responde "Al menos tu tienes padres con los que volver" algo que hace que la madaloreana se enfade consigo misma por la falta de tacto y que propine una patada a una piedra (La piedra ese en realidad el ser Bendu que cuando ella se aleja alza la cabeza y la mira preocupado).
Hera vuelve a comunicar con Kanan comprobando que este cree que dejar que la joven empuñe el sable oscuro en lugar de un palo es peligroso ya que está en conflicto y no ha encontrado su equilibrio interior. La Twi'lek, que sabe por experiencia propia lo que es que la familia no confíe en uno, le dice que la joven ya está herida y le pide que la deje luchar con el arma y que sea ella misma la que encuentre el equilibrio.
Esa misma noche cuando la joven regresa Kanan le entrega el Sable Oscuro diciéndole que es suyo y le pide que lo encienda. La joven activa el sable y lo primero nota es lo mucho que pesa. El Jedi le dice que la energía fluye constantemente del cristal y que lo que hace más que blandir un arma es dirigir una fuente de poder. Tras una pausa Kanan añade que tanto sus pensamientos como sus acciones se convierten en energía y que fluyen a través del cristal y se incorporan a la hoja.
Kanan activa su sable de luz, pide a la joven que realice un bloque alto y la ataca. Las hojas se juntan y chisporrotean y el Jedi, tras decirle que los sables se atraen, le indica que el Sable Oscuro es viejo y pesado, pero también muy poderoso y le sugiere que respete su fuerza.
El Jedi enseña a Sabine una serie con 5 bloqueos y la ataca cada vez más rápido. La joven frena bien las primeras series, pero en cuanto el ritmo se acelera es desarmada por su oponente. La furia se apodera de Sabine que ataca con ira al Jedi que la esquiva con facilidad y la acusa de no luchar contra él sino contra si misma y además de ir perdiendo.
Sabine se emplea aun con más virulencia, pero sin ningún éxito y Kanan le sugiere que debería desistir. La mandaloreana grita que ella jamás se rinde y sigue luchando, pero el Jedi le pregunta si acaso no es verdad que huyo del Imperio y de su gente. Ella responde que eso es mentira y grita que todo lo que hizo lo hizo precisamente por su gente.
Mientras sigue luchando Sabine explica que cuando estuvo en la academia imperial ayudó a crear armas terribles que luego fueron empleadas contra su pueblo, contra sus amigos contra su familia. "Ayudé a esclavizar a mi pueblo ¡Quería detenerlo! ¡ Tenía que hacerlo! ¡Así que di un paso adelante!. Tomé una decisión para salvarlos. Para salvarlos a todos, pero cuando lo hice mi familia no me apoyó. Eligieron al Imperio. Me abandonaron. No me dejaron otra opción." grita y derriba a Kanan tras lo cual apaga el arma y rompe a llorar.

Rau, Ezra y Kanan se arrodillan ante Sabine para mostrarle que están con ella
Kanan le dice que su familia y su pueblo están en una prisión que ellos mismo levantaron y afirma que ella debe ayudarlos a dejarla. "¿Cómo? ¿Por qué van a seguirme?" pregunta ella y Rau primero y Ezra después se arrodillan y le dicen que ellos la seguirán. Kanan, también arrodillado le indica que tiene por delante un camino que dependerá sólo de ella y añade: "Pero ten presente una cosa. Esta familia estará a tu lado sin importar el camino que elijas".
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