"Los rebeldes han ganado esta batalla, pero la guerra será nuestra." (Thrawn)
Siguiendo órdenes de sus superiores el Agente Kallus, al mando de una pequeña flota, envía cápsulas con androides para que investiguen distintos sistemas estelares en busca de los rebeldes. Una de las cápsulas cae sobre Atollon y cuando su ocupante ve naves en la lejanía y decide acercarse para echar un vistazo. En cuanto da unos pasos el androide es atacado por un grupo de arácnidos y lo único que puede retransmitir es un escueto “Encuentro con hostiles”.
El mensaje del androide, que no ha llegado a enviar su localización, llega hasta el Destructor y uno de los capitanes se lo comunica a Kallus y le pregunta si quiere que lo investiguen. El Agente le responde que no puede molestar a sus superiores por cada pequeña anomalía y le ordena que espere una rotación entera y si para entonces no hay noticias actuarán.

EXD-9 a su llegada a Atollon
En la base de Atollon Hera inicia una nueva misión con sus compañeros, pero decide dejar a Zeb, que es el encargado de la seguridad, como máximo responsable del asentamiento para que lo proteja durante su ausencia. El Lasat acepta el mandato de mala gana y cuando sus amigos se marchan decide combatir el tedio ocupándose de comprobar junto a chopper la caída de un objeto que ha sido registrado por los radares.
Zeb llega hasta la zona de impacto penando que debe tratarse de un meteorito, pero lo que encuentra son varias arañas muertas y un androide inutilizado que no tiene el aspecto de los androides imperiales. El lasat carga con el androide y lo lleva hasta la base donde pregunta a AP-5, que está haciendo el inventario, si reconoce el modelo.
AP-5 afirma que por el aspecto debe tratarse de un viejo modelo de androide de protocolo y aunque está dañado cree que puede reactivarlo si le suministra energía. Cuando así lo hace y el androide regresa a la vida, pero como según el mismo dice, con los bancos de memoria dañados. El androide echa un vistazo a su alrededor y empieza a identificar y catalogar todos los objetos y seres con rapidez y sin error de modo que AP-5 pide a Zeb que lo deje a su cuidado como ayudante.
Zeb deja que el androide se quede con AP-5 y acude al centro de mando para atender un mensaje de Fulcrum (Kallus) que acaba de llegar. El mensaje comunica a los rebeldes que los imperiales han mandado androides de combate camuflados como androides de protocolo para buscarlos, que uno de ellos se ha perdido y que si en una rotación sigue sin contactar el imperio irán a buscarlo.
El lasat,al identificar al androide como el ingenio que han recogido regresa al almacén tan rápido como puedo, pero al llegar este ya ha recuperado la memoria y tras decir “Base Rebelde localizada” se identifica como androide imperial infiltrado EXD-9, despliega sus armas ocultas y los ataca.

EXD-9 en su configuración de combate
El androide es un experto en combate, pero Zeb consigue alcanzarlo con varios disparos y cuando uno de ellos le arranca una mano sale huyendo y se esconde. La perdida del miembro también le hace perder líquido hidráulico y Zeb, Chopper y AP-5 deciden seguir su rastro.
Las machas de líquido terminan junto al cuerpo destrozado de una unidad astromecánica y eso deja claro que EXD-9 se está autoreparando. Zeb pide a Chopper que escanee la zona pero la señal del androide imperial es muy baja y no puede localizarla aunque AP-5 asegura que no puede andar muy lejos ya que necesitará más energía.
Al oír a su mecánico amigo Zeb traza un plan según el cual Chopper hará de cebo y atraerá a EXD-9 hasta ellos para que pueda dispararle. AP-5 rechaza el plan ya que la zona está llena de armamento de modo que el lasat lo modifica y afirma que en lugar de disparar sobre el androide imperial lo retendrá para que AP-5 lo pueda desconectar.
El plan se pone en marcha y aunque a Zeb le cuesta más de lo esperado y casi pierde la vida en el intento, consigue retener a EXD-9 y AP-5 lo desconecta. Las buenas noticias son que el androide no ha contactado con el imperio y las malas que al ser desconectado se ha iniciado una cuenta atrás de 20 segundos tras la cual el androide explotará y, de no hacer algo, toda la base con él.
Chopper congela el pecho del androide con una de sus herramientas y aunque eso detiene la cuenta atrás hay que buscar una solución. Siguiendo instrucciones de Zeb AP-5 comprueba si puede borrar la memoria del androide y pronto comprueba que es imposible. EXD-9 va a explotar si o sí, pero puede hacerlo en otro momento y en otra lugar de modo que el lasat pide a AP-5 que reprograme la secuencia de autodestrucción para que se reanude cuando EXD-9 regrese con los imperiales de modo que si tiene suerte todos o parte del resto de infiltrados caerán con EXD-9 y eso impedirá que sepan cual era el androide que perdió contacto y con ello dónde está la base.
Cuando AP-5 termina su trabajo activan a EXD-9 que regresa a su nave para contactar con el imperio. Zeb destruye su antena comunicadora para que no pueda hacerlo y entonce el androide regresa con la cápsula al Destructor Estelar junto al resto de unidades y cuando los operarios lo conectan explota.

El Gran Almirante Thrawn y el agente Kallus ante un mapa estelar
Tras el desastre Kallus se reúne con Thrawn que parece haberse tomado muy bien lo sucedido y que no hayan podido saber cual de los androides fue el que explotó. El gran almirante le dice que el incidente aclara mucho e incluso puede considerarse una victoria ya que ha reducido la búsqueda de los rebeldes a tan solo 49 sistemas, los 49 destinos de los infiltrados.
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