"No sabéis hasta qué punto vuestra presencia alegra el viejo corazón de este pirata" (Hondo)
Aunque nadie confía en Hondo Ohnaka la insistencia de Ezra hace que el grupo se reúna con el pirata que ha contactado con el joven afirmando que tiene un lucrativo negocio para todos. A ningún tripulante de la Fantasma le cae bien Hondo, menos desde que los dejó tirados y a su suerte en una estación Imperial, pero la gota que colma el baso de su paciencia la pone que el pirata aparece junto a un nuevo asociado que resulta ser Azmoriga.
Nadie, y menos Hera que durante unas horas fue esclava de Azmoriga, quiere negociar con eso dos tipejos y solo cuando Hondo afirma que podrían conseguir las bombas de protones que tanto necesitan aceptan escucharle. Hondo les relata entonces que ha descubierto un carguero Imperial atrapado y abandonado en el planeta Wynkhthu.El pirata cree que la nave, tras acercase demasiado al planeta, quedó atrapada por una gran tormenta que la arrastra de forma irremisible hasta su centro y por ende a su destrucción y dado que no hay rastro de las cápsulas de escape esta convencido de que ha sido abandonada.
Hondo les indica que deben apresurarse ya que es cuestión de horas que la nave se pierda para siempre sin embargo cuando se le pregunta dónde está su tripulación de ughnaughts y por qué no ha realizado el mismo la operación se limita a decir que ya no están con él y que esa es una historia larga y aburrida.

Hondo explica ante un mapa la posición y el estado del carguero Imperial
Azmoriga lee el manifiesto del carguero y se acuerda que Hera y su grupo se quedarán con las bombas de protones y él y Hondo con el resto de la rica carga. Nadie se fía de Hondo salvo Ezra, que parece no querer ver que el pirata no ha sido, ni será, un amigo de verdad, pero aceptan el trato y dan un salto hiperespacial hasta allí.
Cuando llegan a Wynkhthu comprueban que el carguero ya está casi en el centro de la furiosa espiral y que unirse a él con la Fantasma es imposible de modo que Hera, que se quedará en el nave con Kanan, acerca esta cuanto puede al carguero y el resto del grupo salta a él.
Durante el viaje AP-5, que trabajó en naves similares, ha trazado un plan con Zeb que es nombrado jefe del grupo pese a la oposición de Ezra. A ambos les acompañaran Sabine, Chopper, Hondo y Azmoriga quien, pese a sus problemas de peso y movilidad no está dispuesto a perder de vista a su nuevo y poco fiable asociado.
Tras saltar al carguero el grupo accede a la nave por una escotilla y antes de que puedan dar la luz son atacados por alguien. Para sorpresa de todos se trata de Melch uno de los ugnaught que trabajaba para Hondo de modo que este se ve obligado a revelar que el carguero no quedó atrapado sino que fue él y su tripulación quienes lo atacaron. El pirata confiesa que el plan no salió como espera y que tuvo que dejar a su tripulación en el carguero y, preocupado por su bienestar, buscar ayuda para rescatarlos.

Melch se lanza sobre Hondo y lo agrade por haberlo dejado abandonado
Nadie, y menos Melch, cree que Hondo se preocupase por los suyos, pero dejan de lado sus mentiras y se centran en obtener la carga que ansían. Así pues el grupo sigue su camino y llega hasta el hangar principal donde se almacena la carga. Allí, tras abrir el gran portón lanzan un par de cabrestantes hasta la Fantasma y empiezan a subir la carga.
Hondo quiere que lo primero en ser trasladado sea su botín, pero Zeb se niega y aclara que no se subirá nada a la Fantasma hasta que todas las bombas de protones sean transvasadas. Tras unos minutos cargando las bombas Ezra se da cuanta de que hace tiempo que no se va a Azmoriga y pide a Zeb que le deje ir a buscarlo. El lasat se niega y, tras ordenarle que siga con la carga de las bombas, va él en persona a buscarlo.
Azrmoriga ha sido descubierto y detenido por un androide centinela y Zeb, que también se topa con él, corre la misma suerte que el orondo criminal y acaba encerrado en la celda de al lado. Viendo que su amigo tarda Ezra y Chopper salen en su búsqueda y cuando lo localizan en la celda lo liberan a él y a Azmoriga.
Cuando todos regresan al hangar el grupo se topa con el centinela y aunque Zeb ordena que se oculten y se queden en silencio Azmoriga pierde los nervios y, tras quitarle la pistola blaster a Ezra, dispara contra el androide destruyéndolo. Azmoriga no puede creerse lo valiente que ha sido, pero AP-5 desde la Fantasma les dice que han cometido el peor de los errores ya que la destrucción de un centinela activa a todos los que están en reposo en el carguero.

Los androides centinela Imperiales atacando al grupo de Zeb
Perseguidos por un nutrido grupo de centinelas todos regresan al hangar y mientras los contienen como pueden usan los cabrestantes para regresar a la Fantasma. Nadie ve a Melch, pero la situación es tan apurada que se marchan mientras tiene oportunidad eso si Hondo no la hace sin llevarse al menos uno de los contenedores.
Ya a salvo en la Fantasma Hondo abre el contenedor para comprobar que su botín compensará tanto esfuerzo y Azmoriga le recuerda que la mitad del contenido es suyo. Dentro no hay nada salvo Melch que se ocultó allí por temor a que su jefe lo abandonase de nuevo y, aunque Hondo trata de fingir que se alegra de verlo sano y salvo y que el tesoro no le importaba, todos, esta vez incluso Ezra, ven que es un mentiroso al que nadie, salvo el mismo, le importa un carajo.
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