"Jamás te he culpado por lo que pasó. No te culpes tú" (Kanan a Ezra)
Kanan y Ezra viajan al encuentro de un crucero rebelde y mientras lo hacen el joven pregunta por el Holocrón Sith. Su maestro se limita a repetir que está a buen recaudo y, aunque el joven arguye que lo necesita porque contiene secretos que podrían serles útiles, el Jedi le recuerda que casi lo destruye y le insta a no insistir.
Al llegar al punto acordado descubren que el crucero que les debía esperar ha sido destruido y flota inerte y ambos suben abordo para intentar averiguar que ha ocurrido. Kanan percibe un ruido y al seguirlo descubren que son los pitidos de una unidad astromecánica que está pidiendo auxilio para un miembro de la tripulación que agoniza. El Jedi, incorporándolo para que pueda hablar, le pregunta que ha pasado y el tripulante solo acierta a decir que alguien con un sable rojo los atacó y exigió información sobre la nave Fantasma.
Kanan y su alumno regresan a la nave y el Jedi comunica ví holomensaje con Hera que está en la Fantasma con el resto del grupo vía para decirle que alguien, tal vez un inquisidor Imperial, va tras ellos y que deben estar alerta. Hera le responde que ya es tarde para eso y la proyección holográfica queda ocupada por Darth Maul que les muestra que tiene a toda la tripulación cautiva.
Maul muestra a Kanan y a Ezra que ha capturado a sus amigos.
Ezra llama traidor a Maul y este, tras asegurar que no lo traicionó a él sino a sus amigos le asegura que a él jamás lo traicionara. El antiguo Sith es claro en sus exigencias y afirma que matará al grupo si no le entregan el Holocrón Sith. Kanan acepta el trato, pero pide tiempo asegurándole que no lleva consigo el artefacto. Maul se lo concede fijando un punto de encuentro, pero añade una exigencia más, también quiere que le entregue el Holocrón Jedi. Kanan acepta, pero cuando cortan la comunicación abronca a su alumno por haber revelado a Maul la existencia del artefacto Jedi. Ezra, cabizbajo se limita a decir "se lo conté cuando creía que era mi amigo".
Maul, al que la Fuerza sirve bien, no tarda en descubrir que la Fantasma es algo más que una nave, es el hogar de ese grupo rebelde y mientras los dos androides que lo asisten encañonan al resto del grupo ordena a Hera que le muestre los camarotes que hay en la cubierta inferior. Uno a uno la piloto y el zabrak recorren los aposentos hasta que Maul detecta cual es el de Kanan. "Triste y aburrida como todas la habitaciones de los Jedi" sentencia Maul y sondea con la Fuerza a Hera descubriendo que fue idea suya reclutar al aprendiz y que el Holocrón que robó el joven está escondido en uno de los cajones inferiores. "No ha sido tan difícil ¿verdad?" dice tras hacerse con el preciado objeto. Con todo lo que más preocupa a Hera es que Maul sabe que el verdadero nombre de Kanan es Caleb Dume.
Maul lee la mente de Hera usando la Fuerza.
Mientra Maul se encierra sólo e intenta abrir el holocrón Jedi sin éxito Hera, Sabine, Chopper y Zeb consiguen liberarse y destruyen los androides que los vigilan. Deben trazar un plan sólido para acabar con el zabrak y Sabine propone usar la única desventaja que tienen, las piernas de su rival son cibernéticas.
El plan, sencillo, consiste en atraerlo hasta la bodega para acto seguido magnetizar esta y aunque su truco tiene éxito cuando Maul queda colgado del techo y le disparan este consigue desviar varios disparos con su sable destruyendo el control y desmagnetizando el espacio. Libre de su atadura Maul derrota al grupo con facilidad y alzando su voz grita "No os mataré mientras me seáis de utilidad".
Darth Maul, pegado al techo, se defiende con facilidad y derrota a los rebeldes.
De regreso en Atollon el Jedi y su alumno usan una moto jet para llegar hasta la planicie en la que Kanan se encontró con el Bendu y lo llama varias veces sin que este aparezca. La criatura, que los vigila de cerca, rompe sin que lo vean el batidor eléctrico que Ezra ha traído y cuando lo hace las arañas los rodean amenazantes. El joven activa su sable de luz y, aunque su maestro insiste en que no lo necesita y que la arañas solo le harán daño si muestra su miedo y su ira, este no les hace caso y lo esgrime enfureciendo aun más a las criaturas.
Las arañas que están avanzando cada vez más salen de pronto despavoridas y el Bendu surge de la tierra preguntando que desean. Kanan y Ezra le cuentan lo sucedido y el Bendu les responde que Maul no es un nombre que conozca como servidor del Lado Oscuro, pero si afirma saber lo que pretende ya que si quiere los dos Holocrones solo puede ser para unirlos. Ezra pregunta que se conseguiría con ello ya que según todo lo que sabe los holocrones son tan solo bibliotecas de conocimiento y el Bendu le responde que son mucho más que eso y que si alguien los juntos, y eso lo sabe porque ya lo ha visto antes, tendrá una claridad de visión muy superior a la que corresponde a la especie humana. Con ese poder cualquier secreto, sabiduría o destino podrá verse a través de la Fuerza y con tales verdades ocultas Maul podrá traer el Caos.
El joven, tras escuchar al Bendu pregunta si les dará el Holocrón y este, tras afirma que el objeto crea un gran desequilibrio entre maestro y alumno, señala al entrada de unas galerías subterráneas indicando que está allí a buen recaudo, pero sosteniendo que no será fácil encontrarlo ya que el lugar tiene infinitos pasadizos.
Kanan aguza el odio, despliega la Fuera y al escuchar un ruido lejano con sus sentidos aumentados asegura que siguiéndolo podrian llegar hasta el objeto. El Jedi pide a su alumno que confíe en él y se interne en la cueva siguiendo las indicaciones que le dará por el comunicador y este lo hace aunque se niega a dejar su sable como le pida. La negativa importa poco a Kanan que le quita el arma usando la Fuerza.
El Jedi guía a su alumno quien, al toparse con una araña, es víctima del pánico y trasmite su miedo a esta que le ataca rompiendo el comunicador. Alarmado por la pérdida de contacto Kanan deja su sable y el de su alumno al cuidado del Bendu y entra en la cueva llegando hasta Ezra y usando la Fuerza para calmar a los arácnidos.
El joven no puede creerse lo que ve y pregunta como consigue controlar a las arañas cuando él, que siempre ha podido controlar todo suerte de bestias, no lo consigue. Kanan le responde que ha cambiado tras perder la vista y al oírlo su alumno abatido, baja la cabeza y, compungido, le pide perdón por todo lo que sucedió en Malachor. “Jamás te he culpado por lo que pasó. No te culpes tú” responde Kanan que se sorprende cuando su alumno lo abraza con fuerza.
Ambos siguen su camino, encuentran el holocrón en el centro de un gran nido de arañas, lo cogen y salen desplegando la Fuerza para calmarlas. Una vez fuera el Bendu los recibe con alegría afirmando que ha detectado que el equilibrio entre ambos se ha recuperado. El ser les da también dos avisos importantes, uno es que Maul no podrá abrir el Holocrón Jedi, el otro es que uno de ellos si lo hará. Sin aclarar cual de los dos será el ser les insta a que hagan lo que sea necesario, pero les advierte que si acceden al poder de la fusión de los Holocrones pagarán un alto precio ya que una vez que se conoce el poder no puede ser ocultado.
Ezra y Kanan usan la Fuerza para alcanzar el holocrón Sith
Kanan y Ezra dejan Atollon y, usando A-Wing acuden al punto de encuentro, una pequeña base abandonada en una zona repleta de asteroides. Lo hacen sin un plan previsto y con una sola indicación por parte del maestro Jedi a su alumno que mantenga la calma y que no deje que Maul use contra él el miedo de perder a sus amigos.
Maul recibe a sus dos visitantes, pero se niega entregar a sus prisioneros a los que tiene ocultos y vigilados en la base, hasta que no consiga lo que quiere. El Zabrak pide a Ezra que siga a uno de los androides y cuando el joven se marcha lleva a Kanan hasta una zona y, sin previo aviso, lo lanza al vacío por una esclusa. El Jedi, que tan sólo tiene unos segundos para actuar, consigue frenar el empujón del vacío agarrándose a la nave de Maul que está aparacada en el exterior y, empujándose con la Fuerza, entra medio congelado al hangar atravesando el campo energético que lo sella. Kanan corre entones en busca de sus amigos presos y, tras liberarlos tan sólo un segundo antes de que sean ejecutados, todos corren en busca de Ezra y Maul.
Tras tirar al Jedi al vacío Maul se reúne con Ezra y ambos se sientan uno enfrente del otro para fundir los Holocrones. Viendo que el joven sabe el poder que otorga la fusión el pide que le diga que pregunta hará. Ezra le responde que preguntará cómo se puede destruir a los Sith y le devuelve la pregunta. Darth Maul, con el resto serio, asegura que lo que buscara es "Esperanza."
Kanan siendo lanzado al vacío por Darth Maul
Maul abre el holocrón Sith y Ezar el Jedi y juntan ambos generando un estallido de luz que inunda la habitación. El joven empieza a ver algo y Maul también, pero no con suficiente claridad de modo que el zabrak insta a su compañero a profundizar más. Justo en ese momento llegan Kanan y los demás que no pueden ver nada ya que el brillo, que ha aumentado, es insoportable y les obliga a cerrar los ojos. El Jedi, quitándose el casco, consigue ver las siluetas de Maul y Ezra y al sentir lo que ocurre grita al joven que recuerde las palabras de Bendu y le insta a romper la conexión.
“Vive” grita Maul justo antes de que el joven corte la conexión haciendo que toda la habitación se llene de una luz aún mayor. Cuando todo vuelve a su ser Maul ha escapado y Ezra, preguntado por Kanan sobre su visión, responde “Vi imágenes, retazos de algo, pero no... no les encuentro ningún sentido. No sé si es lo que quería ver o lo que Maul intentaba ver” y cando su maestro le pide que aclara las visiones añade “Dos soles, lugares, mayormente. Planetas. Algunos me resultan familiares, otros no. No estoy seguro de qué significan”.
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