"Hace mucho tiempo, luchar yo hice. Consumido por el miedo fui, pero verlo no pude" (Yoda)
Kanan y Ezra, que están buscando (en Oosalon) un emplazamiento para la base que necesitan montar los rebeldes, se topan con dos Inquisidores, el quinto y séptima hermana, y se ven obligados a enfrentarse con ellos. La lucha tiene lugar junto a un acantilado al que Ezra está a punto de caer y al que el joven termina lanzándose junto a su maestro que, no sin ciertas dudas, le hace caso y se arroja tras él.
Ezra, que ha usado la Fuerza para contactar a un tibidee hace que la alada criatura los recoja y de ella pasan a la lanzadera que, pilotada por Chopper, los recoge. Mientras regresan Kanan le dice a su alumno que los Inquisidores siempre los detectan y que eso pone en peligro a sus compañeros. El Jedi no sabe muy bien como solucionarlo de modo que anuncia a Ezra que deberán pedir ayuda.
Siguiendo instrucciones de Kanan el resto de sus compañeros, tras recoger a Ahsoka, se reúnen con ellos lejos del resto de la flota rebelde. Kanan, Ezra y Ahsoka tienen una breve charla privada en al que comentan lo ocurrido y el Jedi anuncia cual es su plan, buscar el consejo del Maestro Yoda acudiendo al Templo Jedi de Lothal donde él y su joven alumno escucharon su voz tiempo atrás.
Usando la lanzadera, y tras despedirse del resto sin decirles hacia donde se dirigen, el trío pone rumbo a Lothan donde, tras tomar tierra, Ezra sugiere que sean su maestro y Ahsoka quienes abran la puerta del Templo usando la Fuerza. La joven reusa diciendo que, por voluntad propia, ya no es una Jedi, de modo que maestro y alumno vuelven a combinar su poder como lo hicieron en el pasado.

Kanan y Ezra usan la Fuerza para abrir el Templo Jedi de Lothal
La gran columna de piedra que esconde la puerta empieza a desenroscarse, pero en lugar de detenerse donde lo hizo la primera vez sigue subiendo hasta mostrar una segunda puerta. "Una nueva puerta para un nuevo problema" dice Kanan y los tres entran al interior y, dado que en la anterior ocasión contactaron con Yoda gracias a la meditación, se arrodillan y se concentran.
Al poco de iniciar su meditación Kanan ve una puerta, se levanta y se dirige hacia ella. Sus dos amigos, que no ven ninguna puerta, siguen a su compañero con la mirada hasta que, sin previo aviso, este se desvanece. Tras ser envuelto por una potente luz blanca el Jedi se ve en el interior de una sala de entrenamiento en la que le espera un Guardia del Templo.
El esbelto guerrero, que usa máscara y un sable doble, le aclara que si ha venido a buscar un modo para derrotar a los Inquisidores pierde el tiempo ya que no deben luchar contra ellos. La razón es sencilla, su alumno, Ezra, está siendo llamado por el Lado Oscuro y la única solución es eliminarlo antes de que sucumba a sus instintos más primarios. Dicho esto el guardia se lanza contra Kanan y ambos luchan.
Ahsoka, que sigue meditando, siente algo raro y cuando abre los ojos comprueba que Ezra también ha desaparecido. El joven, gracias a la meditación, ha regresado el lugar en el que escuchó la voz de Yoda por primera vez (una sala llena de estrellas), pero en esta ocasión no sólo lo escucha sino que también lo puede ver. El maestro, tras explicarle que ahora lo ve, porque su poder ha crecido, escucha la pregunta del joven que es tan simple como complicada de responder "¿Cómo podemos derrotar a Vader y a los Inquisidores?
Fuera del templo Chopper, que se ha quedado vigilando, detecta algo con su radar y se aleja con la lanzadera para no ser descubierto. Segundos después de su partida llegan los dos Inquisidores en sus cazas y la séptima hermana, a la que su instinto ha llevado hasta allí, pese a no ver nada despliega una de sus sondas para que explore el lugar. El pequeño ingenio hace un escáner de la gran roca y descubre el Templo Jedi bajo ella y ambos inquisidores usan la Fuerza para acceder a él con la intención de convertirlo en la tumba de sus enemigos.
Ahsoka tiene una visión de Anakin que se transforma en Vader y que le reprocha que lo abandonase y afirma que dicho abandono fue la culpa de su caída. La joven aprieta los labios y se niega a aceptar las palabras de la visión sabedora de que lo que ve no es real sino la proyección de peores miedos.

Ahsoka tiene una visión de Anakin que luego se transforma en Darth Vader
Mientras esto sucede Yoda muestra a Ezra imágenes de las Guerras Clon y se pregunta, y pregunta al joven, si debieron luchar los Jedi y si el mismo debió luchar. El viejo maestro afirma que luchó por miedo y cuando Ezra se sorprende de que así fuese Yoda le asegura que todo el mundo debe luchar, y además durante toda su vida, por no convertir su miedo en ira ya que ese es el camino más rápido y habitual hacia el Lado Oscuro.
Kanan, que no es rival para el Guardia del Templo, coge otro sable de la pared que al activarlo resulta tener la hoja roja y se lanza contra su rival, pero cuando lo hace a este le asisten otros dos guardias surgidos de la nada. El Jedi se enfrenta con ellos, pero tras varios envites termina arrodillándose y, tras reconocer que no puede proteger a Ezra ni de los Inquisidores ni de sí mismo, afirma que lo único que puede hacer en entrenarlo mejor.

El Gran Inquisidor Imperial en la visión del Templo de Lothal como Guardian Jedi
El Guardia, en lugar de darle el golpe de gracia, hace un elegante gesto, pone la punta del sable junto a sus hombros y dice "En nombre, y derecho del Consejo, por la voluntad de la Fuerza, Kanan Jarus, Alzate". Extrañado el Jedi pregunta que significa todo esto y el guardia, tras quitarse el casco y desvelar que es el Gran Inquisidor Imperial al que el mismo vio morir explica "Significa que eres lo que yo fui una vez, un Caballero Jedi". Justo en ese instante todo empieza a templar y el guardia le pide que se marche mientras él se ocupa de retrasar al enemigo que ha invadido el ese sagrado lugar.
Yoda y Ezra también sienten los temblores y el maestro despide a joven diciéndole que los Jedi ya han elegido luchar y que debe encontrar Malachor. Sin tiempo para más Ezra escapa y en su huída del Templo se encuentra con Kanan y con Ahsoka que salen de allí no sin que antes la joven tenga una visión postrera de Yoda que la saluda con un afectuoso gesto no exento de cierta tristeza.
Las figuras de los guardias Jedi rodean a los dos Inquisidores y los retienen el tiempo suficiente para que Kanan y el resto escapen en la lanzadera que Chopper a traído de vuelta. Ya a salvo en la nave Ezra les cuenta lo que le ha dicho Yoda, que debe buscar a alguien llamado Malachor, y Ahsoka le aclara que Malachor no es una persona sino un planeta.
Vader, avisado por los Inquisidores llega hasta Lothal y al ver que se ha descubierto un Templo Jedi felicita a sus subalternos anunciando que su Maestro estará complacido con los secretos que seguro atesora el lugar. El quinto hermano agradece las palabras con una inclinación de cabeza, peor muestra algo de preocupación porque, según el mismo dice, siente que el poder Jedi está creciendo. Vader no se inmuta al oír su afirmación y le responde con un contundente "Será su propia Ruina".
|