“Los pilotos veteranos contaban que fueron los Purrgils quienes nos inspiraron
para saltar de sistema en sistema, pero no me lo creo” (Sabine)
La necesidad de combustible que tiene la flotilla rebelde lleva a nuestros héroes hasta un cinturón de asteroides donde el Gremio Minero tiene una refinería secreta en la que produce Clouzon-36. Gracias a un informador Kanan y sus compañeros saben que el Imperio ha acordado una entrega con el gremio sin embargo no saben el lugar exacto en el que se esconde la refinería.
La búsqueda se dilata en exceso haciendo que las reservar de energía de la Fantasma caigan hasta el 0,5 % y Hera apaga todos los sistemas auxiliares e incluso desconecta la calefacción mientras todos miran por las ventanillas buscando alguna señal. Ezra afirma que escucha algo extraño y aunque nadie detecta nada a los pocos minutos una manada de gigantescos seres, similares a ballenas con tentáculos que nadan en el frío espacio, llegan hasta su posición.
La piloto los identifica como Purrgils y trata de maniobrar para esquivarlos, pero no tiene energía suficiente en la nave y varias criaturas golpean el casco haciendo peligrar la integridad de la Fantasma. Hera ordena que se dispare contra las enormes bestias, pero Ezra, que parece haber establecido una conexión empática con los Purrgils, sugiere que no lo hagan y que en lugar de enfrentarlos giren la nave en su dirección y los sigan. Hera así lo hace y los animales dejan de chocar y flotan junto a ellos placidamente.

La Fantasma se cruza con una manada de Purrgils
Cuando todo parece calmado aparecen dos Cazas TIE modificados y pintados de amarillo que abren fuego sobre la Fastasma. El equipo responde con rapidez y, gracia a que al no dispararon sobre los Purrgils tienen energía para hacerlo ahora, abren fuego contra los caza y los destruyen.
Hera, que está segura de que eran cazas del Gremio Minero, ordena a Sabine que estudie la ruta que llevaban por si así pueden localizar la refinería. Ezra, que está muy raro, dice que hay que seguir a los Purrgils y aunque Hera no quiere hacerle caso a su joven amigo todo cambia cuando Sabine informa que la ruta que llevan las criaturas es la misma que llevaban los cazas.
Mientras siguen a las criaturas Ezra habla con Hera y le pregunta cual es la razón por la que odia a los Purgills. La piloto le responde que ha perdido algunos buenos amigos cuando viajaban por el hiperespacio y, aunque nadie los ha visto hacerlo, algunas leyendas indican con los Purgills pueden dar saltos hiperespaciales y que en ocasiones chocan con las naves destruyéndolas.
Siguiendo a los Purrgils el grupo llega hasta la refinería y posa la nave en un pequeño asteroide desde el que observan las instalaciones. En un hangar hay algunos cazas y en la plataforma principal un potente cañón láser con el que están disparando sobre los Purrgils para alejarlos de las instalaciones ya que las criaturas están sumergiéndose en el gas azul del que se extrae el combustible y del que parecen alimentarse.
Como la nave no tiene energía suficiente para hacer muchas cosas se traza un plan según el cual Ezra, Kanan, Sabine y Choopper se lanzarán y caerán hasta la refinería sin ser vistos. Una vez allí asegurarán la plataforma de aterrizaje para que la Hera y Zeb pueden bajar con seguridad y repostar mientras suben abordo los depósitos que le gremio ha preparado para el Imperio.
El equipo de asalto llega hasta la refinería y Sabine prepara los explosivos para realizar una de sus demoliciones, pero Ezra se lo impide ya que eso podría dañar a los Purrgils. La discusión que ambos mantienen alerta a los s vigías y se inicia un tiroteo, pero el grupo reacciona con rapidez y consiguen apoderarse del cañón.
Ezra se pone a los mandos de la potente arma para cubrir a sus amigos mientras estos preparan todo y avisan a Hera para que descienda. La Fantasma aterriza y mientras Zeb sube los barriles de combustible la nave está empieza el largo proceso de recargada.
La operación va a llevar tiempo y aunque todos trabajan deprisa son descubiertos y se inicia un nuevo tiroteo. El Jefe Yushyn, máximo responsable de la refinería, ordena a todo el mundo que abra fuego y que despeguen los cazan. La crudeza de la refriega aumenta y fruto de la explosión del cañón que estaba usando Ezra cae de la plataforma al pozo de gas. El joven aterriza sobre un Purrgil con el que tiene una conexión y, viendo lo que necesitan, promete ayudarles si ellos le ayudan.

Ezra se comunica con el Purrgil y ve en sus ojos que esto quieren saltar al hiperespacio
Los Prugills salen del pozo de gas, destruyen uno de los cazas y se comen a Yushyn dando al grupo de Kanan tiempo para terminar de repostar y, con los depósitos de combustible imperiales ya en la bodega, despegar. A lomos de un Purgill Ezra acaba con otro de los cazas y todos se ponen a salvo.
La Fantasma emprende su regreso y vuela tras los Purrgils que, con sus cuerpos llenos de gas, extienden sus tentáculos y dan un salto hiperespacial. Todos se quedan sorprendidos al ver que las leyendas eran ciertas y Ezra les explica que el Purrgil le contó que estaban realizando en un larguísimo viaje migratorio y que esa era una de las muchas paradas que necesitaban hacer para poder llenarse de gas y viajar por el hiperespacio.
La misión se ha completado con éxito y la Fantasma da un salto hiperespacial que, curiosamente, sigue la misma ruta, aunque no tiene igual destino, que la de las enormes y sorprendentes criaturas que loas han dejado profundamente impresionados.
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