"Debes confiar en ellos. Aunque dudes, confía" (Ahsoka a Kanan)
La pérdida de su nave de mando ha dejado al pequeño grupo rebelde en muy mala situación y todos se reúnen, con el almirante Jun Sato presente vía holograma, para reevaluar la situación. Ezra, con buen criterio, propone buscar una base estable y la ayuda de nuevos aliados que conozcan bien el Borde Exterior y Ahoska afirma conocer a un gran comandante militar que podría ayudarles. Hace mucho tiempo que le perdió la pista, pero la joven sabe que la última vez que se le vio fue en el Sistema Seelos y cuenta que tiene la cabeza de un viejo androide táctico de la Guerras Clon con la que se le puede localizar.
Ahsoka entrega la cabeza al grupo de Kanan para que sean ellos los que lo localicen y aunque todos quieren que ella los acompañe la joven se excusa anunciado que necesita sabe más cosas sobre el desconocido cuya extraña conexión con la Fuerza la hizo desmayarse durante la última batalla (Anakin)
El grupo de Kanan acepta la misión y al llegan al Sistema Seelos, pero al salir del hiperespacio la nave sufre algunos daños y por eso, mientras Hera y Chopper se dedican a repararla, el resto baja a tierra con la lanzadera auxiliar.
Mientras sobrevuelan la superficie del planeta la cabeza del droide se activa y los conduce hasta lo que parece un viejo AT-TE Republicano que viaja sin rumbo por los eriales de arena como si fuese la casa de un buhonero. Tras descender a su lado del interior del vehículo salen tres viejos clones algo que no gusta nada a Kanan que activa su sable de luz y se apresta a la lucha.

Wolf, Gregor y Rex, vivitos y coleando
Ezra, que quiere evitar el conflicto, anuncia que vienen en nombre de Ahsoka Tano y que están buscando a 7567 y eso hace reaccionar al que parece ser el líder del pequeño grupo que responde diciendo que ese es su nombre de nacimiento, pero que todos le llaman Rex. El viejo capitán de la 501 les presenta a sus dos compañeros, Wolffe y Gregor y los invitan a entrar en su vehículo una vez que la tensión con Kanan disminuye y todos bajan las armas con las que se han amenazado.
Lejos de allí la nave del Agente Kallus recibe un mensaje de un informador anónimo que anuncia la presencia en el Sistema Seelos de varios clones que parecen haberes reunido con un Jedi. La noticia capta al instante el interés de Kallus que ordena que se envíe una sonda.

El Agente Kallus recibe un informe que habla de presencia Jedi
Para intentar suavizar las cosas Rex le cuenta a Kanan que ni el ni sus amigos mataron nunca a un Jedi ya que sus implantes fueron retirados antes de la Orden 66. Con el Jedi más tranquilo el grupo de Rex pide a sus nuevos amigos ayuda para la captura de un joopa y, de cara a fortalecer lazos, estos aceptan.
A Zeb se le coloca una mochila que emite un rayo que, pasando por el largo cañón del AT-TE, llega hasta el cuerpo central de este y se le obliga a caminar hasta que aparezca el joopa. El joopa resulta ser un gran gusano subterráneo que, tras salir de golpe y engullir a Zeb, que era el cebo, se mete otra vez bajo tierra y trata de alejarse. Atrapado como si fuese un pez la forma de acabar con él joopa es usar picas de energía para lanzar descargas contra él a través del cable energético que lo sujeta y así lo hacen hasta la bestia sale al exterior y muere. Zeb sale de su boca sano y salvo, pero lleno de babas.

Zeb ejerceriendo de cebo para el joopa
La sonda imperial cae sobre Seelos y, tras localizar al AT-TE, se infiltra en su interior cuando no lo ven y manipula el ordenador para enviar su informe. Casi al mismo tiempo Sabine, a la que se ha pedido que, como experta, se ocupe de copiar del ordenador la lista de enclaves secretos que los clones les ofrecen como posible bases, descubre que alguien mandó un mensaje a la flota Imperial.
Cuando la joven cuenta lo que ha descubierto Wolffe reconoce que fue él quien dio el aviso y se muestra arrepentido ya que cuando lo hizo no sabía que eran amigos de Ahsoka ni gente en la que se podía confiar. Kanan decide revisar la nave y, aunque descubre la sonda, no consigue darle de lleno y observa impotente como se aleja.
Los clones tienen un viejo rifle de precisión y Ezra anima a Rex a usarlo y, aunque el clon pensaba que su destreza no sería la de antes, dispara sobre la sonda y, pese a la gran distancia, la destruye. La sonda ha sido neutralizada, pero el daño ya ha sido hecho y es cuestión de tiempo que los Imperiales lleguen hasta allí.
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