"Los Jedi somos guardianes de la paz. No somos soldados" (Mace Windu)
Cuando a George Lucas se le ocurrió que Anakin naciera sin la participación de varón (Al menos eso es lo que Lucas dice que ha pasado, que siempre puede cambiar de opinión en los próximos episodios) no sabía lo que se le venía encima: Muchos aficionados diciendo que se había pasado, iglesias cristianas de todo el mundo llamando a los fieles a no ver la película donde supuestamente se burlaban del nacimiento de Jesucristo ...
En realidad lo que ha hecho George Lucas es demostrar una vez más sus conocimientos humanísticos y simplemente ha usado una constante cultural que se puede encontrar en los mitos que rodean a varios personajes más o menos históricos (como el propio Jesucristo o Buda, dos personajes que trataremos con un poco de profundidad un poco más abajo).
Y es que la creencia de que los seres vivos nacían sin la participación de los machos es considerada por los antropólogos como la razón de que la mayoría de las primeras culturas prehistóricas fueran matriarcales: Se consideraba que la hembra tenía poderes mágicos que le permitían hacer nacer de sí nuevos seres vivos, o que si no eran ellas las que tenían poderes mágicos, al menos eran el medio de expresión de las fuerzas de la naturaleza que eran las que concedían a los supersticiosos humanos, sus vástagos. Esta creencia todavía la podemos encontrar en algunas tribus que consideran a los machos simples "abridores" de las cavidades femeninas para que los espíritus dejen la sagrada semilla en ellas.
Dice la teoría antropológica que estamos mostrando que cuando los machos descubrieron que ellos tenían algo que ver con los embarazos femeninos, fue el final de ese tipo de matriarcado religioso, pero hay que reconocer que todavía en muchas culturas se considera a las mujeres como mucho más cercanas a las fuerzas de la naturaleza de lo que pueden estar los hombres. Así pues no es de extrañar que, en diversas culturas de todo el mundo, cuando se empezaron a crear los mitos que sirvieron para aumentar el misticismo alrededor de algún iluminado o de algún profeta, uno de los que aparecían más rápidamente es el del nacimiento sin participación masculina.
Debemos poner aquí una nota antes de continuar: En el caso de Anakin se está hablando de Inmaculada concepción, pero eso no es del todo correcto: El dogma de la Inmaculada Concepción fue instituido por el Papa Pío IX en 1845 en la bula "Ineffabilis" y se refiere a que la Virgen María nació sin ser manchada por el pecado original cristiano. Por lo tanto, lo que se está escenificando en el Episodio I no es una inmaculada concepción, pues aquí no se está hablando en ningún caso del pecado original cristiano (inaplicable en este caso) sino que se está hablando del embarazo de una supuesta virgen (supuesta porque nadie ha dicho a las claras que Shmi es virgen, aun cuando se suponga) que ha sido madre por la intermediación de un elemento mítico (en este caso, un elemento mítico microscópico: Los Midiclorianos - Ver Capítulo 10 -). Por lo tanto, aquí se debería hablar de Fecundación Expontánea o de algo parecido.
Dicho esto, podemos concentrarnos en los nacimientos míticos de los dos iluminados que entregaron al mundo dos de sus principales religiones: Jesucristo y Buda.
El caso de Jesucristo es mucho más conocido que el de Buda, al menos en Occidente, donde la religión que originó es la mayoritaria (como es obvio para todos). Nos indica la Biblia que el ángel Gabriel se le apareció a María, la elegida de Yahveh nunca manchada por el pecado, para anunciarle que era la elegida para que de su seno naciera el Salvador, aquel que los profetas habían anunciado hace ya mucho tiempo. Poco después de aquel hecho, el Espíritu Santo descendió sobre María fecundándola. Sobra indicar cómo fue el nacimiento de Jesucristo y los efectos subsiguientes de aquel nacimiento, pues en todo el mundo se festejan todos esos hechos por Navidad.
 El caso de Buda tiene bastante similitud, aunque "ocurrió" unos cinco siglos antes (hacia la mitad del sexto siglo a. C.): La reina Mâyâ, esposa del rey Shuddhoddano, cuyo pequeño reino estaba entre los actuales Nepal e India, soñó una noche que un espíritu con forma de elefante blanco bajaba de los cielos y entraba en ella. Así, la reina habría sido fecundada. En este caso, además de este hecho milagroso, hubo varios terremotos y algunos milagros más que indicaron a los Brahmanes (recordad: los sacerdotes hindúes) que el hijo de la reina iba a ser el Salvador. En la historia de Buda sabemos además como fue su nacimiento pues se nos indica que nació milagrosamente a través del costado derecho de su madre sin dolor y que la madre, en un estado de gracia especial por haber dado al mundo a su Salvador murió a los siete días para ser elevada al "paraíso de los dioses" (De todo lo último siempre puede conjeturarse la teoría de que el Buda histórico naciera por cesárea, y que su madre muriera por efecto de ello).
Después de estos nacimientos rodeados de prodigios (como se ha indicado, obvios pues se trata de aumentar la majestuosidad de dos personas a los que se considera Salvadores de la humanidad), las vidas de Jesús y Buda tuvieron un nuevo punto culminante que vamos a examinar por ser de mucha relevancia para lo que se prevé será la historia de Anakin.
Antes de ello podemos indicar que, por supuesto, la figura del Salvador no es exclusiva de la religión cristiana y budista: Es un elemento que se puede encontrar en otras religiones como el Zoroastrismo, antigua religión de la zona de Irán que tuvo gran influencia en las religiones judía y cristiana, hasta el punto que su versión del mito del Salvador es un claro precedente del mito del Apocalipsis cristiano: En el caso zoroástrico, el Salvador sería Saosyant, cuya aparición sería el principio del fin del mundo y de la batalla definitiva entre el bien y el mal. Otro claro caso de Salvador lo tenemos en la religión hindú con Vishnú, un dios casi supremo cuyas Avatara ("encarnaciones") aparecían cuando el mundo estaba amenazado por las fuerzas malignas. En este caso es curioso resaltar que la novena Avatara de Vishnú sería Buda, aunque sus objetivos eran muy diferentes a los que indican los budistas: Buda-Vishnú querría crear una falsa religión para descubrir a los malvados que no creen en los dioses hindúes. Obviamente, la religión budista no era bien vista por los creyentes hinduístas.
En nuestra cultura, la figura del Salvador ya ha sido tratada en muchas narraciones de todo tipo. Sin embargo, esto no debe extrañarnos cuando estamos en una sociedad cuya base religiosa es judeocristiana. Tenemos profundamente introducido en nuestro fondo cultural común la idea de los Salvadores y de los Profetas que anuncian a esos salvadores. De hecho, el cristianismo todavía gravita alrededor de la idea de que Jesucristo volverá a renacer como preludio al fin del mundo, y la religión judía aún espera a su propio Salvador.
Ahora sí, vamos a hablar de las tentaciones de los salvadores, tanto de los de Jesucristo como de las de Buda.
 En el caso cristiano, nos narran los evangelios que después de ser bautizado por Juan el Bautista, Jesús marchó al desierto por obra del espíritu santo donde ayunó durante cuarenta días y cuarenta noches antes de que apareciera Satán para tentarlo.
Tres fueron las tentaciones y todas ellas superó Jesucristo: Primero, le dijo que si era hijo de Yahveh que convirtiera las piedras en panes para mitigar su hambre; después le transportó hasta lo alto del templo de Jerusalén y le dijo que si era el hijo de Yahveh se tirara, pues estaba escrito que los ángeles le recogerían; al final y al no dar resultado lo anterior, le transportó a una montaña muy alta donde le enseñó todos los reinos del mundo y le dijo que le entregaría todos ellos si lo adoraba. Como hemos dicho, Jesús no cayó en ninguna de las tres tentaciones y pudo así empezar su predicación después de aquella prueba.
En el caso budista, Mâra, el correspondiente Satán de esta religión, viendo que Buda, sentado bajo el árbol Bodhi ("de la iluminación") se estaba acercando demasiado a tal iluminación y, por tanto, a transcender el ciclo de las reencarnaciones (En el Cap. 9 se habló brevemente sobre esto) intentó tentarlo enviándole a sus tres bellísimas hijas que cantaron y bailaron ante Buda, sin que este rompiera su concentración en la búsqueda de la iluminación. Viendo que no había dado resultado le envió una horda de demonios pero Buda tampoco se inmutó. A continuación, desencadenó los elementos sobre él, pero Buda tampoco se desconcentró así.
Furioso, le lanzó un disco ígneo, pero éste se transformó en flores antes de golpear al salvador. Buda llegó a la iluminación por fin, y en ese momento Mâra intentó una última tentación: Le ofreció entrar en el Nirvana en ese mismo instante, con la esperanza de que Buda fuera el único ser que lo lograra y él pudiera seguir haciendo de las suyas con todos los demás que seguirían encerrados en la rueda de las reencarnaciones. Buda dudó, pero finalmente decidió seguir viviendo para enseñar a los demás seres vivos el camino para la liberación. Desde entonces, Mâra intenta poner todos los obstáculos posibles para la liberación de los otros seres vivos e intenta mantener cautivas por toda la eternidad las almas de los malvados, aunque los infiernos budistas son lugares de estancia temporal entre reencarnación y reencarnación.
 Volviendo a las SW, podemos ver que nosotros también tenemos un Salvador profetizado por los antiguos Jedo. Alguien que traerá el equilibrio a la Fuerza y pondrá orden en el enfrentamiento entre los Jedi (que representan el Yang, la luz, el bien, la generosidad) y los Sith y demás Jedi Oscuros (que son el Yin, la oscuridad, el mal, el egoísmo). Este alguien ya he tenido su correspondiente nacimiento fabuloso y ahora tendrá que enfrentarse a sus propias tentaciones. Claro está, el Satán de nuestra historia es Palpatine, que como personificación del Lado Oscuro no está interesado en que nadie ponga orden en la Fuerza justamente cuando él va a crear su propio orden galáctico. Cómo serán las tentaciones que use Palpatine lo veremos en los Episodios II y III, pero las experiencias de Jesucristo y de Buda nos pueden ayudar mucho si queremos empezar a conjeturar sobre ellas. El autor recomienda que se vea el Episodio I con atención, y que se lea la adaptación a la novela porque muy bien podríamos tener allí muchas pistas para ver por donde va a acabar yendo la historia.
Podríamos ahora y de pasada hacer la indicación de que tanto el Budismo como el Cristianismo son religiones cuyos postulados son aplicables en muchos casos a los Jedi. Esto no es de extrañar si tenemos en cuenta que las dos son religiones que quieren estar del lado de la luz (como la mayoría), aunque, por supuesto, la religión cristiana es maniquea (es decir, intenta delimitar muy claramente el bien y el mal) y la religión budista se rige por la idea del Karma, donde lo bueno y lo malo se transmutan en lo correcto y lo incorrecto, en seguir los flujos del universo o ir en contra de ellos.
En cualquier caso, la idea de amor y de misericordia que translucen ambas religiones es totalmente aplicable a los Jedi y, por supuesto, las cinco reglas para la vida diaria que Buda enseñó a sus seguidores podrían muy bien ser reglas JEDI. A saber: "Sed compasivos y respetad la más ínfima vida; dad y recibid libremente, pero no toméis nada indebidamente; no mintáis jamás, incluso en ocasiones que parezcan redimir la mentira; evitad las drogas y las bebidas y no cometáis acto carnal ilegítimo o contra la naturaleza". En todo caso, sobre la moral Jedi también se hablará en el próximo capitulo.
 No dejaremos este tema sin indicar que una de las componentes del Consejo Jedi, Depa Billaba, si que parece estar basada en las ideas budistas, pues su aspecto en la única imagen que ha transcendido de ella nos muestra a una mujer muy serena, casi como una Bodhisattva, que ostenta en el puente de la nariz y en su frente dos marcas que, al parecer, son las "Marcas de la iluminación", símbolos de la cultura del planeta Chalacta (cuyo nombre, como poco, tiene cierta sonoridad india).Más aún, el autor, la primera vez que oyó el nombre de la reina Amidala se preguntó si no tendría algo que ver con Amithaba (Amida en japonés), uno de los cinco dioses búdicos en los que se dice se transformó Buda al morir. Amithaba/Amida sería el Buda de la luz infinita (su nombre significa precisamente "Luz infinita") y el gobernante de la Tierra Pura (JÔDÔ en japonés), el paraíso temporal búdico.
Para finalizar este epígrafe, nada mejor que hacer una interesante predicción basada en la Antropología: La historia de Anakin y Luke Skywalker es una historia sobre salvadores, tentaciones, caídas en el mal, últimas esperanzas y redenciones. En resumen, un perfecto relato mitológico (que es lo que George Lucas pretende). Pues bien, dentro del universo Star Wars y unos siglos en el futuro, esta historia bien podría haberse convertido en la base para una religión y haberse ido transformando para ir adquiriendo elementos mitológicos más fuertes. De hecho, tal vez las seis películas acaben siendo realmente eso: La narración mitológica que se ha hecho a posteriori de unos hechos que ocurrieron, dentro del universo Star Wars, hace mucho tiempo ...
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Sección creada por Shirokawa Akira y maquetada por el Coronel Nathan Kurtz.
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