Luwingo era un cíborg yaka. Como otros miembros de su especie, tenía un aspecto generalmente humanoide pero desmesuradamente grande y con un rostro inexrpesivo y con ojos rojos sin pupila. Además, era un cíborg con cables que sobresalían visiblemente de su cuello. Solía vestir con un pequeño casco de impacto.
El aspecto de Luwingo era brutal y simplón, pero Luwingo era una persona muy inteligente que derrotaba regularmente en holojuegos a un droide lógico L7.
Luiwngo se expresaba en idioma yakano, aunque entendía también el Básico.
Luwingo tenía una familia tradicional con varios hijos y un empleo de programador de software comercial en su mundo natal. En ocasiones consideraba el origen de su especie y sus peculiaridades. Su vida había sido menos placentera de lo que él hubiese querido, pero definitivamente podría haber sido mucho peor.
Durante esta época, Luwingo conoció al viejo contrabandista humano Lo Khan, capitán del enorme transporte clase Xiytiar Merodeador del Hiperespacio. Esa nave era un carguero enorme, con armamento ligero (dos cañones láser 700-Penetrator, y eso después de que la nave volase desarmada durante años), lenta, poco maniobrable pero con buenos escudos, casco y sensores. Khan solía ir por las rutas más seguras, evitando conflictos y enemigos en lo posible, y sacaba tajada porque su bodega cavernosa de cinco megatoneladas le permitía llevar mucho contrabando en cada viaje.
Luwingo ahorró dinero y decidió ir con su familia en el crucero de lujo de Galaxy Tours. Por desgracia, unos piratas abordaron su nave y usaron gas noqueador para dormir a todos a bordo mientras saqueaban la nave. Los piratas aparentemente se llevaron a los hijos de Luwingo. Luwingo decidió perseguirles. para lo cual hubo de cambiar de hábitos: Ahora debía viajar por la galaxia y encontrar a criminales, así que cambió su carrera por la de contrabandista. Pidió el pago de unos atrasos para comprar una nave, dejó su empleo y empezó a trabajar.
Las habilidades de Luwingo no eran inadecuadas para esta ocupación. Él era un piloto razonablemente bueno, aunque se le diese mejor ocuparse de las comunicaciones y, sobre todo, de la programación y reparación de la nave, sus ordenadores y los droides de a bordo. Era también un buen luchador, vigoroso como pocos humanos y un tirador razonablemente bueno con la carabina bláster, y aún mejor con armas montadas en vehículos. Su cerebro cíborg estaba bien entrenado para el comercio, la astronavegación, la burocracia y ciertos aspectos de la negociación.
Por desgracia, Luwingo tenía un aspecto inusual para ser un contrabandista y pronto se dio cuenta de que no lograba integrarse en la comunidad. La falta de empleo redujo sus fondos, y pronto Luwingo, venido a menos, acabó en el planeta Deneba.
Pese a sus aprietos, Luwingo no cejó en su empeño y buscó una solución. Decidió que su trabajo de contrabandista sería más fácil si encontraba un socio. Un trabajo de investigación reveló que el contrabandista Uxbeg había tendido una trampa a su viejo conocido Lo Khan. Luwingo decidió salvar la vida de Khan para ganarse su lealtad.
Por otra parte, Khan se lo había buscado. El gran jefe criminal Spadda el Hutt había contratado a Uxbeg para llevar un cargamento de especia del sistema Thokosia al hogar de Spadda en Aikhibba, una escala menor en la Carrera Gamor. Usando engaños, Khan interceptó el envío mientras Uxbeg estaba ocupado con otro envío y se hizo con el trabajo, aunque ignoraba la identidad de su empleador. Uxbeg envió a un grupo de matones imperiales tras Khan y, cuando Khan hizo escala en Deneba para repostar, los matones vieron su oportunidad, y también Luwingo. Lo que todos ignoraban es que Spadda también pretendía traicionar a su propio agente y había enviado a sus propios esbirros a rastrear y eliminar a Khan.
Khan topó con Luwingo y se dio cuenta de que el yaka tenía dificultades. Khan había pasado malas rachas en tiempos anteriores y decidió reclutar al yaka como tripulante del Merodeador y ofrecerle una pequeña parte del beneficio que sacase del viaje, sin pedir nada a cambio.
Luwingo tuvo ocasión de ganarse su paga cuando aparecieron unos sicarios de Spadda. Éstos estaban ociosos, esperando instrucciones de su amo antes de atacar a Khan. El yaka les emboscó y dio buena cuenta de ellos.
Aunque Luwingo había descubierto el plan de Uxbeg, ignoraba la implicación de un criminal hutt. Luwingo creía haber terminado el problema eliminando al grupo de matones; pero los compinches imperiales de Uxbeg aparecieron después y se inició un nuevo tiroteo. Durante el enfrentamiento, Luwingo recibió un disparo de bláster que habría dado a Khan. Khan temió por la vida del yaka, pero éste se encogió de hombros, desestimando el daño. El incidente sirvió además para cimentar la amistad entre ambos, y convenció a Khan para que cambiase de opinión: Decidió contratar a Luwingo como guardaespaldas a tiempo completo aprovechando su inminente ingreso.
Khan y su nuevo socio yaka llegaron a Aikhibba con el cargamento. Spadda pagó a Khan, a desgana y menos de lo que le habría correspondido. Sin embargo, aún era suficiente dinero para que alguien con el nivel de vida de Khan pudiese establecerse de por vida.
Luwingo pasó a ser socio de Khan y primer oficial del Merodeador, aunque Khan seguía siendo el capitán, piloto y dueño de la nave. Khan y Luwingo empezaron entonces una fructífera relación profesional durante años. Era frecuente verles juntos, relajándose en cantinas y restaurantes pequeños de la galaxia después de terminar una carrera.

Lo Khan y Luwingo.
Con algo de dinero ahorrado, Khan pudo permitirse hacer carreras tranquilas para el Imperio, lo cual le daba cierta seguridad. Al no hacer muchas carreras, Luwingo tenía tiempo de buscar a su familia perdida. Sus investigaciones podían ser perjudicadas por los traumáticos recuerdos del abordaje, así que Luwingo solía restringir el acceso a esa parte de su memoria reprogramando su cerebro cíborg. Eso le dejaba con una importante capacidad de proceso ociosa, que él tenía que ocupar buscando nuevas estrategias para vencer al droide L7 en holojuegos y pensando en ecuaciones hiperdimensionales, nada lo cual era especialmente complejo para él. A Luwingo le animaba pensar qué haría con los esclavistas cuando los encontrase.
Aunque el Merodeador no llevaba armamento pesado, el arma más eficaz a bordo era una antena de interfaz informático multibanda personalizada, con alcance de quinientros metros y que Luwingo podía manejar con extraordinaria habilidad. Esta herramienta permitía a Luwingo o a Khan tomar el control de los ordenadores de a bordo de una nave enemiga y, por tanto, de todos sus sistemas informatizados: Podía apagar sus armas, motores e incluso el soporte vital. Khan y Luwingo tenían una táctica concreta para utilizar este artefacto, y que pusieron en uso en varias ocasiones:
En primer lugar, Khan a menudo permitía que las naves atacantes piratas se le acercasen e incluso le rebasasen. Sólo cuando los enemigos intentaban cortar el casco, los contrabandistas usaban la antena para tomar el control de su nave; en más de una ocasión, los incursores descubrieron que habían perdido su nave incluso antes de poder entrar en el Merodeador. Si algún saqueador tenía suerte y lograba subir a bordo, aún tendría que tratar con el corpulento luchador Luwingo; y si intentaba utilizar armas, corría el riesgo de enfadar al yaka. Una vez los enemigos comprendían su delicada situación, Khan estaba en una excelente posición para negociar. A menudo Khan requisaba el equipo valioso de los frustrados piratas para venderlo al llegar a su destino, pero permitía que sus vencidos enemigos se quedasen en una nave con soporte vital e impulsor iónico de nivel bajo, lo cual les daría varias semanas para reflexionar sobre sus fechorías y aún así no garantizaba su supervivencia. Cuando el Merodeador hacía escala y vendía su mercancía, Khan y Luwingo celebraban su éxito bebiendo a la salud de los frustrados ladrones.
Las actividades de Luwingo como contrabandista continuaron hasta el año 10 dbY. Por entonces, el Imperio Galáctico había perdido el planeta capital Coruscant ante la Nueva República pero, bajo el mando de un nuevo comandante en jefe desconocido, consiguió recuperarlo. Siendo Coruscant aún zona de guerra, el Imperio mantenía su centro de mando en el Núcleo Profundo de la galaxia, una zona difícilmente navegable que llevaba décadas oficialmente sellada. Allí, la base imperial en el planeta Byss había iniciado el proyecto de construcción de una superarma, para lo cual contrataban a todos los transportistas disponibles para proveerles de equipo militar.
Evidentemente el Imperio no permitía que cualquiera entrase en su centro de mando: Quienes quisieran realizar ese trabajo debía obtener antes un permiso. Lo Khan consiguió una de estas licencias para transportar bienes militares a mundos imperiales del Núcleo Profundo. Descubrió que no era la única medida de seguridad: El planeta estaba protegido por una red de generadores de escudos que sólo se abrían cuando se hubiera validado el acceso, y aún entonces los imperiales generaban un agujero del tamaño justo para que pasase la nave en cuestión; quienes intentasen saltarse este bloqueo a menudo colisionaban con la barrera.
Una vez en Byss, Khan y sus pares no tenían acceso a la ciudad de gobierno, sino que debían atracar en las afueras y entonces su nave era sometida a un cuidadoso chequeo imperial en busca de irregularidades antes de autorizar la descarga. Como este proceso solía llevar tiempo, los tripulantes como Khan y Luwingo tenían ocasión de relajarse en locales de ocio como el Bistro del Piloto. Mientras estuviesen en Byss, los pilotos y sus naves podían ser sometidos al escrutinio de enormes droides-sonda dtipo cazador-asesino de Arakyd que patrullaban la zona.

Merodeador del Hiperespacio.
Khan mantenía una buena relación con los contrabandistas y criminales Salla Zend, mujer humana, y su colega el mecánico mestizo theelin-coreliano Shug Ninx, pero éstos no habían coincidido con Luwingo hasta ese momento. Se presentaron de pronto ante Khan pidiéndole ayuda. La verdad es que su historia se las traía.
Resultaba que Ninx y Zend habían metido de contrabando en Byss a dos héroes de la Nueva República, la Princesa Leia Organa y su marido Han Solo, y el carguero de éstos, Halcón Milenario, en la bodega de la enorme nave registrada de Zend, Intruso de Luz Estelar. Organa y Solo se dejaron capturar en del Halcón, pero en secreto Ninx y Zend seguían a bordo del carguero y huyeron en la nave según su plan. Esto proporcionaba a los neorrepublicanos un vehículo de fuga cuando terminasen su misión. El problema era que los imperiales habían visto al Halcón escapar, así que Ninx y Zend necesitaban esconder la nave, y para entonces los imperiales ya se habían incautado del Intruso.
Khan permitió a sus colegas ocultar el Halcón en la inmensa bodega del Merodeador, sabiendo que estaba corriendo un gran riesgo: Si los imperiales descubrían su implicación, le ejecutarían. Zend pilotó la nave hasta el interior del Merodeador. Tas esto, Ninx y Zend se unieron a Khan y Luwingo en el Bistro.
Mientras bebían, Ninx y Zend explicaron a Khan y Luwingo que los neorrepublicanos les habían prometido un pago. Khan era escéptico y creía que Organa y Solo habrían muerto en manos de los imperiales. Luwingo subrayó esta afirmación con una chanza tortuosa. Zend, en vez de continuar con el tema de conversación, pidió a Khan que le contase cómo había conocido a Luwingo.
La velada fue interrumpida cuando Han Solo contactó con Ninx por comunicador, sorprendiendo a Luwingo. Solo pidió a sus asociados que se reuniesen con él para recogerle, y éstos no vacilaron. Khan les pidió que evitasen ser vistos en el Merodeador, dando a entender que él y Luwingo no tenían nada más que esa nave, y que Luwingo podría sentirse desconsolados si le sucedía algo al Merodeador.
No hubo manera, claro: Antes de que Ninx y Zend pudiesen sacar el Halcón de la bodega del Merodeador, un droide-sonda de paso, unidad 12-X7, hizo un chequeo rutinario en la bodega del Merodeador, encontró el Halcón y dio la alarma. Ninx y Zend intentaron huir, pero el droide-sonda les capturó con un rayo tractor y disparó sus cañones al Merodeador. Aunque Ninx y Zend consiguieron derrotar al droide y rescatar a los neorrepublicanos, ambos creyeron que Khan nunca les volvería a ayudar.
Aunque la ayuda de Khan y Luwingo había sido decisiva para salvar a Organa y Solo, el Imperio no les condenó a muerte. Lo que sí hizo fue incautarse del Merodeador, dejando varados a los dos contrabandistas en Byss mientras la nave se mantenía inmóvil en un almacén. Khan intentaba usar sus contactos para recuperar su vehículo y volver a viajar por las estrellas.
Menos suerte había tenido el Intruso de Zend: Según descubrieron Khan y Luwingo, el Imperio había dado permiso a carroñeros para desmantelar la nave, llevándose las mejores piezas, y después fundieron el resto. Ninx y Zend, sin embargo, habían conseguido huir de Byss junto con Organa y Solo en el Halcón.
Unas semanas después, Ninx y Zend regresaron a Byss en un intento de recuperar el Intruso. Viajaban en la única nave que les quedaba, el viejo camión espacial llamado alternativamente Rescatador Tres y Gancho Estelar VII. Burlaron el guantelete con un permiso válido robado y una excusa faroleada: Ninx afirmó que Khan había pedido por radio piezas obsoletas de una vieja gabarra coreliana y que él, Ninx, era el único proveedor en cien sistemas estelares. Aunque los imperiales habrían preferido dejar todas las reparaciones a cargo del Cuerpo Imperial de Mantenimiento como decía el reglamento, decidieron permitirle el paso sin verificar su historia con Khan.
Ninx y Zend se reunieron con Khan y Luwingo en el Bistro. Allí éstos informaron a aquéllos del triste destino de su nave.
El ágape fue interrumpido por un intento de invasión que los contrabandistas contemplaron con interés desde una ventana. Los imperiales estaban siendo atacados por un cargamento recién llegado de droides Víbora X-1. Ninx comprendió que los droides estaban controlados por fuerzas neorrepublicanas desde el interior. Los imperiales respondieron al ataque lanzando contra ellos a las brutales bestias crisálidas del lado oscuro, que causaron estragos entre los droides.

Luwingo y sus colegas contemplan la batalla en Byss antes de tomar una importante decisión.
Zend decidió que ella y Ninx tenían la responsabilidad ayudar a sus amigos rebeldes, y arengó a los presentes para que les apoyasen. Khan y Luwingo se unieron rápidamente; y también Uz Bonearm, capitán del carguero Bandido de Bespin (Que tenía cañones iónicos ilegales), pero nadie más les acompañó.
El primer problema era acceder a sus propias naves, con puntos de control imperial por doquie exigiendo permisos de salida. Los contrabandistas abrieron fuego contra los guardias, pero éstos pidieron refuerzos. Luwingo tomó un enorme láser de un trípode y acribilló con él a las tropas que iban llegando, mientras sus colegas subían a sus naves. Las tres naves se liberaron de sus yugos de carga y despegaron en cuanto Luwingo subió a bordo del Merodeador: Esta operación dio ocasión a Luwingo y Khan de infiltrarse en los depóstios de incautación imperiales y recuperar su nave.
El Merodeador y las otras dos naves ametrallaron a las bestias de guerra imperiales. La nave de Ninx rescató a varios héroes neorrepublicanos (incluido el líder de la misión, Lando Calrissian), tras lo cual la pequeña flota intentó escapar del planeta. Eso no debía ser fácil: Estaban en la mira del destructor estelar Venganza y de la nueva superarma imperial, la Pistola Galáctica.
Sin embargo, nadie les disparó. El comandante en jefe imperial estaba tan convencido de su inminente victoria que decidió no molestarse con ellos. Khan estaba tan sorprendido que se planteó si era una trampa, pero de todos modos huyó al hiperespacio con las otras naves, rumbo a una base neorrepublicana secreta.
Lando descubrió que los imperiales estaban atacando un mundo franco neorrepublicano, Nuevo Alderaan, y reclutó a la flotilla contrabandista para acudir al rescate; también avisó a un grupo de vuelo de tres alas-X de un sistema cercano. Estas naves llegaron en el momento oportuno para atacar a los AT-ATs imperiales y sus líderes usuarios del lado oscuro. Khan y Luwingo no bajaron a tierra; pero la nave de Ninx rescató a los neorrepublicanos en ese mundo.
Una vez más, las naves saltaron al hiperespacio hacia el planeta Nespis VIII en el sistema Auril. Allí se habían reagrupado los líderes neorrepublicanos.
Poco después de estos eventos, el Imperio sufrió una humillante derrota en la que también perdió su superarma y a su nuevo líder, y la Nueva República recuperó el control de Coruscant. No se sabe qué sucedió después con Luwingo.
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© S I T H N E T
Articulo creado por Skippy Farlstendoiro y maquetado por Al Noah, los xenobiólogos de SithNET
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