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Ésta es la historia de Sannah, una jedi con valentía más allá de sus años, una melodie en la Nueva Orden Jedi, una superviviente obligada a madurar en el rostro de la adversidad.
Sannah era de la especie alienígena llamada melodie, nativa de la octava luna del gigante gaseoso Yavin, en el sistema homónimo del Borde Exterior. Los melodies eran seres inteligentes anfibios que se reproducían por huevos. Nacían con forma humanoide pero, al alcanzar dos décadas de edad, sufrían una mutación en la que sus piernas se transformaban en una enorme cola de pez, y además perdían la capacidad de respirar aire. La transformación debía llevarse a cabo en el estanque de una ensenada concreta, aprovechando las algas que sólo se daban en esa zona para que el melodie pudiese respirar. Tras el cambio, el melodie adulto debía ir a una zona alejada de aguas cristalinas, no pudiendo mantener el contacto mucho más tiempo con los jóvenes. La vida de estos seres tenía lugar en el interior de las montañas de Yavin 8, excepto cuando las abandonaban para cosechar ciertas plantas que se daban al aire libre.
Yavin VIII estaba plagado de depredadores temibles, destacando el avril volador, la arácnida purella, el roedor raith y el serpentino reel. Estos seres a menudo intentaban alimentarse de huevos de melodie o atacar a los melodies en mutación, aprovechando su indefensión; el hábitat de los adultos no tenía amenazas carnívoras; pero al mismo tiempo, los adultos estaban aislados, demasiado lejos para ahuyentar a esas bestias. Los niños melodie tenían la nada envidiable responsabilidad de proteger los huevos y hacer guardia durante el cambio de sus mayores en la ensenada. No era fácil mantener a raya a los animales salvajes, puesto que los melodies apenas contaban con armas primitivas del tipo piedras arrojadizas y palos afilados, y las fieras eran robustas y resistentes.
El extraño ciclo de vida de los melodies
Sannah nació en el año 13 DBY, mientras el Imperio Galáctico se enfrentaba a la Nueva República por el control de la galaxia. La pequeña tenía el cabello marrón liso, ojos anillados de color amarillo con pestañas gruesas también marrones, y piel pálida. En general su aspecto era similar al de un humano. La vida de Sannah durante la década siguiente estaría, en general, ligada a las circunstancias de su luna natal. Por supuesto, eventos extraplanetarios se abrirían paso para afectar a la vida de Sannah.
Para entonces, la Orden Jedi original había sido aniquilada por el Imperio, mas un joven maestro jedi, Luke Skywalker, estaba reconstruyéndola con una academia jedi o praxeum en la cercana luna Yavin 4. Descubriría que el sistema Yavin había sido base de operaciones de los sith milenios antes, y que éstos habían realizado allí diversos experimentos alquímicos que podrían haber dado origen a varias especies de Yavin, quizá incluso a los peculiares melodie. También en esos tiempos, Yavin 4 había sido visitado por la especie alienígena massassi, sirvientes de los lores del sith, y éstos habían grabado un mensaje en las rocas de la luna melodie; el significado de sus runas se había perdido, y la mayoría de melodies ni siquiera sabían realmente de dónde venían tales imágenes.
En 21 ó 22 DBY, uno de los jedi de Skywalker, la historiadora Tionne, visitó Yavin 8 en busca de estudiantes para el praxeum; buscaba a seres, preferiblemente jóvenes, que tuviesen el potencial de aprender los caminos de la Fuerza y convertirse en jedi: Los jedi aprendían en praxeum a manipular la Fuerza para realizar inverosímiles proezas. Tionne encontró a una niña melodie llamada Lyric, que estaba cerca del momento de su mutación. Lyric viajó al praxeum para aprender todo lo posible en los siguientes meses, antes de que tuviese que volver a Yavin 4 para pasar su vida adulta en las aguas de su mundo.
Sannah posiblemente sabía de Lyric y de su extraña misión de aprendizaje en otra luna. Sin embargo, Sannah ignoraba mucho sobre otros planetas: No sabía lo que era la Fuerza ni los jedi. Los conocimientos de Sannah, por entonces de unos ocho o nueve años, estaban especializados para la supervivencia en Yavin 8: Sannah sabía hacer guardia ante huevos o en el estanque de los melodies cambiantes. Sabía cómo y cuándo debía realizarse la visita al estanque, y qué familias debían mutar. Incluso sabía cortar la planta de trico y procesarla para hacer filtros de respiración para alienígenas. Había pasado toda su vida luchando contra los depredadores locales, y podía enfrentar a los raiths y reels sin que el miedo la dominase, aunque la mera mención a la purella aterraba a la joven Sannah.
En 22 DBY, Lyric volvió a Yavin 8 para su mutación. Mientras Lyric y su prole se hundían en la ensenada, Sannah y otra dos niñas melodies tenían la misión de proteger los huevos de la siguiente generación de su gente, en una cueva cerca del estanque. Estaban armadas con rocas arrojadizas, y les iban a hacer falta: El almacén de huevos fue atacado por tres raiths que, como he dicho, eran roedores. Lo que no he dicho es que un raith medía más de medio metro, sin contar la cola, y que tenía dientes enormes.
Las guardianas del almacén de huevos enviaron a la más joven de entre ellas a dar la alarma; quizá podría traer refuerzos de entre los protectores del estanque. Mientras, Sannah y su otra compañera se interpusieron entre los monstruosos raiths y su alimento, preparando sus piedras y tratando de controlar su miedo.
Dos jóvenes humanos llegaron al almacén de huevos en respuesta a su llamada. Se trataba de Anakin Solo y Tahiri Veila, de once y diez años respectivamente, amigos de Lyric que habían viajado con ésta para acompañarla en su transformación. Los humanos se interpusieron rápidamente entre las niñas melodies y los raiths: Solo y Veila habían recibido entrenamiento en el praxeum jedi y confiaban en sus habilidades para enfrentar a esos animales, pese a que contaban sólo con las armas proporcionadas por los melodies.
El combate fue rápido y se saldó con la espectacular victoria de los recién llegados: Veila empaló con su lanza a un raith que intentaba saltar sobre ella; Solo evitó el ataque de un segundo raith y perforó al animal con su propia lanza; y cuando el tercer raith intentó aprovechar el momento en que Solo estaba desarmado, Veila llamó la atención de la criatura con un grito y lo mató.
Sannah, sin aliento, estaba impresionada por lo que acababa de ver y decidió acompañar a estos extraños cuando ellos decidieron volver al estanque a continuar protegiendo a los cambiantes. Eso le daría ocasión de averiguar cuál era el secreto de esa envidiable capacidad de lucha. Ya sentados alrededor del estanque, Sannah interrogó a Solo y, con una vaga idea de lo que podía hacer un jedi, propuso educadamente su propia candidatura. Solo comprendió que Sannah quería proteger a su gente de los monstruos nativos, y por eso habló a Sannah del lado oscuro de la Fuerza: Un jedi motivado por la rabia y la desesperación era susceptible de convertirse en un villano como había sido el tocayo y abuelo del propio Solo. Sannah, en su inocencia, estaba impresionada por todas esas revelaciones en tan breve tiempo.
Solo y Veila habían viajado a Yavin 8 no sólo para ayudar a su amiga Lyric, sino también porque intentaban resolver un misterio descubierto en el praxeum, y una de las pistas les había llevado hasta allí: Solo y Veila habían encontrado en Yavin 4 un globo dorado que encerraba las almas de varios niños massassi muertos, a quienes los jóvenes jedi querían liberar. Las inscripciones en lengua massassi en el globo eran similares a los grabados en los muros de Yavin 8, según les había dicho Lyric. Solo y Veila habían ido a Yavin 8 para ver esas runas e intentar averiguar el significado del texto. Teniendo una ocasión de hablar de ese tema con un nativo, Solo preguntó a Sannah al respecto. Sannah no sabía traducir la grafía massassi, pero explicó a Solo que era, según el rumor, el mensaje de una raza antigua.
A petición de Veila, Sannah explicó los detalles de la vigilancia del estanque: Les dijo que había siete cambiantes de la misma prole en ese momento, y que podían sumergirse para comprobar si todos estaban bien. Solo quiso hacerlo para ver a Lyric, y Sannah le ayudó a ponerse un respirador de trico; Veila, que no sabía nadar, se quedó en la superficie para vigilar.
Fue en parte afortunado, porque durante el breve tiempo en que Solo estaba sumergido, una enorme y siseante serpiente violeta llamada reel atacó el estanque. Veila pidió a Sannah que le alcanzase una lanza, pero la pequeña melodie estaba demasiado aterrada para moverse. Haciendo un esfuerzo, se movió hacia las armas, pero entonces el reel centró su mirada en Sannah, sugiriendo que iba a atacarla, y Sannah se quedó paralizada de miedo. El reel entonces enrolló su cuerpo alrededor de Veila, constriñéndola hasta la asfixia. Sannah y los otros melodies se recuperaron del terror y atacaron al reel con lanzas y piedras, pero fueron incapaces de dañar al acorazado reptil.
Solo emergió del estanque; la Fuerza le había informado de la amenaza. El joven jedi atacó en vano al reel con una lanza e intentó cabalgarlo. Finalmente usó la Fuerza para detener el corazón del monstruo totalmente, acabando con su vida antes de que Veila sufriese daños graves. Sannah se acercó a sus nuevos amigos humanos, les felicitó por su espectacular victoria (cuyos detalles ella no lograba entender), y les explicó que los melodies se comerían el cadáver de la serpiente esa noche.
Niños melodie y humanos se enfrentan al reel
Unas horas después, cuando se hizo de noche, uno de los melodies que vigilaban el estanque decidió sumergirse para ver cómo estaban los cambiantes. Resultó que no quedaba ningún cambiante: Todos habían terminado su mutación y eran adultos. Los niños melodie sacaron del agua a los adultos con aspecto de sirena, para cargarlos de camino a las aguas cristalinas donde estaban sus mayores. Veila preguntó a Sannah al respecto, y ésta le explicó los detalles.
La procesión debía recorrer una serie de túneles, y un monstruoso raith les esperaba en ese camino. Un niño melodie que no formaba parte de ese grupo tuvo la desdicha de topar con el animal y ser atacado. Sus gritos advirtieron a Sannah y a sus asociados de lo que sucedía. Sannah echó a correr hacia el raith, en un intento de salvar a la víctima; y, en cuanto llegó, se interpuso entre depredador y presa. El raith, gruñendo, se encabritó sobre sus patas traseras y se preparó para atacar a Sannah. Solo llegó entonces e intentó avisar a Sannah para que se alejase, pero para entonces el raith ya estaba atacándola.
Sannah esquivó la embestida del raith echándose a un lado, saltó en el aire y aterrizó sobre sus pies. El raith, enfurecido, cargó de nuevo contra Sannah, pero ella rodó en el suelo sobre su costado, levantó su lanza e hirió con ella el flanco del animal. Babeando y rugiendo, el raith lanzó su boca hacia Sannah, pero ella saltó hacia atrás, y el animal mordió el aire. Tardó un segundo en recuperar el equilibrio después de fallar ese ataque, y entonces Sannah le acometió, clavándole la lanza en el estómago y matándole.
Hubo tres importantes testigos de ese combate. Dos de ellos eran Solo y Veila, que dedujeron que Sannah había usado intuitivamente la Fuerza para enfrentarse al raith; Veila después afirmaría haber percibido el uso de la Fuerza por parte de Sannah. El tercero era una araña purella oculta en el techo; esta criatura semiinteligente también quedó impresionada por las capacidades de de ese melodie para destruir, y decidió retirarse a su guarida en vez de atacar: Quizá la purella tenía tanto miedo a Sannah, como a la inversa.
Ya sin más amenazas, el grupo continuó su camino hacia la enorme caverna donde dejarían a los melodies adultos. Fueron recibidos por otros melodies más ancianos, que aguardaban impacientes el reencuentro con sus hijos. Sannah, que no fue saludada por otros, explicó a Solo y a Veila que los adultos estaban a salvo de depredadores en ese lugar.
Los melodies adultos supieron que Solo y Veila habían salvado las vidas de muchos de sus hijos, y decidieron recompensarles con valiosa información. Para hablar con los melodies más ancianos y expertos, Solo y Veila debían sumergirse en el agua, y Sannah les ayudó a ponerse filtros hechos con trico. Sannah les dio también piedras que usar como lastre.
Solo y Veila salieron después, con parte de la información que necesitaban. Para conseguir todo lo que querían, debían ver las runas en persona. Se despidieron de Lyric, e intentaron convencer a Sannah para que les llevase a la cueva donde estaba el mensaje. Sannah era reticente, porque ese lugar era la guarida de la temible purella, y no tenía sentido entrar allí sin un muy buen motivo. Ante la insistencia de Solo, Sannah aceptó guiarles hasta la entrada de esa gruta, pero ella no les acompañaría dentro.
Sannah tomó una antorcha y se pasó todo el camino, de una hora de duración, insistiendo en la necedad de tal gesta. Cuando llegaron a la gruta de la purella, Sannah les entregó la antorcha y se despidió de ellos con la invocación a la Fuerza que ellos le habían enseñado.
Solo y Veila efectivamente desafiaron a la purella para poder ver el mensaje, y derrotaron al monstruo antes de que éste les devorase. Mientras tanto, Sannah volvía con los ancianos melodie para presentarles una solicitud: Ella deseaba su permiso para ir al praxeum con Solo y Veila, para aprender a ser un jedi y colaborar en la protección de su gente. Los melodies adultos, especialmente Lyric, dieron su bendición a Sannah. Ahora sólo quedaba conseguir que el praxeum la aceptase.
Sannah volvió a la guarida de la purella a reunirse con Solo y Veila, sin tener claro que éstos hubiese sobrevivido. Les encontró justo cuando ellos estaban escapando del lugar y, por las prisas, casi atacaron a Sannah antes de reconocerla. En cuanto se calmaron un poco, Sannah encendió una antorcha y guió a los humanos por los túneles hasta señalarse un camino al exterior de la montaña.
Solo intentó despedirse de Sannah pero ella, con voz temblorosa, presentó su candidatura como jedi. Veila secundó la moción, basándose en que Sannah había demostrado su potencial y en que, técnicamente, como aprendices, Solo y Veila debían ser capaces de poder llevar potenciales alumnos. Sannah les prometió controlar su agresividad y aprender, insistiendo en que ella quería servir a su comunidad protegiéndoles de los depredadores hasta que llegase el momento de su metamorfosis una década después. A desgana, Solo aceptó llevar a Sannah hasta el praxeum, dejando claro que la decisión final de aceptarla o no correspondería al maestro Skywalker. Veila tomó la mano de Sannah, y los tres amigos salieron de la montaña.
Para entonces ya había amanecido, y les esperaba una lanzadera espacial, la Pararrayos, pilotada por el humano Peckhum. Peckhum se disculpó por un desliz cometido, y después preguntó por la recién llegada. Veila presentó a Sannah y convenció a Peckhum para que llevase a todos a Yavin 4, con una escala técnica. Sannah nunca había estado en una lanzadera espacial y se sentó junto a la ventana, haciendo constantes preguntas.
Tahiri Veila y Anakin Solo, los amigos de Sannah
Durante el camino, Solo recordó que su investigación de las runas massassi era un secreto, y convenció a Sannah de que no mencionase ese tema al maestro Skywalker. Comprendiendo que podía meter a sus amigos en un aprieto, Sannah aceptó.
Cuando aterrizaron en el praxeum, Solo pidió a Sannah que se quedase en la nave hasta que él pudiese hablar con el maestro Skywalker; de nuevo, Sannah se doblegó a la mayor experiencia de sus amigos en esos asuntos.
Solo y Veila explicaron a Skywalker el potencial de su nueva amiga, sus capacidades y la necesidad de los melodies. Sólo entonces, Sannah asomó la cabeza desde la lanzadera, desembarcó y se presentó a Skywalker. El maestro jedi le dio la bienvenida y aceptó considerar la solicitud; pero también insistió en que Solo y Veila fuesen a la enfermería para tratar sus magulladuras.
Skywalker entrevistó a Sannah, y finalmente decidió aceptarla en la academia jedi. Le dio un mono naranja y la acompañó a ver a Solo y a Veila en la habitación de aquél. Skywalker explicó a Solo y a Veila que era una buena idea entrenar a Sannah para que ella pudiese ayudar en la defensa del pueblo melodie contra la fauna local, mientras que Lyric, con suerte, ayudaría a buscar nuevos candidatos melodie para el praxeum. Sannah abrazó a sus amigos antes de que Skywalker le presentase a la maestra Tionne.
Tionne entonces llevó a Sannah a su nuevo dormitorio y le explicó los pormenores de la academia. Sannah vio que la academia jedi ocupaba antiguos templos piramidales, ruinas que habían sido construidas milenios atrás por la civilización massassi.
Esa noche, Sannah tuvo problemas para dormir por estar en un sitio nuevo, y visitó de nuevo a Solo y a Veila. Vio que éstos estaban intentando traducir un mensaje escrito con runas massassi, y supo parte de los detalles. Sannah compartió con ellos un revelador dato que no habían considerado: En Yavin 8, los textos se escribían verticalmente, no en horizontal. Eso permitió a Solo descifrar el mensaje, y eventualmente liberar a los massassi atrapados. Veila acompañó a Sannah de regreso a su dormitorio. Gracias a ella, Anakin Solo y Tahiri Veila descifraron el misterio del globo dorado y proporcionaron paz a las almas torturadas de los niños massassi apresados.
Con dos lustros por delante hasta su mutación, Sannah inició su aprendizaje en la Academia Jedi y mantuvo trato con varios de los maestros jedi que enseñaban, entre ellos Tionne, su pareja Kam Solusar y el diminuto kushibano Ikrit. Sannah también trabó amistad con otro alumno del templo un año más joven que ella, Valin Horn, hijo del jedi Corran Horn y su esposa Mirax Terrik-Horn. Anakin Solo, por su parte, acabó dejando Yavin 4 por una serie de motivos, para disgusto de Veila.
En el año 25 DBY, cuando Sannah tenía doce años, una amenaza sacudió la civilización: La especie alienígena yuuzhan vong invadía la galaxia, arrasando mundos con sus poderosas naves y armas biotecnológicas. La cultura religiosa y fanática de los yuuzhan vong les llevó a un conflicto aún más arduo contra la Nueva Orden Jedi, cuya mera existencia era herética para los agresores.
Al año siguiente, los yuuzhan vong habían causado tanto daño a la población, que muchos ciudadanos de la galaxia estaban dispuestos a claudicar y aceptar cualquier condición a cambio de que los alienígenas cejasen en su ataque. El mando vong, consciente de ello, inició una tregua y exigió a los "infieles" que les entregasen a los jedi.
La mayoría de Caballeros Jedi estaban dispersos por la galaxia, pero la mayoría de aprendices estaban congregados en la academia de Yavin 4. Eso hacía de Yavin 4 un blanco tentador para los quintacolumnistas que buscaban congraciarse con los yuuzhan vong, entre ellos la llamada Brigada de la Paz. Skywalker usó una técnica fallanassi de la Fuerza para ocultar la academia a todos los visitantes que no supiesen exactamente dónde estaba; pero esa solución, aunque hacía desistir a la mayoría de oportunistas, era temporal. Tres maestros jedi, Ikrit, Solusar y Tionne (para entonces llamada Tionne Solusar, enhorabuena por sus nupcias, pero seguiré llamándola Tionne cuando haya lugar a error), se quedaron en Yavin para proteger a los niños y mantener la ilusión fallanassi de Skywalker.
Los hermanos mayores de Anakin Solo, Jacen y Jaina, también jedis, empezaron a buscar a su asociado Booster Terrik, un empresario y criminal leal a los jedi que poseía el destructor Imperial-II Ventura Errante. Esa nave era lo bastante grande y poderosa para alojar y proteger a todos los alumnos jedi. Por desgracia, Booster Terrik era difícil de encontrar.
El maestro Skywalker, consciente de la dificultad, contactó con otro amigo granuja para que ayudase: El traficante de información Talon Karrde aceptó viajar a Yavin 4 con una flotilla de astronaves para evacuar a los aprendices de jedi a la mayor brevedad posible. Anakin Solo era consciente de todas estas medidas, pero decidió viajar a Yavin 4 con su droide R7 en su propio ala-X, sin el permiso de Skywalker, para ayudar a rescatarles. Solo aterrizó en Yavin 4, driblando a un transporte ligero coreliano de la Brigada que estaba escaneando el sistema para informar a una flota.
Para entonces, los maestros jedi habían reunido a todo el alumnado, una veintena larga de más de una docena de especies, en la sala central del más grande templo, astutamente llamado el Gran Templo. Sannah se sentaba cerca de Veila y Horn, y vieron entrar a su viejo amigo Anakin Solo. Sannah le saludó efusivamente desde la distancia, pero Veila pidió a su amiga que no se acercase a Solo en ese momento porque claramente Solo estaba reunido con los maestros.
Sannah en tiempos de la invasión yuuzhan vong
Los maestros jedi descubrieron que una flota de al menos doce naves de la Brigada había encontrado la academia jedi. El plan de Solo era mantener la posición hasta que llegase Karrde, cuya armada estaba lo bastante armada para rechazar a los invasores. Los maestros jedi decidieron llevaron a los alumnos a una cueva oculta en otro edificio massassi, el Palacio de la Lanamandra; Solusar y Tionne irían en dos barcos, cada uno con la mitad de la clase. Mientras tanto, Ikrit y Solo se harían fuerte en el Gran Templo, fingiendo que los niños estaban también allí, y así retrasarían a la Brigada. Ikrit y Solo mantendrían la charada usando armas controladas automáticamente e ilusiones creadas con el poder de la Fuerza. El Templo tenía escudos, pero éstos no resistirían un ataque continuado.
Horn, Sannah y Veila decidieron desobedecer la orden y quedarse atrás para ayudar a Solo en la defensa. Veila tenía sentimientos románticos hacia Solo y quería estar con él; mientras que Horn y Sannah admiraban el valor de su amigo y deseaban emularle, pese a no tener su poder. Solusar y Tionne fueron fácilmente burlados (Cada uno creía que los niños ausentes viajaban en el bote del otro); pero Ikrit, que había sido maestro de Solo y de Veila, estaba seguro de que ella iría en ayuda de Solo. Ikrit sin embargo guardó silencio sobre esto; él había profetizado su propia muerte en la inminente batalla y preparó su propia estrategia para ayudar a sus alumnos. La hermana de Valin Horn, Jysella, se mantuvo con el grueso del grupo, protegida por Solusar y Tionne.
Las fuerzas de la Brigada, al mando del teniente Kot Murno, amenazaron formalmente el Gran Templo y, tras una educada y agresiva negociación, iniciaron el ataque. Solo respondió, y de pronto se dio cuenta de que tenía ayuda imprevista: Horn, Sannah y Veila habían hecho una barricada con mesas, en la puerta exterior del Templo, y devolvían el fuego al enemigo. Solo corrió a recriminarles, y el entusiasmo de Veila se desvaneció cuando su amigo le dijo que no tenían vía de escape: Solo contaba únicamente con su caza ala-X, en el que había espacio sólo para un piloto y un ser diminuto como Ikrit, pero no para otros tres pasajeros. Además, subrayando sus palabras, la Brigada consiguió derribar el escudo del Templo.
Solo improvisó un nuevo plan: Robarían una nave de la Brigada. Para ello lo primero que tenían que hacer era salir del Templo, e intentar usar el turboelevador. Cuando éste se detuvo, descubrieron que la Brigada había entrado en el Templo y seis personas armadas abrieron fuego contra ellos. Solo detuvo los disparos enemigos usando su sable láser, y bajó del ascensor para enfrentarse a estos atacantes. Veila se unió a él. Solo ordenó a Horn y a Sannah que continuasen bajando en el elevador y que se reuniesen con Ikrit. Esta vez, los niños jedi obedecieron: Huyeron de la escaramuza, dieron con el maestro, y todos juntos cruzaron un hangar. Mientras tanto, Solo y Veila usaban una ruta alternativa para seguirles.
Ikrit llevó a sus protegidos a un manantial de aguas termales, en una gruta subterránea, sabiendo que Solo y Veila encontrarían el camino hasta allí, pero que la Brigada no podría. Efectivamente, Solo y Veila llegaron poco después. Solo preparó entonces su plan: En cuanto se hiciese de noche, él y Veila escalarían hasta la superficie a robar una nave, y después volverían a por el resto del grupo. Horn y Sannah, que ya habían entendido que su presencia hacía más peligrosa la situación, aceptaron el plan.
De izquierda a derecha, fila superior: Tionne, Kam Solusar
Fila inferior: Ikrit, Valin Horn
La parte fácil fue requisar un carguero. En cuanto Solo y Veila derrotaron al piloto, el mercenario humano Remis Vehn, contactaron con Ikrit y fueron a buscar a sus amigos. Horn, Ikrit y Sannah subieron a bordo. Entonces, la Brigada comprendió que habían perdido el control de esa nave, y bloquearon su ruta con otras naves. Ikrit usó sus poder telequinéticos para empujar otro carguero mucho más grande que tapaba la salida de la gruta, pero en el proceso él se vio obligado a desembarcar y salir a la superficie antes de que los niños pudiesen detenerle. Una vez allí, pudo empujar a una corbeta y un carguero ligero, pero estas naves abrieron fuego contra el pequeño maestro, acabando con su vida. Veila bajó de la nave para intentar rescatar a su mentor, pero era demasiado tarde y sólo consiguió dejar el cadáver kushibano a bordo. Peor aún, ella misma quedó varada en tierra.
Ante el ataque de la flota enemiga, Solo tuvo que retirarse hacia la jungla con la nave para proteger al resto del grupo, dejando atrás a su vieja amiga. Solo se prometió a sí mismo llevar a cabo una operación de rescate en cuanto tuvieran ocasión; pero en ese momento, él tenía que pilotar el carguero sobre los árboles del planeta, esquivando a tres naves perseguidoras. Sannah, llena de frustración y rabia por haber perdido a su amiga Veila, disparó el turboláser de a bordo con poca precisión, incapaz de impactar a ninguno de sus enemigos. Solo destruyó a dos de las naves con torpedos de protones e intentó animar a Sannah para mejorar su precisión, pero fue en vano: Un ala-E de la Brigada les acosaba. Finalmente, Solo decidió sentar en el puesto de artillero al piloto, Vehn, cuya vida también estaba amenazada por la Brigada de la Paz. Lograron destruir el ala-E, pero no antes de ser impactados y verse obligados a hacer un aterrizaje forzoso. Sannah y Horn quedaron aturdidos durante el aterrizaje forzoso; ella incluso quedó inconsciente y magullada pero su arnés de seguridad impidió que sufriese daños más graves.
Mientras tanto, las fuerzas de Karrde llegaron a Yavin: Eran el transporte coreliano Acción VI Salvaje Karrde, el Acción V Etéreo, la corbeta Formación del Idiota y el Deceso Repentino (cuyo tipo no he logrado averiguar). Karrde fingió cooperar con el comandante de la Brigada, Capitán Imsatad, pero le traicionó en cuanto pudo reunirse con Solusar. Karrde subió a los otros niños y a los maestros jedi a su nave insignia, Salvaje Karrde, pero no pudo salir del sistema: Durante las siguientes cuatro horas, batalló contra la flota de la Brigada. Entonces apareció una flota de naves yuuzhan vong que venían a establecer una colonia de investigación y desarrollo para su casta de formadores: Los yuuzhan vong, ajenos a la actividad de la Brigada, empezaron a construir edificios orgánicos en la superficie de Yavin 4.
Volvamos al grupo de Sannah. Solo tomó el mando de la situación, cortó las correas de seguridad de Sannah y encargó a Vehn que cargase con ella mientras todos salían de la nave. Horn estaba preocupado por su amiga, pero no había realmente motivo: Solo utilizó sus poderes de la Fuerza para sanarla, y ella pronto despertó. Se encontraba bastante mal.
Sannah se deprimió al recordar lo sucedido: Habían perdido a Ikrit y a Veila, a quienes daba por muertos. Solo, sin embargo, insistió en que percibía a Veila viva gracias a sus poderes. Veila ansiaba rescatar a Veila, recordando cómo ella había luchado por proteger a los melodies, pero Solo le recriminó que Veila estaba en apuros precisamente por la intrepidez irreflexiva que habían mostrado Sannah y Horn. Sannah, sorprendida pero razonable, dio la razón a Solo y se culpó de la muerte de Ikrit; Solo trató de consolarla.
Solo decidió hacer reconocimiento de la zona para asegurarse de que el enemigo no estuviese cerca. Dio un bláster a Sannah para que vigilase la zona; puso a Horn al mando del campamento y le dio la tarea de inventariar recursos; y les ordenó no prestar atención a Vehn.
Karrde y Solusar seguían buscando a los cuatro niños jedi desaparecidos. Los poderes de Solusar le aseguraban que Solo y Veila estaban con vida; y su intuición le decía que Horn y Sannah también. Karrde envió a los niños a Coruscant en dos de sus naves para ponerlos a salvo, y para pedir refuerzos militares con los que recuperar Yavin. La Nueva República sin embargo rechazó hacer esto último, así que la única esperanza de los jedi era encontrar a Terrik.
No obstante, Karrde mantuvo una suerte de bloqueo al sistema: Solusar usaba sus poderes para escanear cada nave que tratase de irse, para confirmar que no llevase jedis a bordo. Solusar también dirigía sus poderes a la superficie para verificar que sus cuatro jedis perdidos seguían en el planeta. Mientras tanto, Karrde mantenía sus nave ocultas (El resto de su flota volvió de Coruscant pocos días después), para que los yuuzhan vong no le detectasen.
Solo, Sannah, Horn y Vehn pasaron varios días ocultos en una cueva cerca del lugar del impacto de su nave. Solo no quería llevar a Horn y a Sannah a un combate, ni tampoco dejarles solos con Vehn, lo cual restringía mucho sus opciones para rescatar a Veila. No obstante ello, previendo que encontraría una forma de actuar, Solo empezó a construir un speeder con piezas del ala-E abatido. En ese tiempo, Horn reveló a Solo que él y Sannah habían desobedecido órdenes para ayudar a Solo porque le admiraban y querían emularle; eso provocó cierta culpabilidad en Solo.
Cuatro días después del impacto, Sannah encontró los restos de la nave de Vehn, y Solo decidió intentar repararla. Vehn insultó a los jedi, y Horn reaccionó usando la Fuerza para torturarle lanzándole gusanos, lo cual provocó la risa de Sannah. Solo reprendió a sus protegidos hasta avergonzarles, y después insistió en que le ayudasen a reparar la nave hasta conseguir despegar. Ese mismo día fueron contactados por el droide R7 de Solo, "Cincos", que se reunió con ellos un día después.
En el séptimo día después del impacto, Solo encontró a un viejo conocido: Qorl, un ex-piloto de caza TIE metido a ermitaño que vivía en las junglas de Yavin. Solo confiaba en Qorl, así que reclutó al asceta para su grupo y le puso al cargo de su pequeño grupo, de modo que él, Solo, pudiese ir en misión a rescatar a Veila. Vehn no se atrevía a huir, pues temía los poderes de los niños jedi y las capacidades agresivas, más mundanas y dolorosas, de Qorl.
A lo largo de los días siguientes, Sannah y los demás consiguieron reparar el transporte. Habían tenido que canibalizar el hipermotor así que no podían dejar el sistema Yavin; su oportunidad era salir del planeta y encontrar a algún aliado que les llevase lejos.
Tras una odisea de ocho días, Solo consiguió rescatar a Veila, mas no antes de que ella hubiese sido torturada y condicionada por los yuuzhan vong. El transporte de Vehn, con éste al timón, acudió a recoger a Solo y Veila, para sacarles de la luna. Solusar les detectó, y el Salvaje Karrde se posicionó para recogerles. Horn y Sannah, a su vez, usaron la Fuerza para detectar a Solusar a bordo de esa nave. Sólo quedaba acoplar las naves, lo cual podría hacerse en cuanto unos alcanzasen a los otros, en unos veinte minutos.
Por supuesto, los yuuzhan vong observaron el tráfico naval ajeno en un sistema que supuestamente ellos controlaban. Los cazas saltacoral de los yuuzhan vong atacaron al transporte de Solo, logrando causarle daños. Karrde lanzó sus cuatro naves más rápidas a enfrentarse a los yuuzhan vong.
Solo respondía al fuego de los saltacorales, pero una nave nodriza yuuzhan vong se acercaba por estribor; no podían escapar de ambos tipos de naves a la vez. Solo consiguió destruir cazas enemigos, cuyos restos golpearon y sacudieron la nave de Vehn. Mientras tanto, la flota de Karrde sufría varios daños: El Deceso fue destruido; el Etéreo recibió impactos en los motores que le impedían mantener el ritmo de la batalla; y la Formación se sacrificó para llevarse por delante un destructor vong.
Por suerte, los jedi recibieron refuerzos inesperados: El Ventura Errante de Terrik llegó al sistema, con un arma secreta que destruyó espectacularmente la nave nodriza vong, y una escolta de alas-X pilotados por los hermanos mayores de Anakin Solo para dar buena cuenta de los saltacorales. Terrik incluso logró rescatar a la mayoría de tripulantes de la Formación. El grupo de Solo subió a bordo del Ventura Errante y así lograron escapar al hiperespacio, lejos de Yavin. La gente de Karrde también huyó.
El praxeum de Yavin 4 había sido destruido, pero Terrik ofreció el Ventura como sede de una nueva academia jedi. El Ventura no era rival para una flota de naves de guerra, así que debían evitar un conflicto directo: Realizarían saltos erráticos por el hiperespacio para mantener a salvo a los niños, hasta que éstos encontrasen un nuevo hogar seguro. Eso haría más difícil conseguir suministros para su destructor, pero Terrik estaba dispuesto a enviar naves con transpondedores falsificados para esa labor logística.
Unos meses después de esos eventos, el padre de Valin Horn explicó a Anakin Solo cómo sus actos influenciaban a jedis más jóvenes como Sannah, a través de su ejemplo; y le recomendó ciertos cambios en su actitud.
Sannah se mantuvo en el Ventura Errante durante el resto de la guerra, incluso cuando Yavin 8 fue aniquilado por un bombardeo de los yuuzhan vong en 27 dbY, matando a la mayoría de melodies incluida Lyric, la amiga de Sannah.
Finalmente, en 29 DBY, cuando Sannah tenía sólo dieciséis años, la guerra terminó con la derrota de los yuuzhan vong. El Maestro Jedi Luke Skywalker convocó el Cónclave de Zonama Sekot para reunir a prácticamente todos los jedi en activo. Los estudiantes del Ventura Errante estuvieron entre los presentes. Skywalker les dio un día para ponerse al día hablando unos con otros, y después dio un discurso para todos en un claro del bosque. Allí propuso planes futuros para la Orden Jedi, y pidió a cada uno de los jedi que considerase cómo servía mejor a la Fuerza: Algunos jedi decidieron unirse al ejército o al nuevo gobierno pangaláctico, la Alianza Galáctica; otros querían ayudar a reconstruir los mundos arrasados; y otros se plantearon volver a sus hogares.
No sabemos todavía qué hizo Sannah después de la guerra; ni tampoco cómo le afectó la metamorfosis de su mayoría de edad, habida cuenta de que los recursos de su luna para facilitarla ya no estaban disponibles.
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