"El más noble de entre nosotros ha ofrecido su sabiduría" (Naga Sadow]
Simus fue un poderoso Sith que, rondando el año 5.000 ABY, en plena era de esplendor del Imperio Sith, trató de convertirse en su máximo dirigente. En su intento por obtener el título de "Señor Oscuro del Sith" tuvo que enfrentase a varios rivales pero su gran enemigo, y con quien terminó batiéndose en singular duelo fue Marka Ragnos.
Ni su sangre Sith pura, ni ser uno de los Lores más nobles y poderosos fue suficiente para alcanzar la victoria y durante el duelo Ragnos consiguió, pese a ser un híbrido, amputarle la cabeza. Para cualquier otro Sith ese hubiese sido el final pero Simus, gran conocedor de la antigua alquimia y de la magia Sith, consiguió sobrevivir usando arcanas técnicas que sólo él conocía.
Su cuerpo estaba destrozado pero su cabeza, casi intacta, fue alojada en el interior de un gran recipiente de metal con paredes de un material cristalino de color anaranjado (ver imagen) que lo mantuvo "con vida" durante otro siglo.
Simus de cuerpo entero y reducido a una simple cabeza
Desde su urna Simus podía ver y escuchar a otras personas y se podía comunicar con ellas usando el pensamiento y estaba siempre rodeado de guardianes que transportaban la caja en la que estaba confinado. No tener cabeza no mermó su poder ni le impidió acceder al Consejo de Lores Sith ni tomar un discípulo, Naga Sadow , al que confió gran parte de sus secretos convirtiéndolo en un poderoso Lord del Sith.
Tras la muerte de Ragnos su alumno y Ludo Kressh, por entonces los dos Lores más poderosos, se enfrentaron por el domino de los Sith durante el entierro del primero quien, aparecido en forma de espíritu, les anunció que un gran peligro se cernía sobre los Sith.
La profecía de Ragnos se hizo realidad casi al instante con la inesperada llegada de Jori y Gav Daragon, dos aventureros que llegaron hasta ellos por casualidad abriendo, sin querer, un ruta hiperespacial que unía el Imperio Sith con la Antigua República.
El evento supuso un nuevo punto de desencuentro ya que Kressh defendía que los Sith debían permanecer ocultos a la República y Sadow se inclina justo por todo lo contrario, por ampliar el imperio y por atacar a sus antiguos enemigos. Para tomar una decisión, y dado que en ese momento ninguno de los dos era, de facto, líder del Imperio la cuestión se llevó al Consejo donde la tesis defendida por Sadow y apoyada, entre otros, por Simus consiguió imponerse.
Simus habla con los Daragon en su celda
Terminada la reunión Simus, transportado por sus guardias, acudió a ver a los Daragón en su celda y le comunicó que se había ordenado su ejecución por considerarse que su presencia era peligrosa para el Imperio Sith. Eso fue lo último que hizo ya que Sadow, tras pedirle perdón, acabó con su vida y con la de sus esclavos empleando un arma procedente del Starbreaker 12, la nave de los exploradores para que pareciese que había sido cosa de estos.
Cuando la cabeza de Simus fue encontrada poco después sin vida junto a sus hombres y al comprobar que los Daragón habían escapado, en realidad habían sido liberados en secreto para que sirvieran de peones involuntarios al plan de Sadow, la posición de este se hizo más sólida y eso le permitió imponerse a su rival.
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