20º Salón Internacional del Cómic de Barcelona
Una crónica personal de lo acontecido entre el 9 y el 12 de mayo
en la Estación de Francia de la Ciudad Condal
Por: Christian "Alakran" Rubio
Un año más, me dirigía al Salón del Cómic en su día de opertura (el jueves) por ser el día más tranquilo, con menos bullicio y con menos aglomeraciones en los stands y exposiciones. Y el día ayudó, por que la lluvia que caía consiguió que más de uno se quedara en casa. Tras adquirir la entrada, me dirigí hacia el interior, siguiendo mi ya tradicional paseo entre los stands, de derecha a izquierda en espiral (un complicado sistema que cada año utilizo para "repasarme" el Salón).
Los primeros stands ya evidenciaban lo que se avecina, el próximo estreno de El Ataque de los Clones, puesto que mostraban, entre cómics, juegos de Rol, novelas, juguetes y demás mercadería, las últimas novedades editoriales de StarWars: la novela, el diccionario visual y el libro de vistas en sección. La novela ya la había adquirido como regalo de Sant Jordi (el día del libro), y los otros dos libros quedaban descartados de mi lista de la compra hasta ver la película (yo soy de esos que prefiere no conocer el argumento antes de ver la película, aunque la verdad es que ha resultado imposible no enterarme de prácticamente todo por culpa de las revistas de cine). En cuanto a precios, la novela cuesta 18 Euros y los otros libros 17.99 cada uno.
Otra novedad del Salón era el cómic Los Jedi contra
los Sith, guionizado por Darko Makan y dibujado por el barcelonés
Ramón Fernández Bachs. No me lo compré, porque
ya tenía la serie completa en inglés. Sobre este cómic,
he leído críticas que lo dejaban muy bien: un guión
muy maduro, una dura historia bélica dentro del universo StarWars,
uno de los mejores cómics de StarWars jamás realizado...
Mi opinión es radicalmente opuesta. Ante una gran historia
como era el enfrentamiento final entre el Lado Luminoso y el Hermandad
de la Oscuridad, con final apoteósico incluido (recordemos
que la historia de la batalla de Ruusan, narrada en el cómic,
ya había sido revelada en el videojuego Jedi Knight,
la novela gráfica del mismo nombre y la novelización
de La Amenaza Fantasma), la historia peca de infantilista a
causa de los protagonistas y muestra una ambientación muy alejada
tanto de la películas como de los otros cómics sobre
los Relatos de los Jedi. El precio del disgusto, 11.95 Euros.
No faltaban las figuras de Hasbro, evidentemente. Desde las de la trilogía clasica, las rarezas de coleccionista y las ofertas, hasta el nuevo caza Jedi, las previews del Episodio II y las impresionantes piezas de 12", pasando por las impepinables figuras piratas Made in China. No soy coleccionista de figuras, pero esta vez incurrí en la excepción y adquirí un Darth Vader con casco extraíble y un par de Lukes en armadura de Stromtrooper, uno pirata y otro oficial, para añadirlos a mi escueta colección. Ahora adornan la torre del PC, junto con otro par de villanos de la saga :-)
En el apartado de los juegos, me hice con la revista Portal (4.20 Euros) , que incluía un sobre del nuevo juego de cartas coleccionables del Episodio II, y me prometí a mi mismo aprovechar las demostraciones del juego para aprender a jugar. Los sobres y barajas ya estaban disponibles en castellano, a 4.15 y 12.99 Euros respectivamente. Me hice con un poster que a la vez hace las funciones de tablero antes de continuar mi periplo.
Encontré unos cuantos cómics que buscaba hacía
tiempo para completar mis colecciones, estuve en la exposición
de Blacksad (una alegoría del nazismo con animales como protagonistas),
me tomé unas cervezas y demás con unos bienhallados
compañeros de clase, esquivé a unos cuantos vendedores
de fanzines ávidos de compradores incautos y pregunté
precios aquí y allá para comparar (y verifiqué
que las ofertas escaseaban). Después de visitar el stand del
Hombre Mosca (un personaje emblemático en estos eventos,
por ser un freak de cuidado y el autor de cómics paródicos
como ChocoKlingons o El Señor de los Pardillos), entablar amistad
con gente de ese stand que decía conocerme (lo raro es que
yo no les recordaba), dejé todos mis trastos allí y
me dispuse a buscar a uno de los Lores, Episodio-Q, que me
aseguró que estaría en el Salón.
Tras localizarlo, me apuré a enterarme de cómo había
conseguido él su pase de prensa, para hacerme yo con uno para
el día siguiente. Una presentación de por medio y unos
intercambios de números, y ya tenía mi pase apalabrado.
Hoy en día hay que saber moverse. Previamente había
conseguido un descuento en la entrada, pero esto era mejor.
A sabiendas que el Club de Fans Oficial compartía stand con el diario catalán AVUI, nos dirigimos hacia allí con el objetivo de solventar dudas y problemas con la suscripción a la revista del Club, la StarWars Magazine. Tras conocer al presidente del Club, Fernándo Vázquez, me entregaron mi ejemplar del nº 4, que nunca había llegado al buzón, previa comprobación de mis datos de socio. Estuvimos intercambiando relatos y opiniones sobre nuestra saga favorita con el presi, y sobre la marcha quedamos con él en hacerle una entrevista al día siguiente. Regalo de póster, estrechamiento de manos, despedidas varias, recojida de bártulos del stand del Mosca y mañana será otro día.
Esa misma noche, contacté con Lord Dante, otro de los compañeros
de los Lores, para invitarle a venirse al Salón conmigo
y porque necesitaba su sudadera para hacerme las fotos en el Salón
(la mia está por llegar en el momento de escribir estas líneas
debido a problemas con el fabricante). Ya había decidido entrevistar
al presidente del Club y a algún responsable de Devir Iberia,
licenciatarios para España del juego de cartas y el juego de
Rol de StarWars de Wizards of the Coast. Comenté
con los compañeros de redacción en SithNET lo
de las entrevistas, en busca de preguntas que a mi no se me hubiesen
ocurrido.
Viernes, 16 horas. Llego del trabajo, rápida lectura del correo
y partida hacia el Salón. Se me une Dante, que aprovecha la
visita para comprarse varios libros y el nuevo juego de cartas. En
el stand de Devir, encuentro a un compañero del metal
que me presentará a la RRPP de la empresa, Alexa. Tras demostrar
ésta que no tenía los conocimientos requeridos en la
entrevista, César toma su lugar y solventa mis dudas. Foto
de rigor, intercambio de direcciones electrónicas y me siento
allí mismo para que me enseñen a jugar al StarWars
Trading Card Game. Una extraña sensación de deja
vú me asalta: el año pasado estuve aprendiendo a
jugar al, por aquel entonces, último
de cartas de StarWars, el Jedi Knights. Pero a diferencia del
año pasado, el juego me sorprende negativamente. Como el mismo
demostrador me advierte, esto es el Harry Potter de las Galaxias.
Y cuanta razón tiene: el sistema de juego es más sencillo
que el mecanismo de un sonajero, con tiradas de dados por doquier;
acaba siendo más un parchís galáctico que otra
cosa. Y para rematar la faena, me como un par de spoilers gracias
a las imágenes de las cartas.
Después del suceso, una visita a la exposición
de Spider Man nos quita el mal sabor de boca. Y es que este año
no es solo de los Clones, el arácnido tiene también
algo que decir. Atino a ver entre la vorágine de visitantes
a Episodio-Q, y nos vamos todos juntos al stand del Club Oficial,
donde nos hacemos con el suplemento dominical del AVUÍ
de la semana anterior (dedicado al Episodio II), recopilamos
imanes de South Park para la nevera*, rellenamos unos boletos para
un sorteo de merchandising de La Saga y asediamos al presidente
para la entrevista prometida. Nos contesta diplomática y correctamente,
nos damos por satisfechos y decidimos volver a casa con una grata
sensación de satisfacción. Y el año que viene,
más.
Eso sí, el último stand antes de salir nos soprende con sobres a precio de saldo del Young Jedi y el Jedi Knights, no pudiendo evitar la tentación de llevarnos hasta el último pack. Y es que, cuando de StarWars se trata, la carne es débil.
*De todo lo que es gratis y te interese, coje dos. Luego quedarás como un rey regalando la pieza sobrante a alguien que no pudo asistir.
Por: Christian "Alakran" Rubio
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