Diario de cadiz
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LA FUERZA ACOMPAÑÓ A LUCAS
El director congregó a más de mil aficionados en las inmediaciones de la
Plaza de España, donde rodó varias escenas de 'Episodio II'
Sevilla. Un rodaje con todos sus avíos. Eso es lo que se vivió ayer en la
Plaza de España, lugar escogido (y acordonado) por George Lucas para filmar
varias escenas de su Episodio II, una nueva entrega de La Guerra de las
Galaxias.
Achuchones contra las verjas del Parque de María Luisa (lo más
cerca que estaba permitido acercarse), desfile de fans disfrazados al más
puro estilo galáctico y algún que otro duelo con espada láser (de plástico,
eso sí) dibujaban una singular estampa desde altas horas de la mañana. De
hecho, los más madrugadores aseguraban haber llegado a las 5.00 horas. Sin
embargo, la acción aún no estaba allí.
En las proximidades de la Macarena,
los extras seleccionados hace algunos días en Sevilla eran ataviados y
maquillados para ser conducidos a continuación hasta la plaza en unos
autocares dispuestos por los responsables de la producción.
Mientras, las
más de mil personas que se agolpaban cerca de la zona de rodaje alegraban la
espera con vítores a cualquier artificio que pasara por el lugar: que si la
furgoneta del hielo, que si el camión del catering... Todo valía para hacer
tiempo hasta que, hacia las 11.30 horas, empezaban a hacer aparición las
estrellas: George Lucas, la actriz Natalie Portman (que interpreta a la
reina Amidala), el actor Hayden Christensen (que da vida a Anakin), y Ahmed
Best, a quienes seguiría poco después el grupo de extras.
Ahora bien,
todavía quedaba bastante para verles tras las cámaras, sobre todo porque se
avecinaba la hora del almuerzo, encargado a una prestigiosa empresa de
catering que abasteció a todo el equipo de paella, filetes, ensaladas
varias, patatas, macarrones, frutas y yogures.
Con todo, el rodaje
propiamente dicho no comenzó hasta las 14.00 horas. Un poco antes, algunos
figurantes recibían instrucciones para ensayar la escena elegida con dos
dobles, hasta que finalmente se comenzó a filmar con Portman y Christensen
un diálogo en el que ambos se desplazaban desde la fuente ubicada en el
centro de la plaza hasta una de las torres, pasando por el pequeño puente que
conduce a ella. En concreto, y según fuentes cercanas al rodaje, se tomaron
imágenes desde diferentes ángulos llegándose a utilizar incluso un steady
cam, o lo que es lo mismo, un brazo articulado.
Entretanto, y ya bien
entrada la sobremesa, el número de aficionados iba menguando bajo un sol de
justicia (se superaron los 40 grados) que sólo se vio contrarrestado cuando
los aspersores del parque comenzaron a girar empapando al personal que se
había congregado junto a las vallas.
Pero la jornada tocaba a su fin.
Después de un breve descanso, a primeras horas de la tarde los equipos de
filmación reanudaban el trabajo para dar por terminada su tarea en la
capital hispalense a eso de las 19.30 horas. Fue entonces cuando los
aficionados que habían tenido la paciencia de aguantar allí toda la jornada
vieron recompensado su tesón con apretones de manos de Lucas (que ya se
había acercado a los presentes durante la mañana) y de los actores, además
de algún autógrafo.
Así culminaba un día intenso en el que cada cual tomaba
su camino de vuelta: los seguidores de la saga, hacia sus diferentes lugares
de origen; los extras, hacia las dependencias en las que cobrar las 8.000
pesetas de rigor por los servicios prestados; y George Lucas hacia su hotel
que, según fuentes consultadas por este diario, no era otro que el Imperial.
Es más, dichas fuentes apuntaban ayer que el director había solicitado una
limusina (lo cual hacía pensar en un posible paseo nocturno), aunque a las
7.30 de hoy partiría rumbo a Londres.
Todo ello si no se cumplen las
previsiones del productor ejecutivo de la cinta, que bromeó ayer con algunos
aficionados anunciándoles que tal vez se quedarían en Sevilla dos días más
para hacer turismo.
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