"El Orden sirve a quienes están en el poder. El resto no podemos esperar" (El Hilador de la Muerte)
Más de mil años atrás un grupo de humanos Sith que llevaban a su señor, Naga Sadow, cristales para sables de luz, sufrieron un accidente y su nave, la "Presagio", se estrelló en el planeta Kesh. Los lugareños, una sociedad muy primitiva que tenía una profecía sobre los Celestiales, los Protectores del firmamento, los tomaron por dioses, y ellos, en lugar de volver con su señor, decidieron crear allí un nuevo imperio, "La Tribu".
Desde ese día el planeta quedó dividido en dos grupos, los nativos y la meritocracía Sith humana que detentaba el poder y buscaba la perfección física. Estos últimos, temerosos de que las ancestrales luchas internas los diezmasen, como en ellos era costumbre, crearon una estructura de poder jerárquica que canalizase las ambiciones.
La citada estructura, con un gran señor en el puesto más alto, no siempre fue respetada pero el Gran Señor Hilts, que es el actual gobernante, ha recuperado las tradiciones y Kesh vive una paz relativa, con la ciudad engalanada y disfrutando de una de sus fiestas tradicionales en las que se rememora la llegada de los Celestiales.
Los humanos Sith en las calles de Kesh
Por las calles pasea gentes de todo tipo y entre ellos el Hilandero de la Muerte, un esclavo disfrazado de cómico que se lanza, cuchillo en mano, contra el palanquín de Hilts. En su interior el agresor sólo encuentra a la Oficial Sith Takara que, usando la Fuerza para empujarlo, lo detiene y lo llevan ante el Gran Señor.
Takara informa a su líder que el Hilandero en un simple cordelero y tejedor, un esclavo de los suburbios de Eorm, y aunque Iliana, la mujer de Hilts, cree que debe matarlo el Gran Señor esta interesado en otras objetivos. Investigador incansable y ya bastante anciano, Hilts cree que la gran batalla que hay que ganar es la del tiempo y como ya cuenta con Naves de Madera Alanciar, cree que deben explorar una nueva frontera.
Hilts ordena a Takara, que es hija suya y de Iliana, con quien comparte el rojo cabello, que vuele hasta los nuevos puertos situados al oeste de Berav y entregue al Hilandero como tripulante al Capitán Chegg que acaba de llegar pero que no tardará en partir. Ella así lo hace sin embargo, tras dejarlo en la nave, en lugar de regresar se oculta en ella y zarpa como polizón.
El capitán Chegg y su tripulación Keshir
Cuando el Hilandero descubre a la joven oficial le pregunta porqué ha escapado si es la heredera y esta le explica que el Gran Señor es elegido, en base a sus méritos, por los altos señores sin que la sangre tenga ninguna influenci. Ella se labrará su propio destino.
Un barco es un lugar pequeño y cuando el capitán la descubre, sin dejarse impresionar porque sea una humana y Sith, la pone a trabajar. Tanto ella como el Hilandero quieren ir a Alanciar sin embargo pronto descubren que el barco se dirige hacia el polo norte. Fue allí en Keshtah, donde se estrellaron los Sith cuando llegaron al planeta y ese es el lugar donde Hilts ha enviado a Chegg.
Al llegar a su destino la tripulación desciende y montan un campamento al que llaman "La Estrella del Sur" y tanto Katara como el Hilandero de la Muerte intentan atacar al capitán para apoderarse del barco y viajar en el hasta Alanciar. Su maniobra no surte efecto y ambos tienen que huir del capitán y de sus hombres que no tardan en darles alcance.
Los humanos Sith en las calles de Kesh
Su situación es desesperada pero la llegada de unos desconocidos que acaban con sus perseguidores los salvan. Los recién llegados se presentan como "Los Condenados" y, tras afirman que han compartido en secreto el planeta con los Sith desde que estos llegaron, les dicen que ahora ellos también forman parte de su grupo.
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