"Nunca serás un Jedi. Aquí no hay nada para ti" (Till'in a Theon)
La guerra ha sido larga y cruenta y el Imperio Sith, ha tenido que conquistar cientos de mundos para obtener recursos energéticos que le permitan mantener operativa su gran maquinaria de guerra. El armisticio firmado tras la destrucción parcial de Coruscant ha permitido a los siete miembros del Consejo Oscuro Sith supervivientes, gobernar en nombre de su emperador y cada uno de ellos ha podido tomar, para su uso particular, un sistema planetario sin valor estratégico que ahora es zona prohibida para el resto.
Theon y el maestro Zho aterrizan en Taris y el anciano, tras interesarse por la madre del joven, su antigua alumna, le pregunta si ya es un caballero Jedi. El muchacho le responde que no pertenece a la Orden Jedi y acto seguido ambos interrumpen su paseo al notar una presencia extraña.
Varios sujetos, que usan generadores de escudos de invisibilidad, los están siguiendo y Theon lanza una bola que genera un pulso energético que los deja al descubierto. Se trata de tres asesinos Sith que exigen la entrega del maestro Jedi y aunque el joven dispara contra ellos la pareja debe huir cuando Zho, que trata de ayudarlo, no consigue que su sable de luz se active.
Mientras escapan Zho explica que los perseguidores son "Caballeros Sith", un grupo de miembros de la Orden Jedi capturados por Darth Mekhis y convertidos por esta en máquinas a las que no se les conocen vulnerabilidades. Al oírlo Theon opta por huir hacia una zona del planeta en la que los niveles de radiación son muy altos esperando que eso confunda los sensores de los perseguidores.
Theon y Zho escapan mientras el anciano, refiriéndose al fallo de su sable dice: En ocasiones si lo sacudes …
Zho sigue de cerca a Theon mientras le cuenta que la razón por la que lo buscan es que ha pasado veinte años en el sistema Vesla donde ha descubierto que Mekhis ha creado todo tipo de engendros y máquina asesina. El joven, sin dejar de prestarle atención, comunica con M-6, su androide personal, y le pide que prepare la nave para que puedan despegar en cuanto lleguen a ella pero para entonces Teff'ith, la prisionera que lleva en la bodega, ya ha conseguido liberarse y lo espera empuñando un poderoso rifle bláster.
Al verlos acercarse la hermosa twi'lek apunta el arma pero en lugar de disparar contra el joven lo hace contra los caballeros Sith a los que no consigue destruir pero si retrasar. Theon salta a la nave y se dirige a la cabina mientras en la rampa Teff'ith y Zho retienen a los perseguidores. El maestro Jedi usa su sable con habilidad y cuando por fin están a salvo Theon se enfada con el por haberle mentido.
El anciano insta al joven para que lo conduzca hasta Vesla donde deben acabar con la amenaza de Darth Mekhis, pero Theon se niega entre otras cosas porque ese sistema tiene un nivel de toxicidad 1. El maestro Zho se enfada con el joven y cuando se pone como un loco este se ve obligado a dejarlo inconsciente.
Ya a solas Theon recuerda la primera vez que conoció al Zho cuando su madre lo mandó para que lo entrenase y este, tras darle unas cuantas lecciones, le dijo la Fuerza lo llamaba a otro sitio y que no podía seguir instruyéndolo.
Ambos estaban en unas cavernas muy alejadas de la civilización y Zho ordenó al joven que se dirigiese a un enclave Jdi que había en el planeta para que allí le enseñasen de forma oficial. El joven, que estuvo a punto de perecer durante el largo viaje, llegó al lugar indicado donde fue recibido por el Maestro Till'in quien, una vez que se hubo recuperado, le dijo que no podía quedarse ya que la Fuerza no estaba con él y nunca sería un Jedi.
Finalizados sus recuerdos Theon contacta con su jefe, le dice que tiene al maestro Zho y le pide que, además de ciertas provisiones, le envíe informes sobre la actividad criminal de Drooga, del Maestro-Festín y de Vaarko Tiyai.
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