"Con lo duro que fue convertirse en Jedi … más lo fue dejarlo de ser" (Obi-Wan)
Obi-Wan Kenobi lleva varios años en Tatooine pasando desapercibido mientras vigila que Luke, aun un muchacho, esté a salvo. El planeta está sufriendo una gran sequía, una de las mayores de su historia, y los esbirros de Jabba, con el injusto "Impuesto del agua", roban el preciado líquido a los ya sedientos lugareños que tiene que decidir entre morir de sed o de un disparo de bláster.
El Maestro Jedi, que debe pasar desapercibido, sufre al no poder usar sus poderes para proteger a los ciudadanos de los brutales ladrones de modo que intenta ayudar de otro forma. Es por ello que acude al mercado y entrega a un comerciante lo que parece ser una roca pero que en realidad es un fruto llamado "Melón negro". El antiguo Jedi le explica donde se pueden encontrar y le dice que están llenos de leche que, pese a su mal sabor, es potable y puede sustituir al agua. Los merodeadores de las arenas los conocen y usan desde hace siglos y Kenobi pide al comerciante que se lo cuente a los ciudadanos para que estos alivien su precaria situación con ellos.
Obi-Wan no puede hacer nada cuando se actúa contra la población
Antes de que pueda dejar la ciudad los esbirros de Jabba montan un gran jaleo en la plaza principal y, cuando la población, harta de tanto abuso, protesta estos desenfundan sus armas para abatirlos. Kenobi, que está ya cansado de ver los abusos de los matones, también con los niños, usa la Fuerza para que las armas de los matones estallen y cuando esto sucede la población carga contra ellos que huyen como pueden en su deslizador para evitar ser linchados.
Contento con el resultado, pero arrepentido por haberlo arriesgado todo Kenobi regresa a su morada en el Mar de Dunas y sufre en silencio el dolor que le produce tener el poder para cambiar las cosas y no poder hacerlo. El viejo maestro sufre también por no poder instruir al joven Luke y se arroja al suelo recordando la figura de su maestro, Qui-Gon Jinn.
Sin previo aviso la Fuerza llega hasta Kenobi para decirle que Luke corre peligro y sale en mitad de la noche para ayudarlo. El joven Skywalker, que ha cedido robar a los hombres de Jabba el agua que ellos han robado previamente al pueblo ha sido descubierto y está en un gran aprieto.
Obi-Wan Kenobi
Kenobi, que no puede permitirse que nadie, ni siquiera Luke, lo vea, usa la Fuerza para acabar con los esbirros de Jabba a los que deja fuera de combate uno a uno. Hecho esto recoge el cuerpo del joven, que ha quedado inconsciente durante la refriega, y lo lleva hasta la granja de los Lars donde queda de nuevo a salvo.
Pocos días después del suceso la sequía cesa y las cosas vuelven a la normalidad y Kenobi recupera un poco la moral perdida y tras encender su sable se dice "Mi nombre es Obi-Wan Kenobi. El último de mi Orden, pero este no es el fin de los Jedi. Tan sólo hizo falta el coraje de un muchacho para estar seguro de ello. Esperemos que dentro de poco …pueda contarle a ese muchacho esta historia".
Luke, que viaja en su X-Wing cierra el libro que recogió en Tatooine en el que Obi-Wan narra todos los sucesos de la gran sequía y pide a R2 que siga controlando el aparato. Aun no sabe cual es su destino pero no tardará en decírselo.
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