"Luke, no dejes que tu dolor se torne en ira" (El Espíritu de Kenobi)
Mientras en la capital se ultiman los preparativos de la boda de Leia y el heredero de Arrochar Luke realiza una patrulla con los comandos de montaña. El nevado terreno se hace duro para el joven rebelde que, sin previo aviso, recibe la visita del espíritu de su viejo amigo Obi-Wan Kenobi. El antiguo maestro Jedi, del que tan solo escucha su voz, le avisa que está rodeado de maldad, pero cuando el joven echa mano de su sable le dice que debe esperar y este así lo hace.
Al llegar a la alta cima el grupo de montaña se topa con una gran antena y es entonces cuando los comandos rebelan sus verdaderas intenciones El General de Arrochar no está conforme con la boda y les ha ordenado contactar con los Imperiales para que envíen Destructores Estelares. Tanto el General como ellos creen que la entrega de la base rebelde les permitirá entrar en el Imperio con un puesto de privilegio y, aunque Luke trata de hacerles ver que no será así, estos no le hacen caso y disparan sobre él.
Luke Skywalker se defiende de los disparos de las tropas de montaña
Luke desvía los disparos con su sable, pero tropieza y cae por un gran precipicio. Los comandos lo creen muerto y envían su mensaje sin embargo el joven ha conseguido salvarse y corre hasta el Palacio en un intento por deshacer en pocas horas, las que quedan para la boda, los dos días de ascensión.
En la capital, y a escasas hora de la boda, Wedge y Han contemplan el gentío y el bravo piloto se muestra preocupado por el antiguo contrabandista que parece mucho más malhumorado que de costumbre. Han, sin confesar sus verdaderos sentimientos, le dice que Leia siempre se ha sacrificado por la Alianza pero que casarse es demasiado.
En el interior del palacio el príncipe Kaspar habla con el general y le confiesa que el siempre quiso servir en el ejercito, tal vez como piloto, y este le consuela diciéndole que hay muchas formas de servir a Arrochar y casarse para consguir una alianza es una.
Luke deja las zonas nevadas y llega hasta el bosque, pero para entonces las tropas de montaña ya se han dado cuenta de que sigue vivo y varios, incluido un francotirador, lo persiguen de cerca. Haciendo gala de su ingenio el joven crea una trampa explosiva con las células de energía de su bláster, pero aunque mata a algunos no consigue zafarse.
Luke Skywalker protegido por el Ala-X de Adara
La situación de Skywalker es desesperada y ya está en el punto de mira cuando aparece Adara, una de sus compañeras del Escuadrón Pícaro, quien, tras disparar sobre sus perseguidores, lo recoge en su Ala-X y lo lleva hasta la capital. Nada más aterrizar allí ambos se dirigen al palacio para dar aviso a Leia de lo sucedido, pero son retenidos en la puerta por un vigilante que no les deja pasar.
En el interior del palacio, y con todo ya listo, el general de Arrochar activa un mando a distancia que esconde en su uniforme y la sonda que vino con el transporte imperial (ver número anterior), y que se ha colado en el palacio, estalla. Leia y Mon Mothma sobreviven a la gran explosión de milagro y la líder rebelde comunica con Ackbar que esta en el "hogar uno", su nave de mando, para decirle que tienen problemas. El Almirante no tarda en responder, pero sus palabras son desalentadoras; ellos también tienen problemas ya que tres Destructores Imperiales acaban de sugir del Hiperespacio.
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