"Algunos de mis mejores han muerto por esto" (Ramid)
El Maestro y Caballero Imperial Yalta Val estudia cientos de archivos en Coruscant buscando datos que puedan ayudarle a descubrir que se esconde tras la sentencia de Ania. Val cree que el asesino del caballero Imperial tenía una mano artificial y ordena a un droide que busque informes médicos que coincidan con prótesis de alta gama.
Lejos de allí la nave en la que viajan Jao, Sauk y AG encuentra la nave de Ramid y la inspecciona. Todos los ocupantes están muertos, pero no hay rastro de Ania ni de Ramid. Un pequeño reguero de sangre bajando de la rampa y el hueco en la bodega de una moto jet les hace ver que su amiga debe seguir viva y deciden buscarla.
La mejor solución es buscar desde el aire trazando cuadrículas y peinándolas, pero antes de que puedan empezar una lluvia de vidrio empieza a caer sobre ellos. Todos regresan a la nave para protegerse menos AG que, al ser un androide, decide ahorrar tiempo iniciando la búsqueda pese a la lluvia.
La tormenta de vidrio también ha alcanzado a Ramid y Ania que se ven obligados a detener su marcha y protegerse bajo la estrecha moto jet. Sin nada más que hacer Ania reprocha a Ramid que la crea culpable de haber matado a un Caballero Imperial y que la haya perseguido para entregarla. Ramid no se queda callado y reprocha a la joven que lo abandonase en el campamento.
Ramid y Ania se protegen de la lluvia de cristal bajo la moto jet
Ania afirma que cuando huyeron del campamento Sith en el que estaban presos lo vio caer abatido por un disparo y que lo creyó muerto de modo que cuando vio que varios guarias arrastraban su cuerpo siguió con el plan de huida. La respuesta no complace a Ramid que le reprocha que no volviese y le cuenta que los Sith lo torturaron hasta que les dijo cual era el plan de huida algo que sirvió de poco porque al no encontrarla donde él indicó creyeron que les engañaba y siguieron torturándole durante días.
La lluvia, que ya era dura, se vuelve aun más contundente y la situación de la pareja es desesperada sin embargo el destino les da una solución. Las grandes criaturas de tipo arácnido con la que se topó la joven (ver entregas anteriores) se alimentan del cristal que cae del cielo y recorren las llanuras para alimentarse. Se trata de grandes seres acorazados y la pareja, subida en la moto decide avanzar bajo una de las grandes arañas esperando que decida no tumbarse.
Sauk y Jao reciben en la nave una comunicación del Maestro Val que les dice que ha descubierto que el verdadero asesino del caballero Imperial tiene una mano cibernética de alta gama y que no puede ser Ania ya que cuando le hicieron escáneres todo en ella era orgánico. La buena noticia no llega sola ya que instantes después, y detenida ya la lluvia, reciben también un mensaje de AG que les dice que con sus macrobinoculares acaba de ver como Ramid y Ania entraban en una estación terrestre.
Ramid y su joven amiga, cesada la tormenta encuentran una estación y entran en ella sin encontrar nadie y se dividen para explorarla. Ramid llega hasta el centro de mando y al ver que se está trasmitiendo un mensaje de auxilio corre para aviar a Ania sin embargo para cuando llega hasta ella la joven ya es presa de su pertinaz perseguidora que la sujeta por el cuello con su látigo láser.
Ania Solo víctima del látigo láser de su misteriosa perseguidora
Para salvar a su amiga Ramid ataca a la cazadora y con su cuchillo le rasga la mano, pero esta resulta ser artificial y no le hace ningún daño. La respuesta de su oponente es brutal y con la fuerza que le da su implante lo coge por el cuello y lo estampa contra la pared rompiéndoselo.
La nave en la que viajan Jao y Sauk llega hasta la estación justo en el momento en el que comienza otra tormenta, esta de ácido. Sauk se lleva la nave sobre las nubes para evitar la lluvia y Jao, tras saltar a tierra, busca a Ania. Cuando la encuentra, y ve que esta luchando con una desconocida que porta un látigo, se enfrenta con esta y pide a la joven que escape. Ania hace caso a su amigo y corre al exterior, pero nada más hacerlo empieza a llover acido y debe poner rodilla en tierra y cubrirse con su gabán.
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