"Ver el futuro es de poca ayuda si no sabes todo lo que lo ha hecho así" (AG)
La desconocida mujer que persigue a Ania Solo grita a la joven instándola a que salga de la nave y, aunque la prefiere viva, afirma que la hará bolar por los aires si no responde de inmediato a su mandato. Ania, comprueba que Ramid esta inconciente pero vivo y, tras activar un pequeño droide de primeros auxilios para que se ocupe de él sale, bláster en mano y sin previo aviso, y dispara sobre la mujer. El impacto da en el caso de su enemiga que cae al suelo y eso da a Ania el tiempo justo para salir corriendo.
No muy lejos de allí Sauk, Ag y Jao, tras descartar posibles destinos de los captores de la joven, buscan en los sistemas más cercanos uno por uno y con la mayor celeridad posible. Mientras lo hacen el trío discute sobre Ania sobre la que Jao tiene ahora unas cuantas dudas. Sauk no cree que la joven matase al Caballero Imperial Teemen Alton pero Jao no puede olvidar sus votos y no puedo olvidar la muerte de un "hermano".
La perseguidora de Ania con el impacto que le ha dado esta en su casco
AG, que ha visto mucho mundo, intenta convencer a Jao de que en ocasiones las cosas no son los que parecen y Sauk le insta a reflexionar sobre un punto muy concreto, conocer lo que ha hecho alguien no sirve de nada si no se conoce que ha llevado a esa persona hasta ese punto.
En Corucant el Maestro Val se entrevista con la Emperatriz en su despacho y le hace saber que cree que la presión que está ejerciendo contra Ania Sola es exagerado. La Emperatriz usa la Fuerza para coger su sable del cajón, lo activa y, tras poner la punta de la hoja junto al cuello del maestro le dice que no olvide que ella también fue miembro de la Orden, que respeta los votos y padece con la muerte de sus antiguos compañeros.
Tras dejar atrás a su perseguidora Ania se topa con un pequeño acantilado en cuyo fondo peligrosos arácnidos le cortan el paso. La joven sabe que no puede bajar, pero la fortuna está en su contra y la esquina desde la que observa a las voraces criaturas se desploma y la hace caer hacia ellas.
Ania en el fondo del acantilado atacada por una voraz criatura
Un látigo energético agarra a Ania de la muñeca y, tras subirla de nuevo la amarra. Se trata de su perseguidora y aunque la joven le pide que la libere y jura que ella no mató al Cabalero Imperial a esta no parece importarle. La misteriosa mujer tiene un mando con el que llama a su nave, un bombardero TIE, algo que extraña a Ania que no creía que estuviese sola.
El bombardero se acerca levantando una nube de polvo de la que surge Ramid montado en una moto jet con la que golpea a la captora tirándola al suelo. Ramid tiende la mano a Ania y esta, aunque no se fía de él sabe que es su única opción y la toma.
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