"Los Sith son como las flores hidra. Podas un brote y surgen dos más" (Maestro K’kruhk)
La cápsula en la que están Ania, Jao, la mon calamari Luen y el quarren Tikin, además del androide que los acompaña, se hunde cada vez más en las profundidades del océano de Dac. La presión aumenta según descienden y los cristales empiezan a resquebrajarse algo sumamente peligroso, no sólo porque podrían ahogarse, sino porque los mares, al igual que el resto del planeta, están contaminados por la biotoxina que lanzaron los Yuuzhan Vong durante su invasión.
El droide reacciona con rapidez y lanza un mensaje cifrado que llega hasta la nave en la que viajan AG-37 y Sauk quienes, nada más recibirla, no dudan en lanzarse en su búsqueda. La nave de los rescatadores entra en el oceano y Sauk usa un cable con arpón para atrapar la cápsula que luego remolcan de nuevo hasta los destruidos astilleros que en su día rodeaban el planeta formando un perfecto anillo.
Yalta Val se reune con la Emperatriz Marasiah, el Maestro K'kruhk y el Almirante Stazi
Lejos de allí, en Coruscant, un caballero imperial comunica al Maestro Yalta Val que se ha recibido un mensaje encriptado con su nombre. Val lo consulta y al ver que se trata de noticias sumamente grabes decide interrumpir la reunión del triunvirato que esta teniendo lugar en ese preciso instante.
Val informa que ha recibido un mensaje de Jao en el que revela que un Sith llamado Darth Luft esta creando una gran flota en Dac y que lo hace utilizando esclavos mon calamari y quarren a los que fuerza a trabajar reteniendo a sus familias. La noticia, pese a venir de quien viene, un prófugo, es admitida como cierta sin embargo Marasiah no está por la labor de destinar recursos al planeta que da por perdido.
Acabada la reunión, en la que el Maestro Jedi K'kruhk apenas dice nada el Almirante Stazi se reúne con Yalta Val al que le pregunta si sus hombres están listos para un entrenamiento de campo. El Caballero Imperial, que sabe que el Almirente no comparte la posición de la Emperatriz entiende el verdadero sentido de la pregunta y responde afirmativamente.
El frío espacio ha matado la biotoxina y tanto la nave de AG-37 como la cápsula que remolca entran en una sección de los viejos astilleros. Todos bajan de los aparatos para decidir cual debe ser su siguiente paso y pronto queda claro que hay grandes diferencias entre ellos. Jao quiere matar al Sith pero Tikin, que teme por al vida de su hijo Tilin, al que mantienen como rehén, se niega a ello.
La tensión aumenta y Tikin sale corriendo de la sala perseguido por Jao mientras el resto del grupo sube a la nave de AG-37 y parten en busca de ayuda ya que creen que ellos solos no podrán con el Sith y sus mercenarios. El quarren consigue llegar hasta Darth Luft al que cuenta todo lo que ha ocurrido pidiendo que libere a su hijo como pago por la información.
La muerte de Tikin inicia una revuelta que Jao decide aprovechar
El Sith le responde tirándolo por la venta pero cuando se asuma para ver su cadáver varios metros más abajo ve dos cosas que no le gustan. El Caballero Imperial Jao esta escalando hacia él por uno de los muros y sus esclavos mon calamari y quarren, al ver lo que le ha ocurrido a Tikin ha iniciado una revuelta.
Luft se lanza contra Jao mientras en el espacio exterior los cazas mercenarios se lanzan contra la nave de AG-37. Todo parece perdido para ello cuando los cazas caen uno a uno ante la llegada de una flota de caballeros imperiales capitaneada por Val y Stazi.
|