"Tienes una gran capacidad para la obediencia pero no tanta para la lealtad" (Dreed a Tula)
Tace vuelve a contactar con su hermana Tula y, sin saber que esta trabaja para el Imperio, le revela el destino al que se dirige el grupo de la Princesa Leia, una guarida alderaaniana ubicada en una red de cuevas al sur de la Erupción Myjein en el Planeta Sullust. Terminada la comunicación Tula recibe las felicitaciones de su superior, el Comandante Dreed, quien, mitad en serio mitad en broma, le dice que es la persona más traicionera que conoce y que estará preparado para cuando se vuelva contra él.
La nave en la que viaja Leia con su grupo, la Lord Junn, llega a Sullust y la princesa, acompañada por Evaan, R2-D2 y un guía local llamado Tivvy, descienden a tierra y se dirigen a la guarida en la que se ocultan sus compatriotas. La presencia del trío es rápidamente detectada y la Conservadora Jora Astane, máxima autoridad del lugar, ordena que se les intercepte y que todo el mundo se ponga en alerta por si se trata de una maniobra de distracción.
El grupo de Leia es interceptado y mientras los llevan ante la Conservadora la princesa observa el gran Pozo Ocular en el que viven sus compatriotas y se interesa por el modo en el que se ganan la vida. Cuando Evaan descubre que están compartiendo sus conocimientos artísticos y culturales con piratas y mercenarios monta en cólera, pero Leia le pide calma y comprensión.
Leia pide calma a Evaan
Una vez que está ante Jora la princesa le cuanta que está recogiendo a todos los alderaanianos que consigue localizar y le dice que tiene una nave con las que puede llevarlos a lugar seguro. La conservadora, pese a reconocerla como descendiente de la casa real, se niega a obedecerla y, tras decirle que sabe que el Emperador está acabando con los supervivientes, le confiesa que no puede fiarse de ella ya que podría estar trabajando para el Imperio.
En un intento por hacer que confíe en ella Leia le pide a R2-D2 que entregue a los técnicos el historial de la Lord Junn para que puedan comprobar que todo lo que ha dicho es cierto y el androide así lo hace. Cuando se comprueba que todo es correcto Jora está dispuesta a confiar en su princesa, pero justo en ese momento el radar detecta la llegada al espacio de Sullust de un Destructor Estelar y el sonido de las sirenas ocupa la sala.
Jora mira a Leia y grita "Son Imperiales. Disparar y hacedlo a matar" y sus hombres abren fuego sobre los recién llegados. Ninguno de los improvisados guardias tiene experiencia militar y su alocados disparos de novato fallan pòr mucho dando a Leia y a sus compañeros tiempo para escapar por una escotilla que los lleva al subsuelo.
R2-D2 muestra un mapa sobre la pared de la galería subterránea y tanto Leia como Evaan descubren que están atrapadas y no hay salida. Todo parece perdido, pero el pequeño astromec sale disparado y se interna en una de las galerías. Evaan cree que el droide está loco, pero Leia, que lo conoce bien, le pide que tenga un poco de fe y asegura que si hay una solución R2 dará con ella.
Derriterrocas atacando a los Imperiales en el pozo alderaaninano
Unos pocos minutos más tarde R2-D2 regresa montado en un viejo deslizador minero con varios Derriterrocas siguiéndole. El droide recoge a las dos mujeres y sirve de cebo a las bestias que, furiosas, abren un hueco en la sala principal de la base donde Jora y sus hombres están luchando con un pelotón de soldados imperiales que ha conseguido penetrar en las instalaciones.
Gracias a las bestias, que se sienten atraídas por el sabor de las armaduras imperiales, los soldados de asalto son derrotados y la amenaza que suponían desactivada. La acción convence a Jora de que Leia sigue fiel a su pueblo y, en compañía de sus hombres, se arrodilla ante ella y acepta ir a donde ella ordene. Leia se muestra satisfecha por haber solucionado el asunto, pero sabe que tiene un gran problema por resolver, hay un traidor en sus filas y debe descubrirlo cuanto antes.
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