"Tendrás qeu hacerlo sólo porque no iré contigo.Tengo que hablar con el Almirante Karath " (Zayne)
Cuando el droide asesino HK-24 está a punto de acabar con Jarael el robot Elbee, que hasta ese momento parecía estar desactivado, entra en acción y derriba al agresor que no tarda en recuperarse y abre fuego sobre él inutilizando.
arael ataca a HK-24 pero este se zafa con facilidad de ella y tras desenfundar su cuchillo trata de matarla pero justo en ese momento aparece el guerrero mandalore Rholan y acaba con el asesino (ver imagen).
Todos creían que Rholan se había marchado con el grupo Jedi a Coruscant (ver Flashpoint) pero el guerrero explica que prefirió esconderse en uno de los dobles fondos de la nave. Su intención era quedarse allí y desembarcar, desprendiéndose de su armadura y sin ser visto, en el siguiente destino pero la presencia constante de gente en la nave ha retrasado ese momento. El ruido de la lucha le ha hecho saber que algo andaba mal y se la forzado a salir de su escondite.
Mientras tanto en un lugar cercano a la zona de conflicto las tropas republicanas han establecido un campamento y Gryph, Zayne y Slyssk se ocupan de dar comida a los combatientes ya que esa es la función de su nave, el "pequeño Bivoli" que contra todo pronóstico y gracias a las labores de cocina del Trandoshano está teniendo un éxito rotundo entre la tropa.
Zayne, que usa el apelativo "Shad Camper" para mantener su anonimato, conoce a un teniente rebelde y simpático llamado Carth Onasi que le cuenta varias cosas. Es así como el joven descubre que el planeta en el que están pertenece a los Stereb, unos seres primitivos y sumisos, y que el asentamiento se ha colocado muy cerca de una de sus ciudades. Onasi no entiende que valor tiene el planeta para los mandalore pero revela al joven que estos atacarán el lugar al día siguiente.
Una vez acabadas sus faenas Zayne trata de convencer a Gryph para que abandonen el lugar pero este se niega porque está gastando mucho dinero y el joven sale a dar un paseo para aplacar su frustracion. Agotado y a punto de quedarse dormido el joven tiene una visión Jedi del futuro en el que toda la zona es arrasada por los mandalore (ver imagen) y corre a contárselo a Gryph.

La visión de Zayne muestra el horror de una destrucció completa
Gryph cree que allí, en Serroco, están seguros y se niega a marcharse pero al final Zayne lo convence para que deje el lugar pretextando que la nave precisa conseguir más alimentos pero habrá de hacerlo solo ya que él debe hablar con el Almirante Karath sobre lo que va a suceder.
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