Portada Regular de Kanan The Last Padawan Nº3

"Lárgate antes de que haga algo que nadie en la Galaxia lamentará" (Janus a Caleb)

Los cazas del recién proclamado Imperio Galáctico rodean a la Kasimiri, la nave de Janus Kasmir que acaba de robar Caleb Dume (Kanan), y abren fuego contra ella. El joven, usando su instinto Jedi, maniobra con habilidad, consigue derribar un caza y, aprovechando el hueco en el enjambre de perseguidores, da un salto al hiperespacial.

Caleb, que ha recibido el mensaje enviado por Kenobi a todos los Jedi para que no regresen al Templo Jedi, no sabe a donde ir y decide hacer algo inesperado, regresar a Kaller, el planeta en el que los clones asesinaron a su maestra y pedir ayuda a Janus a quien acaba de robar la nave, pero que es el único que le ha prestado ayuda.

Cuando el joven se reúne con Janus este no lo recibe bien, le dice que no puede ejercer de maestro ni cuidar de críos, y lo despacha diciéndole que no regrese nunca. Caleb no lo hace y se dedica a seguir Janus sin que este lo vea de modo que cuando su nuevo "amigo" se reúne en un callejón con un rival llamado Tapusk y este y varios esbirros se vuelven contra él Caleb interviene.

Caleb interviene para ayudar a Janus Kasmir

Gracias a la ayuda del padawan Jedi que con su sable deja fuera de combate a dos asaltante, Janus sale con bien del abrupto encuentro, pero lejos de agradecérselo lo conduce a su nave y lo abronca diciéndole que el gran Janus no es alguien que necesite que nadie lo salve.

Aunque no lo quiere reconocer el muchacho le cae bien de modo que, dado que se ha arruinado el trato con Tapusk y carece de tripulación, acepta al muchacho para una misión que está a punto de acometer. Eso si, como las autoridades buscan a Caleb Dume y tienen una descripción muy precisa de él Janus exige al joven que, además de dejar de tocarse el pelo, una manía que lo desquicia, cambie totalmente su aspecto.

Caleb se corta la coleta de padawan, se recoge el pelo, se cambia de ropa, guarda su sable de luz, se coloca una pistola bláster en la cintura y, tras descargar el mensaje de Kenobi en un holocrón que esconde en un cajón junto al sable destruye el comlink Jedi. Caleb se presenta ante Janus con su nuevo aspecto y este aprueba el cambio aunque se niega a dejar de llamarlo chico algo que afirma seguirá haciendo hasta que adopte otro nombre.

Janus y Caleb son encañonados por Gamut Key y sus hombres

El trabajo que tiene pensado Janus es sencillo, robar unos cuantos androides IG-RM para venderlos en el mercado negro y, tras saltarse la seguridad de un almacén él y Caleb cogen sendas unidades. El joven, para su propia sorpresa, no se siente la más mínima incómodidad robando y cuando Janus propone coger otras dos unidades acepta.

Ambos regresan al almacén pero nada más entrar se encuentran con Gamut Key y sus hombres que le dice a Janus que está arrestado. Janus que no sabe como salir de la apretada situación de modo que propone a Gamut que lo deje escapar y que en su lugar arreste al Jedi. Janus señala con su dedo a Caleb que es rápidamente encañonado sin que el joven pueda reaccionar.

"¿Te parezco alguien que necesite que lo salven?" (Janus a Caleb)

Aunque en este número, orientado claramente a la acción, no prima lo argumental, el guionista, Greg Weisman, realiza una gran labor al cuadrar, con la ayuda de los lápices de Pepe Larraz, el cambio de Caleb Dume al Kanan que conocemos de "Star Wars Rebels" sin dejarse olvidado un sólo detalle e incluso haciendo un acertado guiño a la manía de este personaje de mesarse los cabellos cuando piensa (Ser uno de los guionistas de la serie le ayuda en este empeño y hace que ese arco el más acertado, por no decir el único acertado, de los hasta ahora publicados por Marvel).

Añádase a esto que hay un buen equilibrio en la narración, que esta es sumamente ágil y que termina con un gran cliffhunger que hace que el lector tenga ganas de echarle mano a la cuarta entrega. De ponerle alguna duda, y no grande, señalaría que, con la Orden 66 ya dictada, los pilitos clon tendrían que haber abierto fuego de inmediato contra Caleb sin darle los segundo para rendirse que le dan. Por lo demás, incluida la reflexión que hace el joven al comprobar que no le incomoda nada pasar de ser un guardián de la paz y la justicia a ser un ladrón, todo son aciertos.

Trasvase de datos del comlink Jedi al holocrón

Del dibujo de Pepe Larraz debo decir que no sólo no baja un ápice en la calidad de las entregas anteriores, sino que se luce, y mucho en varias viñetas, incluyendo tanto el arranque como el cierre de este tercer número.

El estudio anatómico y postural sigue siendo tremendo, los picados y contrapicados acertados, el toque “cartoon” refrescante, la ambientación cuidad, etc. No se le puede poner ninguna pega, tampoco al maravilloso coloreado de David Curiel, y se deben alabar páginas como las del cambio de look de Caleb que resumen bien, y sin dejarse nada, todo lo que debe tener el proto Kanan que veremos, ya desarrollado en Star Wars Rebels.

Todo funciona en el trabajo de Larraz, incluso el momento a lo “super sayajin” de Kanan, (ver imagen en el resumen) y la inclusión de detalles como la bandolera a lo Chewbacca o el trasvase de datos entre el comlink y el holocrón Jedi aunque en este último caso la cononicidad es sumamente discutible.

Resumiendo, una tercera entrega de un hasta el momento magnífico arco, que sigue entregando una historia sólida, un dibujo magnífico y un respeto y una integración absoluta en el universo creado en Star Wars Rebels. Sin duda, al menos para mi, y de largo, lo mejor que publica sobre este universo la editorial Marvel que, dicho sea de paso, esta quedando muy por debajo en calidad de lo esperado (Dark Horse con todos sus problemas hasta el momento gana por goleada)

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