"Yo no soy un gran líder". (Finn) "Entonces finge hasta que lo seas" (Skywalker)
En Artorias el joven Finn intenta matar el aburrimiento poniendo en riesgo su vida con peligrosos equilibrios en el borde del balcón de palacio hasta que su padre, Caled Galfridian, un antiguo combatiente rebelde que participó en la Batalla de Hoth, le obliga a dejarlo.
Caled sugiere a Finn que se acerque al mercado en busca de su madre y de su hermana Kaye pero unas fuertes explosiones detienen su charla. Tras coger un par de blaters y unos detonadores termales padre e hijo van en busca del resto de la familia sin saber que los atacantes son los Yuuzhan Vong que, recién salidos del hiperespacio, están a punto de aplastarlos.
Finn quiere luchar pero su padre, mucho más experto, sabe que todo esta perdido y grita a los viandantes que se dirijan a los astilleros y abandonen el planeta. Luego, tras emplear varias granadas contra los invasores que no parecen sufrir daño alguno, padre e hijo corren a los astilleros confiando en que las dos mujeres de la familia hayan hecho lo propio.
Al llegar a los astilleros Caled ordena cerrar las puertas del hangar y pregunta a uno de sus amigos, un tal Dulac, cual es el motivo por el que nadie ha dejado aun el planeta. La respuesta lo deja paralizado; alguien ha saboteado las naves y no hay forma de evacuar a nadie.
Su única esperanza es arreglar una de las gigantescas naves pero los invasores ya están intentando abrir las puertas del hangar de modo que Caled ordena a todos, incluidos su hijo y la sonda androide que lo acompaña, que se pongan a trabajar en la nave mientras él trata de ganar tiempo retrasando a los invasores.
En el exterior Kaye, la hermana de Finn, trata de proteger a su madre y se enfrenta con un Yuuzhan Vong. La hermosa joven emplea una daga para asestarle varias cuchilladas pero el extraño ser no parece sufrir ningún daño y tras reírse de ella la desarma y la arrastra de la coleta junto al resto de prisioneros.
En el hangar de los astilleros todos se preparan para morir cuando las puertas ceden con un gran estruendo pero lo que ven al otro lado no es lo que esperaban. Más de veinte alienígenas yacen sin vida en el suelo y junto a ellos se alza, sable de luz en mano, la figura de un Jedi.
Cuando se retira la capucha Caled reconoce a Luke Skywalker y lo saluda con un apretón de manos mientras el Jedi le informa que tiene tropas en el espacio y varias naves de evacuación escondidas en el bosque a las que ruega que todos se suban de inmediato.
Caled ordena a su hijo que acompañe a Skywalker junto al resto de superviviventes pero le comunica se quedará en el planeta junto a varios guerreros para buscar a su familia y a otros posibles supervivientes. Finn se resiste a dejarlo allí pero su padre le pone una diadema de oro en la frente y lo despide con un contundente "Los Artorianos necesitan un rey".
El joven informa a Luke que ha tenido una visión que le indica que su madre y su hermana siguen vivas y le pide que le deje ir a por ella pero el Jedi le obliga a mirar a sus compatriotas y al ver que todos ellos le observan asustados y expectantes recuerda las palabras de su padre y cambia de opinión.
Skywalker le dice a Finn que su gente será llevada a un lugar seguro y le pide que antes de reunirse con ellos lo acompañe a Yavin IV. El joven acepta ajeno al hecho de que mientras tanto en otra zona del planeta su padre se enfrenta a los invasores y ve morir a su amigo Dulac.
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