"La Subyugación es lago fugaz. La única seguridad es la soledad" (Lord Odion)
Lord Odion se coloca el Yelmo de Ieldis sin embargo, salvo la incomodidad que sufre al ser este algo pequeño para su cabeza, no nota nada. El lugar en el que estaba encerrado el Yelmo ha sido enterrado tras la explosión y para su desgracia no hay ningún tipo de documento o escrito que indique como se utiliza.
El Sith, sin otra cosa que hacer decide torturar a Kerra y, tras decirle que gracias a ella ha conseguido el Yelmo, la azuza contándole como entró en la vida de sus padres. Odion le relata como engañó a su señor, Lord Chagras y como, tras descubrir que varios Jedi de la Universidad de Sanbra estaban buscando el Yelmo urdió un plan para hacerse con él.
Pretextando que Vannar Treece era su objetivo Odion ataco Aquilaris pero no consiguió hacerse con los padres de Kerra, pero cuando años más tarde apareció ella buscándolos aprovechó la ocasión y decidió utilizarla. El Sith le confiesa que simpre ha sabido quien era, y que trabajaba para su hermano, ya que uno de sus hombres, Wayman, la ha estado vigilando desde el principio.
Kerra Holt cae de rodillas al suelo ante el peso de la culpa pero cuando Yulan, uno de los lugartenientes de Odion, muestra un colgante que ha encontrado entre los escombros la Jedi salta sobre él y se lo quita. Se trata de un guardapelo como el suyo y, aunque un una de las mitades tienen la foto de sus padres, la otra esta vacía.
Kerra se lanza contra Yulan al ver que tiene el guardapelo
"Era para mi hermano o hermana" exclama Kerra y empieza a llorar. Casi al instante el Yelmo, que reacciona ante la angustia de la joven, empieza a chisporrotear y Odion descubre que lo que este le permite es amplificar su poder que, como el que ha seguido esta saga ya sabe, es condicionar los sentimientos de otros.
Henchido de orgullo Odion despliega su poder y, tras ordenar que todos suban a la nave, lo lanza contra todos los que quedan en tierra mientras dice "Conozco el verdadero y oculto propósito de la guerra. No es destruir a otra fuerza sino destruir todo lo que vive, excepto a uno mismo". Al instante todos los hombre que quedan en tierra, incluidos los hombres de Yulan, se enfrentan entre ellos e incluso Lord Daiman se ve influido y debe alejarse para no sucumbir a la destrucción total junto al resto.
Kerra es encerrada en una celda y Yulan acude a ella para mostrarle, por orden de su amo Lord Odion, un holomensaje que han encontrado entre las ruinas. El mensaje tiene a sus padres como protagonistas y es una despedida en la que, tras llorar la perdida de sus dos hijos, anuncian que van a detonar los explosivos que han colocado para entrar el Yeldo, y a ellos mismos, y que nadie se pueda hacer con él ya que los textos antiguos de los Grumani dicen que su poder es ilimitado.
Kerra observa el holomensaje de sus padres
Yulan no entiende la razón de su sacrificio ya que habían perdido a sus dos hijos y no tenían nada así que nada debían a otros. Kerra le explica que lo hicieron para proteger la vida de otros y le hace una reflexión que lo desconcierta "Si la muerte tiene sentido. La vida también debe tenerlo".
Un sonido sordo anuncia que la nave ha tomado tierra y Yulan y Kerra, que creían que se dirigían a Jubalene descubren que se han detenido en el "Claustro" el orfanato en el que Lord Odion tiene encerrados a un gran grupo de niños (ver números anteriores). Kerra horrorizada no tarda en ver la verdad "En Skarpos usó mi tristeza para controlar a miles. Aquí tiene la miseria de miles … su poder es ilimitado".
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