"Acepta la verdad y abraza la Nada. La muerte no tiene ningún sentido" (Yulan)
Odion recuerda como Xelian, su madre, lo apartó de su lado cuando nació su hermano Daiman que pasó a ser el preferido. Vilia, su abuela, tampoco lo eligió a él y prometió entregar sus vastos territorios a aquel de ambos que en el futuro consiguiese conquistar más territorios, pero eso no era lo que preocupaba al joven Odion. Terribles dolores de cabeza, que se iniciaron con el nacimiento de Daiman, torturaban a Odion que desde ese día sufría físicamente por la mera existencia de otros seres.
La solución, la única cosa que calmaóa Oidión, fue la muerte de otros. El dolor es desde entonces ahogado por la extinción de otros y con el Yelmo de Ielis podrá conseguir que las muertes se cuenten por millones. La Fuerza le indica que el momento está cerca y por eso va a enviar a alguien de confianza para controlar la operación.
Lejos de allí, en la estación Vanahame, el grupo de novicios de Lord Odion descubren a Piedad (Kerra Holt) intentando robar una lanzadera para ir en solitario en busca del Yelmo. Como disculpa ella les explica que el General Yulan está perdiendo tiempo parando en esa estación sin tener necesidad para ello y exige partir cuanto antes.
Doyan le explica que Yulan esta obsesionado con ese lugar y le sugiere que ella misma le diga que la nave, el "Enterrador", ya esta lista. La Sith le muestra una entrada en el subsuelo por la que vieron perderse al general y Piedad va en su búsqueda. Cuando la joven da por fin con él lo encuentra observando un gran recinto en el que miles de niños viven encerrados en pequeñas cúpulas.

Yulan y Piedad (Kerra) observan a un niño dentro de una cúpula
Yulan le explica que el lugar se llama el "Claustro" y que fue creado por Lord Odion para que los niños viviesen como el, como eremitas. Se les alimenta de forma automática tres veces al día y reciben lecciones de holomentores. No pueden ver nada del exterior y la única luz que reciben viene de arriba (ver imagen).
Aunque no tiene por qué el general le explica que cada vez que tiene dudas sobre lo que hace acude a ese lugar. El perdió a su mujer y a sus hijos cuando estaba luchando en la guerra y no encontró sentido a sus muertes. Fue entonces cuando se encontró con una "Reclamadora" de Odion y vio la verdad. "Abrazar la Nada", la certeza de que la muerte no significa nada y que la guerra solo es un arma para adelantarla en ambos bandos.
La marcha se reanuda y el "Enterrador" llaga a Skarpos sin embargo allí les espera una sorpresa. Lord Malakite, que no sabe nada sobre el Yeldo de Ielis, quiere recuperar el planeta y ambos grupos se enfrentan. Piedad tiene prisas por llegar hasta la gran meseta llena de túneles donde se esconde el Yelmo pero una nueva pieza se suma al juego.
Lord Daiman, que tenía un espía infiltrado entre los novicios de su hermano, también ha llegado al planeta con sus hombres y estos se añaden a la lucha. El espía era Glenk y tras maldecirlo los novicios usan un deslizador para llegar a la gran cima de la meseta. Mientras ascienden Piedad ve una oquedad y salta hasta ella para comprobar que dentro hay un pasillo con mampostería Gruman.

Kerra dimite como novicia lanzando su sable sith contra el deslizador
Sus compañeros están dispuestos a saltar junto a ella cuando la joven grita "dimito" y lanza su sable de color rojo contra el motor del deslizador que cae al vacío. Sus compañeros caen gritando que la encontrarán y la matarán y ella, tras sacar su sable de hoja verde, les grita que busquen el color de su sable Jedi.
Tras recorrer unos pocos metros Kerra descubre la mochila de su madre y corre pensando que la encontrará allí pero tras llegar a una pequeña sala cae al suelo envuelta en dolorosos rayos eléctricos. "Gracias por traerme hasta el Yelmo Piedad" dice Lord Odion que, como premio por sus servicios, le dice que será la primera en ver su poder.
|