"Me gusta el trabajo de campo. Me gusta ensuciarme las manos" (Zodoh el Hutt)
En Darknell Lord Daiman, usando su gigantesca estatua como altavoz, repite una y otra vez a los ciudadanos que todo esta bien y les insta a volver a sus trabajos, pero estos huyen despavoridos porque los enormes "conducetormentas" llenan el cielo de truenos y una incesante lluvia esta anegando la ciudad.
El Sith amenaza a sus súbditos con la muerte, pero no consigue que estos se serenen y monta en cólera cuando Uleeta le dice que esta fracasando. El Sith contacta con Lord Odion, uno de sus rivales, y le acusa de ayudar a Zodoh el Hutt sin embargo este lo niega instantes antes de que una gran ola inunde la sala cortando la comunicación.
El escuadrón de Devaad llega al Darknell y sus naves empiezan a enfrentarse a lo cazas Hutt. La capitana odia a Daiman y se siente extraña al ayudar al Lord Sith, pero Kerra le recuerda que no lo están ayudando a él si no salvando a los inocentes que habitantes el planeta.
De su última estancia con el Hutt la capitana Devaad sabe que los "conducetormentas" pueden ser detenidos si se bombardea un elemento concreto, el centro de control al que llaman el voraz, y mientras los pilotos del escuadrón combaten Kerra salta del caza y se adentra en la gigantesca nave para buscarlo.
La Jedi llega hasta la gran sala central en la que se ubica el centro de control, pero allí se topa con Zodoh quien, tras decirle que es un Hutt muy especial al que le gusta la acción, la reta a combatir contra él. El orondo Hutt dispone de una gran hacha y de una armadura muy especial que le permite controlar la gravedad y no tarda en tomar ventaja frente a la Jedi a la que atenaza con su poderoso cuerpo.

Zodoh el Hutt aprisiona con su cuerpo a Kerra Holt
Cuando la situación de Kerra parece desesperada Devaad ataca la nave abriendo un gran boquete en el fuselaje y todos los que están en su interior salen disparados hacia el vacío. La Jedi consigue introducirse en el caza de Devaad salvando así su vida y Zodoh queda a la deriva en el mortal espacio mientras sus enormes "conducetormentas" son destruidos.
Zodoh despierta y comprueba que está atrapado en un extraño aparato y que Daiman está a su lado. El Hutt trata de negar su participación en el asalto pero el Sith, que no le hace el menor caso, le dice que sus "conducetormentas" eran una buena idea, pero le aclara que trabajan mucho mejor a pequeña escala. El Sith le muestra un diminuto "conducetormentas" que sostiene en sus manos y, tras decirle que el dispositivo podría deshidratar el cuerpo de alguien del tamaño de un Hutt, se lo acerca y lo activa.
Devaad, Kerra y el resto de pilotos regresan a Aquilaris y se reúnen con Joad y con el resto de los supervivientes. Los Sith creen que el planeta esta inundado y si regresan Joad y sus paisanos pueden usar los submarinos para ocultarse en bases subacuaticas de modo que Devaad se ofrece a traer suministros y más refugiados de otros planetas. La Jedi se lo agradece y Devaad, tras darle las gracias por haberla convertido en una persona mejor, le regala su caza y se despide deseándole que la Fuerza la acompañe.
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