"No tendré paz mientras otras criaturas vivan" (Lord Odion)
Las tropas de Lord Odion se enfrentan con las de su rival, Lord Daiman, y este ordena que se tomen las pirámides de municiones intactas. Cruzando el cielo con una mochila cohete, y flanqueado por los hombres de su "guardia relámpago", disfruta del placer de ver la muerte mientras su rival lo observa placidamente desde la distancia sabiendo que ha caído en su trampa.
A una señal de Lord Daiman las pirámides se abren y dejan ver que en su interior hay gigantescos "Disruptores Cinéticos" que una vez puestos en marcha inician una reacción en cadena del mineral planetario que acabará con este completamente. El Sith, muy ufano, ordena abandonar Chelloa pensando que su rival morirá allí pero para su sorpresa sus naves aun siguen en tierra dando a Odion una opción de escapar. Palladane se ha apoderado de las naves y el Sith ve impotente como su flota parte con los mineros que otrora fueron sus esclavos.
“Puedo sentir las muertes que causarán. Tantas ... tan maravilloso”
(Lord Odión contemplando la destrucción )
Sobre una de las naves, ya en pleno vuelo, Odion pelea con Kerra que ha salido a su encuentro. La joven le recuerda que diez año antes en Aquilaris el fue el responsable de la muerte de sus padres y al oírlo el Sith se ríe de ella y le grita que deje de huir y le pide que se vuelva hacia el y trate de destruirlo. La joven no responde nada y mientras esboza una sonrisa se abre una compuerta de la que sale, atado con un cable, otro Jedi, Gorlan Palladane.
Gorlan empuja a Odion hacia los motores y este le grita que esta loco ya que su acción los va a matar a ambos pero el Jedi se limita a decir "Esa es la idea". El Sith es finalmente abrasado por el chorro del motor y cae al vacío cubierto de llamas mientras Gorlan, pese a ser recogido por Kerra que tira desesperada del cable que lo sujeta, sufre quemaduras mortales.
Palladane le dice que ella iba a morir por una razón equivocada y que el ha vivido por una razón equivocada y añade que ambos son muy parecidos, "Jedi errantes". La joven le jura que pondrá a toda su gente a salvo pero Gorlan le recuerda que hay mucha más gente sufriendo en la Galaxia y le dice que su misión ha de ser intentar salvar a todos los que pueda.
Aunque todos los creen muerto la mochila de Odion consigue llevarlo hasta una de sus naves y aunque sus subalternos tratan de animarlo diciendo que la acción de Chelloa ha sido un éxito el no lo ve así. Su cuerpo está destrozado, su armadura se ha fundido con su carne, ha perdido a sus mejores tropas y gran parte de su flota y el arde de rabia.
Su fiel sirviente Jelcho le pide que no se mueva ya que eso solo incrementa su dolor y el Sith le responde que desea sentir dolor ya que eso le hace recordar lo sucedido y los aullidos del cachorro de Vannar Treece (por Kerra)
Lejos de allí en el planeta Nilash, uno de los mundo dominados por Daiman en lo que también tiene una explotación minera, el Sith recibe malas noticias de Uleeta, una de sus sirvientas. La joven le cuenta que los mineros nativos han escapado y se han refugiado en la espesa jungla y le dice que cree que han sido agentes de Odion.
Daiman le pregunta si se han encontrado algo raro y Uleeta le contesta que solo un potente láser capaz de cortar el cortosis. Al oír esto el Sith se dirige a la plaza principal y comprueba que la cabeza de una de sus estatuas, la más grande, ha sido amputada. Se trata de un mensaje enviado por Kerra, que esta viva y que le dice que no va a rendirse.
|