"Nadie acude a él. Él acude a aquellos que busca"
Como parte de sus cometidos Darth Vader acude a un remoto planeta minero donde fuerza al dueño a cambiar sus contratos de explotación. El Lord oscuro no atiende a razones comerciales ni le importan los porcentajes de los beneficios y eso irrita al hijo del propietario quien, pistola en mano, irrumpe en una de las reuniones y dispara sobre uno de los nautalianos que están firmando el nuevo acuerdo.
Vader, alertado por la Fuerza, reacciona con rapidez y, tras dar un ágil salto mientras activa su sable, detiene el disparo y ataca al agresor matándolo en el acto. Él padre, incapaz de hacer nada por salvar a su hijo jura vengarlo y empieza a contratar en secreto a algunos de los asesinos más hábiles de la galaxia, pero todos ellos fracasan en su empeño y mueren a manos del Oscuro Lord del Sith.
Darth Vader detiene el disparo realizado por el hijo del magnate minero
El propietario de la mina ha oído hablar de un oscuro asesino que no solo es caro sino casi imposible de localizar y como el dinero no es problema pone todo su empeño en encontrarlo. Sus pesquisas lo llevan hasta un calido mundo al que llega protegido por más de una veintena de guardaespaldas. Allí, tras una larga caminata llegan a una sucia charca y, tras accionar una diminuta palanca camuflada como si fuese una débil ramita, ven como del agua surge un pequeño dispositivo de identificación.
Sin saber exactamente que puede ocurrir colocan una mano amputada que llevan y al instante una entrada surge de la charca. Precedido de sus guardaespaldas el orondo dueño baja por las escaleras que tiene la entrada y llega a una gran puerta protegida por dos guardias a los que dice que desea ver a su señor.
Uno de los vigilantes le contesta "Nadie acude a él. Él acude a aquellos que busca". Esta claro que no le van a dejar pasar de modo que el potentado minero ordena que se dispare sobre los vigilantes. Así se hace y cuando caen muertos abren las puertas y entran en una pequeña sala donde un enorme alienígena de piel naranja y aspecto de diablo permanece sentado en un trono.
El minero le cuenta al diabólico ser lo que le sucedió a su hijo y como los ocho asesinos que ha contratado antes han fracasado y le pide ayuda. En cuanto lo hace una voz a su espalda le dice "No te des la vuelta. Has pagado un precio muy alto por venir aquí" y así es pues los cuerpos de todos sus guardaespaldas yacen sin vida en el frío suelo.
El misterioso y silencioso asesino, una figura humanoide vestida de cuero negro, con una larga espada curva y con el rostro cubierto por una máscara, acepta el trato y, tras decirle que los demás fallaron por ir al encuentro de Vader anuncia que él hará lo contrario y estará donde Vader acuda.
El magnate minero frente al misterioso asesino que quiere contratar
El dinero no es problema y el minero, que se ofrece a pagar todo lo que sea necesario, pregunta como sabrá si el asesino de su hijo ha muerto. "Sabrás que he completado el trabajo cuando coloque la cabeza de Vader en tu regazo" contesta el asesino que aun tiene que hacerle un cobro extra ya que todo el que le su rostro pierde la vista.
Ciego pero sonriente el minero regresa al helado mundo donde tiene su residencia y ajeno a la perdida ocular sonríe y dice "Pronto Vader, muy pronto".
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