"El No habrá supervivientes sirve para los dos bandos" (Bomo)
El casino que el maestro Hudorra tiene en Kestavel ha quedado vacío y sus ayudantes, entre los que están Kai, Kal, Bryti y Shaylai se afanan por poner orden en un salón totalmente destrozado. Al verlos el otrora poderoso Jedi, sabiendo que Darth Vader y el Imperio se acercan (así lo dijo Sahdett en el número anterior) les ordena que lo dejen todo y huyan mientras tengan tiempo. Ninguno lo hace, tampoco la tripulación del Uhumele, y todos afirman que darán sus vidas en la lucha.
Lejos de allí el Destructor Sabueso espera sobre Coruscant la llegada de la lanzadera de Vader sin embargo en lugar de recibir una esbelta nave imperial del Lord Sith este llega en la nave de Falco Sang al que la tripulación recibe con desden. Sin importarle que le llamen "la mascota de Vader" Sang se centra en su trabajo y en su nuevo androide mientras el Destructor pone rumbo a Kestavel.
Ante el asombro de la oficialía Vader llega al Sabueso en la nave de Falco Sang
El casino de Hudorra está situado en una gran roca central a la que se accede mediante puentes de modo que los dos Jedi trazan un plan para colocar en ellos explosivos que obtienen de la bodega del Uhumele y que potenciarán con el combustible de dicha nave en la que solo dejarán la cantidad necesaria para la huida.
Al terminar la reunión, y mientras se llevan acabo los preparativos, Hudorra, que quiere saber más cosas de Jennir, habla con Ember y con H2 que le cuentan cuanto saben. El Maestro Jedi esta avergonzado porque mientras él se ha limitado a ocultarse y salvar la vida su compañero ha hecho cuanto a podido para salvara a otros de modo que toma una decisión.
Cuando todos los preparativos terminan Hudorra invita a todos sus ayudantes y a la tripulación del Uhumele a una opípara cena que preparan Dayn y Nira y da ordenes en secreto a Bryti que trae de la bodega un vino que solo ofrece a Jennir. Hudorra alaba a Jennir, se censura así mismo por haberse escondido y pide que todos brinden por los compañeros caídos.
Tras el protocolario chocar de copas el Jedi anuncia que tanto el como Jennir quieren que todos se vayan antes de que llegue el Imperio y Bomo indignado se sube a la mesa y protesta. Jennir usa la Fuerza sobre su amigo para que se calme y mirando a todos dice "Deja que el maestro Hudorra termine".
Al llegar a Kestavel Vader ordena a Sang que cumpla con lo planeado y se dirige hacia el casino comandando un nutrido grupo de tropas de tierra que incluyen soldados clon y varios andadores. Gregg se queda con otros oficiales contemplándolo todo desde el Destructor y sus compañeros no tardan en hacer duras críticas contra el Sith que no solo no ha dejado que los cazas arrasasen el lugar sino que se apresta a cruzar un primer puente que podría ser una trampa.
La explosión en el primer puente destruye la cola del contingente de Vader
Como si alguien hubiese escuchado sus palabras una gran explosión destroza el primer puente haciendo que la cola del contingente caiga al vacío sin embargo el Sith y el resto de las tropas se libran de un funesto final. Alarmados los oficiales se preparan a enviar refuerzos pero Vader se niega a ellos y ordena a Gregg que mate a quien lo intente. El Jedi es suyo y tiene un plan que nadie debe estropear.
En el interior del casino, y al ver la total destrucción del primer puente, Bomo corre a reunirse con Hudorra y le informa que Vader se aproxima al segundo arco. Hudorra le agradece sus servicios y aunque este insiste en quedarse le pide que se marche con el resto y huya ocultándose en los cañones y poniendo a tope los motores del Uhumele cuando se alejen.
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