"Debes dejar de lado el valor que le das a tu propia vida" (Darth Vader a Falco Sang)
Tras sentir el peligro que se cierne sobre ellos los maestros Zao y K´Kurhk ordenan a Piru y al resto de padawanes que se preparen para una larga marcha. Recogidos los pertrechos el grupo sale en silencio de la tienda que se les ha asignado y salen del recinto por el hueco que Zao abre en el muro con su sable de luz.
A la mañana siguiente una gran nave minera, "El Proximo Amanecer", toma tierra sobre el campamento y gran parte de los refugiados son embarcados para su reubicación en las tierras que se les han asignados.
Al hacerse el recuento se echa a faltar al grupo del whiphid (K´Kurhk) y cuando una vecina de tienda dice que la noche anterior los vio prepararse para un traslado Relik, el capitán de la milicia, ordena que se los busque y que la nave parta sin ellos.
El comandante Teron, que acaba de llegar para una inspección y que hace tiempo que sospecha del miliciano ofrece la ayuda del imperio para la búsqueda pero el capitán la rechaza. Cuando sus hombres encuentran el orificio en la pared Relik ordena que se formen varias patrullas y se peinen los alrededores.
Zao, K´Kurhk y los padawanes Jedi escapan del campo de refugiados
A varios kilómetros del campo el grupo Jedi encuentra una granja y roban un carro repulsor tirado por un gran mamífero al que los jóvenes padawanes deciden llamar "lanudo". Todos salvo la joven Piru, que se encarga de conducir el carro, se esconden junto a las vituallas (Melones Beelpop) y se tapan con un toldo y, usando la Fuerza para confundir a los guardias de los caminos, consiguen alejarse de la zona.
Durante la noche, y con los padawanes placidamente dormidos, K´Kurhk le cuenta a Zao como escaparon caundo los clones se volvieron contra ellos y relata con pena el momento en le que mató a un grupo de piratas delante de los jóvenes alumnos. Zao lo consuela diciéndole que no tenía más remedio pero el whiphid tiene remordimientos porque se entregó a la emoción y cree que la acción pudo marcar a alguno de los padawanes. Sidiri es la que más le preocupa ya que no consigue leer su mente y por eso pregunta a Zao, que es más hábil que él en el uso de la Fuerza, si la joven oculta algo malo. "No oculta nada" responde Zao aunque su rostro muestra preocupación.
Los dos maestros hablan también de Vader, el cazador de Jedis del que apenas saben nada y Zao le hace saber que los pocos testimonios que le han llegado indican que el oscuro Sith pudo tener entrenamiento Jedi. Ya por la mañana el grupo llega a la cima de una colina bajo la cual descubren cientos, tal vez miles, de cadáveres y entre ellos el cuerpo de la mujer que ocupaba la tienda junto a la suya.
Darth Vader usa la Fuerza para lanzar a Falco por los aires
Lejos de allí Vader visita de nuevo a Falco Sang que se recupera de la herida que le hicieron los androides siguiendo las nuevas pautas de entrenamiento que fijó el Lord Oscuro (ver número anterior). Vader entrega a Falco un bláster para que le ataque y este lo hace pero el Sith, tras usar su sable para desviar los disparos, emplea la Fuerza para lanzarlo por el aire contra una mampara."Debes dejar de lado el valor que le das a tu propia vida. Cuando no te quede nada que perder, no tendrás nada que temer" sentencia Vader marcando el camino que desea que siga Falco y que este no termina de emprender ya que el miedo que le causa el Sith es atroz.
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