"Quiero ver al prisionero inmediatamente" (Lord Vader)
Un antiguo almacén flotante de combustible situado en el Corredor Corelliano es hora la prisión Imperial ISO-L8 y en ella está encerrado Janks, uno de los miembros de la tripulación del Uhumele que fue capturado cuando sus tripulantes, y el Jedi Dass Jennir, trataban de salvar a la hija de uno de ellos, Bomo Greenbark (ver números anteriores).
Por la zona pasan constantemente meteoritos y fijado a uno de ellos, para no ser descubierta, llega una pequeña y esbelta nave que, con sumo cuidado, se pega a la una de las paredes de la instalación. Su ocupante, acompañado por una unidad robótica a la que llama Izee, corta el casco y penetra en la prisión dirigiéndose a las celdas.
Casi al mismo instante llega a la prisión la nave de Darth Vader que, al saber que el prisionero Janks, con el que ya se cruzó cuando buscaba un viejo amuleto Sith, también tiene información sobre el Jennir desea interrogarlo para localizar a este y continuar así con la purga Jedi que ha ordenado su maestro.
Vader es conducido por un oficial y una escolta hasta la celda de Janks pero al llegar allí comprueban que el prisionero ha sido asesinado. Se da la alarma y todo el mundo busca al intruso al que un par de clones encentra en el Nivel H Corredor N-27 descargando unos datos desde una consola. El Lord Sith y los hombres que le acompañan acuden a la zona donde descubren que el intruso ha matado a los dos clones que lo sorprendieron.

El oficial imperial y sus hombres son absorbidos por el espacio
Vader y los suyos lo localizan y se inicia un fuerte tiroteo pero el intruso, que es un tipo con recursos, accede a su nave por el agujero practicado y, tras cerrar la escotilla, se dispone a marcharse. Vader, sabiendo que la salida de la nave provocará un cambio de presión que lanzará todos al espacio, usa la Fuerza para cerrar las puertas de la estancia. El oficial Imperial y los clones se quedan dentro y aunque ruegan al Sith que les abra Vader observa impasible como son tragados por el negro espacio (ver imagen).
Dos días más tarde la tripulación del Uhumele llega a Telerath siguiendo la pista de su amigo Jennir pero nada más descender de la nave son encañonados por los lugareños. Un viejo pescador llamado Fish, acompañado por un joven al que le falta un brazo, parece reconocerlos y los conduce a una vieja cantina, "El Fuego de Ember". Fish les cuanta que Jennir estuvo allí y que les ayudó a librarse de los criminales y esclavistas que los sojuzgaban y le revela que antes de marcharse les habló de Bomo y del resto y que eso le ha permitido reconocerlos.
El anciano les dice que antes que ellos ha venido otra gente en busca de Jennir, algunos de ellos con pintas de asesinos, pero asegura que nadie les ha dicho nada ya que todos le deben mucho al Jedi. Bomo le pregunta si sabe a donde se marchó y Fish le comenta que le escuchó decir que se dirigía al Sistema Vondarc.
Jennir se marcho dos semanas antes, llevándose consigo a Ember para que los lugareños no la linchasen (ver números anteriores) y mientras ambos se dirigen a su destino el Jedi termina de arreglar a su viejo androide H2. Amber, que está muy pegajosa, quiere agradecer al Jennir que la ayudase, pero la llegada de una nave imperial los interrumpe.

Un rejuvenecido Dass Jennir dispara con su blaster contra los cazas
Dos cazas salen tras ellos y consiguen alcanzarlos pero el Jedi pone en marcha un plan que le permite destruirlos, eso si, a costa de estrellar su nave en un árido planeta. Ember y Jennir descansan por el día, evitando así el sofocante calor, y caminan por la noche en busca de una forma de salir de ese agujero.
Tras dos semanas de caminatas Ember esta de muy mal humor y Jennir trata de animarla diciéndole que pronto la llevará a Vondarc como le prometió para que se pueda reunir con su familia. Su compañera, furiosa, se ríe de él y le confiesa que lo ha engañado, que no tiene familia allí y que lo único que quiere es montar otro "establo de chicas" como el que tenía en Telerath.
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