"He estado tanto tiempo inmerso en la guerra que llevo parte de ella dentro de mí" (K'kruhk)
Bomo se hace con varios rifles blaster de la armería y tras pedir a Crys que coja todas las granada que pueda sale al patio donde encuentra "rati" atado a una enorme bola de hierro. El nausariano dispara sobre la cadena liberando a su compañero y le pide que ajuste las granadas que están colocando bajo las naves y deslizadores para que estallen a distancia.
Crys, que no cree que la pelea a campo abierto sea una buena opción pregunta a Bomo cual es el plan y este le contesta que cuando lleguen los hombres de Haka hará estallar las granadas haciendo que los supervivientes se protejan en el callejón donde estará escondido y donde acabara con cuantos pueda antes de que ellos lo maten.
Al oír el plan rati va en busca del resto de la tripulación con la esperanza de liberarlos antes de que Bomo muera pero la bella Crys en lugar de acompañarle decide quedarse con Bomo "No soy buena con las armas pero puedo ayudarte a recargarlas".
Cuando los hombres de Haka llegan Bomo hace estallar las cargas y tal como esperaba todos se dirigen al callejón en el que esta parapetado con Crys. Recordando la muerte de su familia, y con los ojos inundados en lágrimas, Bomo descarga una lluvia de fuego sobre Haka y sus hombres que, pese a sufrir muchas bajas, avanzan inexorables hacia ellos.
Las explosiones acaban con parte de los hombres de Haka
Todo parece perdido para la pareja cuando rati llega con el resto de la tripulación y la refriega acaba con un rotundo éxito y con el extermino de todos sus rivales. "Te debemos más de lo que podremos pagarte jamás" dice el capitán Schurk-Heren y todos se dirigen a su nave, el Uhumele o como dice Crys "a nuestra casa".
Muy lejos de allí el maestro K'kruhk se presenta ante Lumbra y exige que le entreguen a los padawanes. Como respuesta recibe una lluvia de disparos y aunque todos creen que ha sido abatido cuando el humo se disipa no hay rastro alguno del Jedi.
Una flecha cruza el aire y acaba con uno de los hombres de Lumbra que ordena que apaguen el fuego para que el Jedi, que se ha ocultado en el bosque, no pueda apuntarles con su arco. K'kruhk sigue lanzando flechas al aire pese a que no ve nada pero eso no importa porque Piru, tal como habían planeado, permanece escondida y dirige los proyectiles con la Fuerza ocasionando la muerte de muchos enemigos.
Piru, al ver que los padawanes están muy nerviosos se acerca hasta ellos para calmarlos pero es detenida por uno de los hombre de Lumbra que, tras apuntarle con un blaster, ordena al Jedi que se rinda si no quiere verla muerta. Como respuesta K'kruhk llega hasta ellos con un enorme salto y, sable en mano, acaba con Lumbra y con el resto de hombres que le quedaban.
K'kruhk acaba con Lumbra
El maestro se ha dejado llevar por sentimientos que un Jedi no puede permitirse y, horrorizado por la imagen que ha dado a los jóvenes aprendices, le dice a Piru que tras arreglar la lanzadera los dejará en un lugar seguro pero que no se quedará con ellos aunque los visitará siempre que pueda.
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