"Tu coraje me hace sentirme orgulloso de tenerte a mi lado" (K'kruhk a Piru)
Haka, al ver que Bomo no revela la localización del objeto que ansia robar ordena que intensifiquen la tortura a la que lo están sometiendo. Los verdugos cumplen con las ordenes recibidas y tal como habían anticipado el pequeño pero musculoso nausariano se desmaya por culpa del dolor.
Haka y sus hombres dejan la sala en espera de que Bomo se recupere y en el mismo instante en que salen por la puerta el nausariano abre los ojos y lucha por soltarse. Usando sus cuernos rompe las cadenas que amarran sus manos y con estas libres desata sus piernas y, tras coger un cuchillo, deja la estancia.
Cuando Haka y los suyos regresan y descubre que el prisionero ha huido ordena que lo busquen en los alrededores del edificio sin embargo Bomo aun sigue dentro ya que su intención no es escapar sino liberar a sus amigos.
El nausariano no tarda en encontrarse con Crys que recorre los pasillos con el trasparente traje que le han puesto los esbirros de Hak y con un rifle blaster que le ha arrebatado a uno de ellos. Bomo le informa que quiere liberar al resto de sus amigos pero apesadumbrado afirma que el armamento que poseen es escaso sin embargo esboza una sonrisa Crys le dice que sabe donde esta la armería.
Cuando la pareja esta cerca de alcanzar su objetivo un enorme guardia trata de detenerlos y se arroja sobre el nausariano. Bomo le clava el cuchillo en un costado y pide a Crys que le dispare y la joven, tras dudar unos instantes, aprieta el gatillo y acaba con el guardia. "Nunca le había disparado a nadie" dice la joven aun impactada por la muerte del guardián.
Mientras todo esto sucede Lumbra y sus hombres llegan hasta la lanzadera que vieron mientras caían sobre planeta y al encontrar allí a Piru y a los jóvenes padawanes los retiene. El Impulsor que necesitaban está operativo y Lumbra sonríe satisfecho no solo porque tras instalarlo en su nave podrá dejar el planeta sino porque tiene unos cuantos cautivos que podrá vender como esclavos.
Una pequeña padawan twi`lek y Kennan tratan de impedir que se desarmen la lanzadera y uno delos hombres de Lumbra los patea obligando a Piru a sacar su sable de luz para protegerlos. Lumra dispara sobre ella que cae mortalmente herida y al comprobar que se trata de una Jedi, algo que no sabía hasta ver el sable, ríe ufano porque sabe que el Imperio esta cazando a los Jedi y ofrece importantes recompensan incluso por los más jóvenes.
La joven Piru trata de proteger a los indefensos padawanes
Lumbra y sus hombres dejan el lugar llevándose a los jóvenes y dejando allí el cuerpo de Piru poco antes de que el maestro K'kruhk, que lleva un buen rato corriendo por la selva, llegue hasta allí. El Jedi impone las manos sobre la herida de Piru que, sorprendida abre los ojos y vuelve a la vida.
K'kruhk informa a la inexperta Jedi que sus dotes como sanador son escasas motivo por el cual su brazo derecho, la parte que ha sufrido mayor daño, estará inutilizado durante un buen tiempo motivo por el cual le pide que repose mientras el intenta liberar a los padawanes.
Piru se niega a quedarse sin hacer nada y tras afirmar que aun tiene un brazo sano se ofrece para ayudarle. El maestro Jedi, que necesitaba su ayuda pero no quería obligarla a nada, le cuenta el plan que ha preparado y corta un gran tronco que cae al río. Piru, tras despedirse del maestro Jedi, se agarra al tronco y se deja llevar corriente abajo para cumplir con su parte del plan mientras K'kruhk coge su arco y sus flechas y se interna en la selva.
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