Pasaron las décadas, y la Federación iba cada vez a más. No tenía problemas con las demás asociaciones y tenía mundos que se dedicaban únicamente a favorecer sus intereses comerciales. Pero las cosas podrían cambiar, y el Consejo Ejecutivo lo sabía. Por eso fue propuesta la creación de una fuerza militar, que podría acabar con cualquier posible insurrección de cualquier cliente en el futuro. De hecho, algunos de sus convoyes ya habían sido atacados por naves desconocidas, que la Federación sospechaba que eran de compañías rivales aunque también mayoritariamente habían sido piratas y contrabandistas que habían decidido aprovecharse de las rutas de la Federación por la desprotegida región de la Zona de Libre Intercambio.

Lo que en un principio se había concebido como una especie de fuerzas de seguridad para preservar la existencia de la Federación y su control absoluto del comercio galáctico fue creciendo poco a poco. Mientras que la República, que pasaba por un período tranquilo y pacífico, tenía un ejército ceremonial más que otra cosa, confiando siempre en los Jedi para resolver disputas; el Comité de Armamento, a regañadientes por parte de los filordi y los caaritas aprobó la producción de un auténtico ejército.

Sin embargo, si los clientes de la Federación tuvieran noticia de esa fuerza armada, podrían asustarse y ver amenazado su mundo en caso de problemas comerciales, y romper por tanto sus contratos con la Federación. Los propios mundos del Núcleo podrían hacerlo y la Federación no quería problemas con la República así que para evitar cualquier posible descenso de poder, se acordó que el ejército debería ser creado en secreto. Tan solo las compañías exclusivas de tecnología y similares sabrían del asunto y deberían colaborar en él.

Naturalmente, la opción más segura era construir un ejército androide. La Federación ya había ideado varios prototipos de robots de batalla, básicamente como guardias de seguridad y no como soldados, y la idea de androides de guerra ya había sido usada con anterioridad - y con éxito - en el pasado. Suponían una gran ventaja ante un ejército orgánico, dado que no se requería reclutación, era mucho más rápido de construir y así la Federación se aseguraba el silencio. De este modo, comenzaron a producirse en masa inmensas cantidades de androides de batalla.

Para conservar mejor el secreto, sin duda, en vez de buscar o hacer más naves de carga para llevar en su interior a todo este ejército, las gigantescas naves de carga, pesadas, inofensivas, y lentas, fueron mejoradas y reconvertidas en cargueros bélicos y en poderosísimos cruceros de batalla. Su aspecto era el mismo, pero por toda su superficie fueron instaladas baterías cuatriláser ocultas, fue reforzado su blindaje y se añadieron escudos deflectores. Sus bodegas de carga se transformaron en factorías de androides y montaje de naves, todo en el más absoluto secreto.

Pero esto solo era una parte. El Comité de Armamento ya se había dado cuenta de que un auténtico ejército necesitaba más complementos, y así, algunos mundos que la Federación extorsionaba a placer o que se dedicaban únicamente a favorecer los intereses de la Federación (con sus representantes en el Senado encubriéndoles, por supuesto) como Charros IV comenzaron a producir más maquinaria de guerra para los oscuros propósitos de los neimoidianos. El Taller de Blindaje Baktoide, famoso por sus máquinas acorazadas, produjo los AAT, unos potentes tanques de batalla con múltiple armamento, y los MTT, diseñados especialmente para transportar a los androides de batalla hasta el lugar del combate, e incluso desarrolló varios tipos de armadura y droides. Ingeniería Haor Chall produjo unas naves de carga (barcazas C-9979) que transportarían los tanques y los MTT hasta el mundo de destino, y unos cazas, que serían el apoyo aéreo de la flota de la Federación. Todo ello, embarcado dentro de las bodegas de los cargueros. Cada nave contenía docenas de barcazas, que a su vez contenían MTT's con sus respectivos androides de batalla.

Con esta gigantesca flota, y su gran ejército oculto en sus entrañas, la Federación se sintió ya mucho más segura. Sus actividades prosiguieron con normalidad, mientras que de vez en cuando el Consejo Ejecutivo realizaba simulaciones de invasiones en mundos deshabitados. Durante el período de tiempo que siguió, se desarrollaron un par de ingenios más: las STAP, vehículos voladores pilotados por un androide de batalla, y los droidekas, o androides destructores, mortíferas máquinas capaces de escupir gran cantidad de fuego y con generadores de escudo propios. También se construyó una variante de los MTT, más ligera y más desprotegida.

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Sección creada para SithNET por Raphus Lee y Christian 'Alakran' Rubio.
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