La vida de Yoda

© General Aramis Kenobi
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Después de ver "El Imperio Contraataca" y parte de "El Retorno del Jedi", todos nos hemos preguntado alguna vez: "¿Cómo ha podido Yoda resistir tantos años (unos veinte) en esa mierda de ciénaga inmunda?

Pues bien, aquí vuestras dudas quedarán despejadas, ya que estáis a punto de asistir a un día cualquiera en la vida del Maestro Yoda en Dagobah. (Antes de palmar, claro). Vamos allá.

Esto es Yoda que se despierta. Está ya cansado de tanto dormir (claro que no hay nada mejor que hacer). Y en esto se pregunta: "¿Será ya de día?". Y es que claro, en Dagobah no sabes cuándo es de día y cuándo de noche, porque ahí no hay luz, sólo esa mierda de niebla que lo cubre todo, y que no te deja ver nada más allá de diez metros. Yoda, decía, se levanta de su cama, si es que a eso se le puede llamar cama, y se desayuna su plato favorito (y por lo visto el único que sabe preparar): lo que sea con raíces. Que muy buenas no deben estar, y si no mirad la cara de Luke cuando las prueba…Bueno, el caso es que él se las come.

Ya con la tripa llena, el Maestro intenta ordenar el cuchitril ese donde vive, que hace las funciones de casa. Pero claro, a ver quién es el guapo que ordena eso, con las culebras y los bicharracos pululando tan campantes, y es que esas ventanas sin cristales…Total. Que ante la imposibilidad de hacer limpieza, el amigo Yoda sale a dar un paseo. Y os preguntareis: "¿Un paseo a dónde?". Pues eso, ¿a dónde? ¿Qué va a ir a visitar? ¿La ciénaga esa de mierda que tiene al lado de casa? Pues simplemente se dice: "Voy a dar una vuelta que me dijo Obi-Wan que se pasaría por aquí un chavalote que tenía un papi muy malo muy malo y lo tengo que entrenar para que sea un Jedi, que se ve que tiene que matar al papi. Y mira, llevo ya esperando tres meses desde que Ben me lo dijo. No, si ya me han dicho los otros espíritus que el viejo ya chochea…"

Así que bueno, ya tenemos a Yoda dando vueltas por el charco-ciénaga inmundo ese. Y, como siempre, ni chavalote ni ná de ná.

Aburrido de hacer el tonto, Yoda se va a la Cueva del Mal. Y pensareis que es esa que conocimos cuando Luke estuvo allí. ¡Mentira! Eso no es una cueva. Bueno, más o menos. Es un antro. Sí, sí, he dicho un antro. Un bar, un garito. Total, que el Maestro va al antro, se pega unos lingotazos y se divierte un rato con las mujeres de mala vida que hay por allí. Seguro que os estáis preguntando de dónde sale esa concurrencia. Si Dagobah carece de vida inteligente. Pues no, estáis equivocados. Bueno, sí que carece de vida inteligente, pero hay algo más allí que Yoda y animales autóctonos.

Bueno, el caso es que Yoda se queda allí un buen rato, y come y todo. O igual cena, que ya sabéis que allí el día y la noche son confusos. Así que Yoda come y se echa su partidita al sabacc (¿o es que pensabais que los Jedis no se vician con juegos de azar? No te digo…). Y la partida se acaba.

Y ya tenemos a Yoda en otro sitio. ¿Y a que no sabéis dónde? ¡Pues en la ciénaga de mierda, ¿dónde va a ser?! Y ahí lo vemos, practicando los poderes Jedi y el tiro al blanco combinados. (Sí, ¿qué pasa? Mata ratas voladoras tirándoles piedras guiadas por la Fuerza). Y así se pasa unas horitas, dale que te pego con las piedras y las ratas.

Se acerca la hora de cenar (¿o será de comer?), y el Maestro se retira a su pocilga, digo a su cabaña-choza, y vuelve a cocinar la misma porquería de siempre: raíces. Buena comida, dice el tío.

Acabada la cena, le da un poco a la tele. Y a ver las noticias. En el Canal Imperial lo de siempre: "Palpy se va a inaugurar nosequé"; "Vader, ganador del concurso de abridores de refrescos en lata". Total, tonterías. Y entonces pone el canal ese que pilla clandestinamente porque un vecino suyo le pasa un cable desde la parabólica. El Canal Rebelde, o algo así. Y ahí también, las mismas tonterías de siempre: "El Imperio es muy malo, vente con nosotros que somos los buenos y seguro que ganamos". Y sale una fulana vestida de blanco diciendo aquello de: "Muchos bothans mueren para que esta información llegue a sus casas".

Y con ese panorama, pues Yoda opta por lo mejor: la cama. Y así acaba un día cualquiera en la vida de Yoda, en Dagobah. (Y vosotros os pensabais que se había pasado veinte años meditando. ¡Ja!).

General Aramis Kenobi

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