Comencé siendo un piloto de la Rebelión, como tantos otros, pero pronto destaque por mi habilidad para acertar con torpedos de protones, con los ojos tapados. Esto hizo que me destinaran al "centro Skywalker de estudios de la Fuerza", donde fui adiestrado... 
Sin duda, una de las pruebas mas duras que tuve que pasar allí, fue la obtención del carnet W-1 de pilotaje en campos de asteroides. Fueron momentos muy difíciles que me hicieron ver la geología desde otro punto de vista... 
Para las pruebas de tiro tuve un instructor que se pasaba el día gruñéndome al oído, y al que jamas llegue a comprender... 
Finalmente, la parte mas interesante, aquello que no podría aprender en otro lugar: el empleo de la Fuerza. Llegue a vivirlo tanto que sufrir una metamorfosis con mi maestro... 
Y por fin llego la prueba final. Me soltaron entre lo peor de la galaxia para ver como me las arreglaba. Lo cierto es que aun no se como logre salir de aquel antro, pero mis nervios aun se resienten... 
Tras los duros meses de entrenamiento me gradué, y volví a las fuerzas de la Rebelión, con el rango de Comandante. Lo que me cabreo enormemente, porque a otros ( y no quiero nombrar a nadie) enseguida les ascienden a Generales... 
Por ello decidí pasarme al otro lado, donde se asciende rápidamente debido a la poca "duración" de los altos mandos. Lo único que debía rocurar es llevar siempre un collarín... 
Y así fue como llegue al mando de las Fuerzas Imperiales, a las que atraje rápidamente a algunos miembros de otros bandos ofreciéndoles una vida mejor... 
Tras la muerte de Palpatine (a la que contribuí provocando un cortocircuito en su sistema eléctrico, aunque todo el mérito se lo llevo Vader) me hice cargo del resurgir del Imperio... 
Aunque ya se sabe que nunca acaba todo bien. Cuando aplaste la Rebelión, decidí expandir el Imperio a otras galaxias, y allí no me fue tan bien. Pero eso es otra historia...
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