George Lucas ha donado 1 millón de dólares para construir un
monumento en homenaje al líder de los derechos civiles americanos, Martin
Luther King, en el National Mall de Washington D.C.
Otros importantes contribuyentes al proyecto son el anterior Secretario del
Estado, Colin Powell, y Jack Valenti, actual presidente de la Asociación
de Películas de América.
Han sido recaudados más de 40 millones para el monumento, de los 100
necesarios para el proyecto, según ha dicho la organización.
El Congreso de EEUU autorizó el monumento en 1996, y está previsto
que se inaugure a finales del año que viene, en un terreno de 4 acres
situado cerca del Lincoln Memorial, donde King pronunció su famoso discurso
"I Have a Dream" (Tengo un Sueño), el 28 de agosto de 1963.
Tengo un sueño
Por Martin Luther King, Jr.
[...]
Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades
del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente
arraigado en el sueño "americano".
Sueño que un día esta nación se levantará
y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que
estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".
Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los
hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de
esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.
Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí,
un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión,
se convertirá en un oasis de libertad y justicia.
Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un
país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino
por los rasgos de su personalidad.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador
escupe frases de interposición entre las razas y anulación de
los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas
negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas
y caminar unidos, como hermanos y hermanas.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que algún día los valles serán cumbres,
y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más
escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados,
y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género
humano.
Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur.
Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una
piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante
de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con
esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel
juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día
seremos libres.
[...]
Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada
caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada
del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos
y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar
las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres
al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"
Washington, DC
28 de agosto de 1963