DE LO MALO LO MEJOR

Crítica de Francisco Jiménez para SithNET / Maquetación: Coronel Kurtz
Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento de los autores.

[ Análisis y críticas ]

DE LO MALO LO MEJOR

 

El pasado 19 de Mayo asistimos, muchos de nosotros ansiosos, a la última entrega de la saga Star Wars. En ella George Lucas nos proponía el cierre de todos los hilos argumentales creados a partir de su mítica saga allá por los años 80. Sin embargo, a lo largo de las tres últimas entregas “explicativas” no ha hecho más que derrumbar el mito imaginativo que nos propuso antaño, cerrándola con este último film de manera tan solo aceptable.

Son muchas las incoherencias y fallos encontrados en esta última película, quizás por ser la que más peso dramático encerraba. En ella, una vez más, el Sr. Lucas se empeña en enseñarnos hasta el último detalle, sin comprender aún que lo que hace mágica una película como La Guerra de las Galaxias es la capacidad de hacer volar nuestra imaginación y la presencia innegable de personajes con fuerza que en esta nueva trilogía han quedado simplemente desaparecidos.

Rítmicamente bien planteada, con un guión cuadrado y un montaje, esta vez sí aceptable, la película disfraza la multitud de erróneos planteamientos que el Sr. Lucas nos ofrece; así, no se puede entender ni aceptar que cabos tan importantes como el borrado de memoria de C-3PO, el reparto de los mellizos, o el descubrimiento de Qui-Gonn para explicar la técnica de “hacerse uno con la fuerza” se nos muestren de manera chapucera, precipitada y tan inaceptable como nos ofrece el montaje final de la película, el cual parece más interesado en nimiedades como algunas escenas de acción que en la base argumental de la historia.

Muchos entendidos de la materia cinematográfica y directores de cine afirman que si una escena no aporta nada a la trama de la historia, ésta debe ser eliminada; en tal caso nos encontramos con mucha frecuencia en las últimas películas de Star Wars, siendo el Episodio II la reina de tal record, escenas vacías, sin contenido alguno cuyo objetivo es tintar la cinta de un color romántico que solo consiguen aportar patetismo y cursilería fácil. Es difícil comprender como un escritor que fue capaz de hacernos vivir una historia de amor entre un contrabandista chulesco y una princesa de armas tomar, es incapaz de mostrarnos ni un pequeño ápice de amor creíble entre dos jóvenes que lo dan todo por amarse el uno al otro; los diálogos amorosos del Episodio III siguen siendo lamentables poniendo al espectador en una predisposición de burla y poca sintonía entre los actores, amén de, como he dicho antes, en la mayoría de los casos, no aportar nada a la trama. Elementos que se trasladan en muchos casos a los diálogos entre maestro y aprendiz, siendo el caso más exagerado, cuando están rescatando al Emperador al inicio del film. Se puede resumir el guión diciendo que la estructura es buena y apropiada pero el contenido deja mucho que desear.

Mención aparte merece el ascenso de Anakin Skywalker al lado oscuro; con un planteamiento muy bueno, que prometía a lo largo de la primera mitad del film, el director se precipita imperdonablemente y muy poco ayudado por la interpretación del actor en una escena que resulta poco creíble por la demostración innegable que Anakin hace de falso arrepentimiento y facilidad de convencimiento. El ascenso de Dath Vader es igualmente inaceptable, resulta curioso como muchos realizadores se esmeran en hacer mejores trailers que películas; bien hubiera hecho el Sr. Lucas en dejar intacta la escena del Treaser Trailer en el que se mostraba el poder y la presencia de uno de los mejores villanos de la historia del cine. Se nos derrumba el mito más imponente de nuestra saga en una escena mal tratada visualmente y con una actuación más propia de películas como Jason X o Depredador, todo ello precedido de un clímax dramático, genialmente planteado, que se consigue con la puesta del casco y que es rápidamente olvidado con la decadente escena que le sigue.

Podemos afirmar que al igual que el círculo ha quedado sellado, el mito derrumbado; o quizás el Sr. Lucas nos ha hecho un grandísimo favor para que aprendamos a apreciar de verdad las tres anteriores, leo en muchos comentarios que está a la altura de El Retorno del Jedi o, incluso, de El Impero Contraataca. Me parece absurdo comparar películas con más de dos décadas de diferencia, pero a los hechos me remito si afirmo que en ninguna de las tres nuevas películas se nos ha mostrado la intensidad dramática y los elaborados personajes que podíamos fácilmente encontrar en las antiguas, y, todo ello, partiendo de la base incontestable que estas tres últimas podían explotar muchos más recursos e historias, en definitiva, más material cinematográfico.

En cuanto a personajes y actores, la película tiene uno de sus puntos más desfavorables, repasando la nueva saga podemos encontrarnos con actores grandes, pequeños, medianos…vimos en el Episodio I a un Terrence Stamp frío como el hielo, a un niño juguetón que no era capaz de dar la entonación adecuada a sus frases, a un villano carismático que George Lucas se encargo de liquidar; tenemos también a una genial actriz como Natalie Portman que derrocha talento en sus otros filmes y que en estos no pasa de la mera anécdota, a un siempre profesional Ewan McGregor, cuya capacidad facial no sobrepasa los tres gestos, a un Christopher Lee siempre condenado a papeles absurdos de serie B, a un Samuel L. Jackson cuyas intervenciones resultan siempre forzadas y cuyo papel no parece adecuarse a sus capacidades, a un Yoda saltarín…al que se le ha privado de “realidad” y no es más que una mera estampita en detrimento del gran Frank Oz, también recordamos al magnífico y único C-3PO relegado a un segundo nivel por debajo de un R2-D2 bufón y supersónico y, como no, no podemos privar al Sr. Lucas del descubrimiento de uno de los peores actores de esta década, el Sr. Hayden Christiensen. Tan solo podemos salvar a un siempre correcto Ian McDiarmid, a la siempre deslumbrante Pernilia August y al porte imponente y sabio de Liam. Neeson, único personaje y actor que nos ha recordado la fuerza de la antigua trilogía, aun sin ser más que una pobre sombra de aquel grande entre grandes, Sir Alec Guinness.

Sin embargo, como ya dije antes, no todo son fallos en la última entrega, al fin y al cabo, posee un ritmo trepidante, unos efectos especiales muy buenos (por fin han conseguido integrar de manera aceptable un cuerpo humano montando un “ente” digital), batallas muy bien planteadas y hechas; y algunos momentos memorables en los que George Lucas sí nos recuerda que el también sabe dirigir (Orden 66, la ópera, diálogo entre Anakin y Palpatine en sus aposentos…) y una banda sonora nuevamente maravillosa en la que el maestro Williams se auto plagia en una composición que a pesar de parecer pomposa y extravagante, acompaña de manera sobresaliente la imagen visual en ritmo e intensidad. Las batallas de sable láser vuelven a ser coreográficamente perfectas pero sin la genialidad cinematográfica de las viejas entregas…quien no recuerda aquel mítico travelín en El Retorno del Jedi cuando Luke ataca sin piedad a su padre.

Tampoco podemos negarle a George Lucas el mérito de haber creado, con suerte dispar, una de las mayores sagas de la historia del cine y todo lo que ello conlleva; haciéndonos sentir, imaginar, vivir la historia de uno de los mejores personajes dicha historia. Por ello, a pesar de que nos gusten o no las últimas entregas, no queda más que darle las Gracias con mayúsculas, por todo lo vivido y sentido. No soy muy de dar calificaciones a las películas, pero visto en la tesitura de hacerlo le pondría las tres estrellas que nos indican que pasaremos un buen rato en el cine…pero nada más.

Crónica de Francisco Jimenez.

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