"Los días terminaban en una encendida y cálida paz"
Un anónimo pintor que disfruta de la tranquilidad de las afueras de Ciudad Theed inmerso en una atmósfera creativa y solitaria en la que solo hay sitio para sus pinturas se cruza con una hermosa joven.
Se trata de Padme y aunque el encuentro es fugaz y el cruce de miradas solo dura un segundo el solitario artista queda cautivado por su belleza y desde ese día nada volverá a ser igual para él.
Inesperadas y extrañas visiones que anuncian un porvenir incierto para la hermosa dama y sus gemelos aun no nacidos asaltan al artesano que, incapaz de resistirse a la fuerza de las ensoñaciones, las plasma una tras otra en sus lienzos.
Pinta compulsivamente tanto de noche como de día hasta que de repente suelta sus pinceles y corre en busca de la joven. Ha visto disparos en un callejón y sabe que debe salvarla aunque eso suponga sacrificar su propia vida.
Su fugaz aparición salva a Padme pero más tarde, cuando se recupere de las heridas, el artista seguirá plasmando sus visiones aunque ya no serán de su musa sino las de un lugar llamado Alderaan.
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