EL REY GEORGE
Entrevista por Jean-Pierre Lavoignat
Algunos días antes del estreno americano de La amenaza fantasma, George Lucas recibió a Studio Magazine para una entrevista particular. La ocasión de averiguar qué es lo que se escondía detrás de la leyenda de Star Wars, y de George Lucas.
Studio: Lo primero que impacta al ver este nuevo episodio de Star Wars es su riqueza visual. Como si hubiera
regresado a la dirección sobre todo para tener la oportunidad de explorar todas las posibilidades del cine...
George Lucas: Es verdad, a menudo tenía la oportunidad de poder trabajar en un medio totalmente nuevo, donde
podemos controlar practicamente todo: podía obtener lo que quería con mucha precisión, no necesitaba esperar durante
horas sentado en un campo a que el sol estubiera en la posición correcta...
Parece estar apasionado por las investigaciones puramente formales...
¡Me encanta! Siempre me ha gustado manipular las imágenes, pero estabamos en un punto que realmente
no podíamos sobrepasar, y que, al fin y al cabo, no había cambiado desde el comienzo del cine- Era como fabricar zapatos
con clavos y un martillo, ¡pero tener que hacer 4000 pares! Era muy frustrante... Cuando hice la primera serie de La guerra
de las galaxias no pude realizar más que el 30 ó 40% de todas las cosas que había imaginado, y tuve que comprometer
muchas cosas, soñaba con cosas que eran simplemente imposibles. Fue viendo, en Jurassic Park, el trabajo que había
hecho la ILM (Industrial Light and Magic) cuando supe que podría realizar mis sueños y poner en la pantalla todo lo que tenía
en la cabeza. Gracias a las nuevas tecnologías, gracias a la digitalización todo se volvió posible. Y además, ¡es tan facil! Es una
gozada tener esta opción, esta fluidez.... Es tan simple como rodar una escena entre dos actores, siendo espontáneo y creativo,
dejando lugar a la improvisación. Es tan raro poder trabajar así que, en las películas de ciencia ficción, a menudo estamos
bloqueados por lo que imaginamos. Paradojicamente es más un universo para las palabras que para las imágenes. Las palabras
estimulan la imaginación, pero en el momento en el que quieres darles una realidad concreta ¡es algo muy diferente! Ahora,
cuando hablo de un planeta y de las gentes que habitan en él, puedo realmente mostrarlo, y no solamente evocarlo...
¿No teme que, cuando dentro de 5 ó 6 años, los espectadores verán los seis episodios de La guerra de las
galaxias seguidos, haya una diferencia demasiado grande entre la simplicidad de la primera serie y la sofisticación de la
nueva?
Me he hecho la misma pregunta. Es, además, uno de los motivos que me llevaron a volver a trabajar
digitalmente los primeros episodios (Star Wars Edición Especial). En primer lugar, para ver si estas nuevas tecnologías
funcionaban. Después, para que el aspecto de conjunto se adapte mejor al de los nuevos episodios que ibamos a rodar.
Bueno, está previsto en la construcción general: al principio habrá muchos personajes, entornos exóticos y variados, y
conforme avance la historia, nos concentraremos más en el conflicto entre los personajes centrales...
Su montador, Paul Martin Smith, me ha mostrado, el otro día en el Rancho, hasta qué punto usted trabaja en el
interior mismo de las imágenes, hasta cambiar la mirada o el gesto de un actor. Así pues, hoy en día tiene el control total sobre
las imágenes de su película. Pero ¿no piensa que las obras maestras también nacen de la confrontación de la maestría con el
azar, con los accidentes?
Sí, absolutamente de acuerdo. Pero hace falta que el artista sepa reconocer el azar, el accidente, si no,
no es un artista. Lo que hace al artista es poder reconocer lo que es importante -y hacerlo todo para obtenerlo- y lo que no
funciona -y hacerlo todo para evitarlo-. No es solo una cuestión de azar de lo que nos beneficiamos... Claro, los accidentes
-mal tiempo en el exterior, alguien que no llega a tiempo al estudio, u otros mucho más importantes...- te pueden llevar a
pasarte de la raya. Pero, en el trabajo de un artista, lo que es, creo, esencial, son las obligaciones que él se autoimpone. Yo he
financiado mi película, podía entonces hacer todo lo que quería, y sin embargo, me impuse rodarla en 65 días -lo que es muy
razonable-. Podría haber elegido 120 como en Independence Day. Y, ahora mismo que estoy hablando podría estar
todavía trabajando en los efectos especiales, pero yo me dije que en tantos meses teníamos que llegar a los efectos buscados.
Son las obligaciones que uno se autoimpone las que te llevan a ir más lejos. En realidad no es la llegada al plató de los
responsables del estudio, que quieren obligarte a hacer las cosas de un modo determinado, o que, el día en el que necesitas
una puesta de sol, no se ve. Si fuera pintor, no necesitaría esperar a que esté ahí para hacer mi cuadro. Pues bien, en la
actualidad, en el cine ¡tengo la misma libertad que el pintor! Y no le digo lo que se ahorra: ya no están todas esas personas
sentadas sin hacer nada que están esperando la puesta de sol. La tecnología digital es un útil maravilloso, tal y como han sido
el sonido, el color, cada uno en su época. Y verá que cada vez se acercarán más directores. Mire, Godard comenzó a rodar
en vídeo... Pero no tenga miedo: accidentes, siempre los habrá... escucho a mucha gente inquieta, que piensan que esto va a
cambiar el aspecto del cine. Sí, como lo han cambiado el sonido o el color. Esto va a dar muchas posibilidades a los cineastas
que al fín podrán concretizar su visión. Pero estas nuevas tecnologías no van a modificar la historia, solo que se podrá contar
mejor, más facilmente y más barato.
"THX 1138", su primera película testimoniaba la amenaza que la tecnología hacía pesar sobre la emoción. En la
actualidad usted está en primera línea de la investigación tecnológica. ¿Ha vencido sus miedos o traicionado sus aspiraciones?
(Risas) No, no creo haber traicionado mis aspiraciones... Siempre me he encontrado muy a gusto
con la tecnología. "THX" trataba del redescubrimiento de las emociones -de hecho es un film más divertido de lo que piensa la
gente-. Es la historia de una sociedad completamente controlada para ser bella y magnífica pero, claro, es una pesadilla. Y
el héroe intenta reencontrar sus verdaderas emociones... De hecho, yo no he cambiado; es siempre un poco la misma historia
la que cuento. La búsqueda de las emociones, de los valores humanos fundamentales, la voluntad de expresar las cosas y los
sentimientos...
Han pasado veintidos años desde La guerra de las galaxias, la última película que ha dirigido. ¿Ha echado
de menos la puesta en escena?
No, realmente no. En principio, porque nunca he parado del todo: he rodado planos de complemento
para prácticamente todas las películas que he producido -En busca del arca perdida, Willow, Tucker
y la serie de televisión del Joven Indiana Jones... Y además, porque me parecía más importante educar a mi hija y
construir todos estos instrumentos de trabajo: estudios de montaje y de mezclas, desarrollo de nuestra sociedad de efectos
especiales...
¿En qué cree que ha cambiado más como director desde La guerra de las galaxias?
Creo que lo que más asusta es que... ¡no he cambiado en absoluto! Desde que rodé mis tres primeras
películas, no conocía a ningún otro director aparte de a Francis (Coppola); todo lo había aprendido de él. Yo a veces
me decía: "¿y cómo abordaría esto o aquello otro director?" También preguntaba a los actores por lo que hacían los otros. Y
después, fui productor. Observé trabajar a más de cuarenta realizadores, genios como Steven (Spielberg) y otros que
estaban en su primera película. Cuando decidí regresar a la dirección, me dije: "He visto realizadores en el trabajo, voy a poder
poner en práctica esta experiencia..." Y bien, el primer día de rodaje de Star Wars, Episodio I, La amenaza fantasma,
fue como si no hubiera pasado nada desde hace veintidos años, ¡como si hubiese terminado la víspera mi primer rodaje!
¡Hacía las mismas cosas! ¡Y cometía los mismos errores, también! ¡Al menos, en eso, este film se parecerá al primero!
(Risas)
¿Cuáles son los errores que hace más, o que le gustan menos?
No lo sé... Quizás no estar en el lugar adecuado, o con el objetivo adecuado, en el momento adecuado...
Cuando uno se dice: "Ahí, tendría que haber utilizado un gran angular. Ahí habría sido mejor si hubiese rodad de tal manera..."
¡Todas las cosas simples que tendría que saber de memoria! Ya sabe esa frase: "Cuando los espectadores entran en un cine,
su cociente intelectual se disminuye a la mitad. Cuando un realizador llega al plató, su inteligencia también se disminuye a la
mitad..." Pero yo estoy simplemente en mi cuarta película, todavía me quedan cosas por aprender...
¿El qué, por ejemplo?
No solamente sobre las nuevas maneras de rodar de manera digital. Sino también sobre las bases
mismas del oficio de realizador: el trabajo con los actores, la manera de llevar la narración... Ya estoy pensando en el
momento en el que haga otras películas que no sean de Star Wars. Tengo muchas ganas de regresar a otras clases de
películas: ¿estará el público preparado a aceptar las ideas que quiero explorar?
¿Cuáles?
Es demasiado pronto para hablar de ellas.
¿Hay directores de cuyo talento y savoir-faire siente envidia?
No sé qué es ser envidioso... Pero de cualquier manera, el talento y savoir-faire de Steven...
¡Es un genio! Es el único director, que siempre me sorprende por su capacidad de componer un film, de contar
cinematograficamente una historia. Pero no puedo decir que sea envidioso, porque sé que no podría hacer eso. Lo único
que puedo hacer es admirarle. E ir a verle trabajar. Y eso está muy bien...
Usted es el rey de las nuevas tecnologías, pero cuando vemos el modo en el que ha concebido su Rancho, y la
pasión con la que, en La amenaza fantasma construye la villa neoclásica de Naboo, se percibe una cierta nostalgia por
una época querida...
¿Cómo negarlo? ¡Me siento más victoriano que vanguardista! Es esta visión de los victorianos por el
renacimiento, esta visión romántica que me llega...
¿Cómo se lo explica?
No lo sé...
¿No tendrá que ver con una cierta búsqueda de la inocencia?
Sí, claro... (Reflexiona) Creo que es uno de los motivos del cine en la actualidad. El mundo es
tan cínico, tan mezquino, tan poco espiritual que la idea de que existe algo inocente, naïf, bien intencionado, llega directamente
al corazón de la gente... Me dí cuenta con American Graffiti. Es la inocencia del film la que logró su éxito. Provocó
tal entusiasmo que me dije que habría que ir más allá en la inocencia... La guerra de las galaxias nació de este
sentimiento.
Cada saga tiene un comienzo. Cada artista también. ¿Qué imágenes, qué películas de ciencia ficción, qué comics,
qué series de televisión le ayudaron, de niño, a construir su universo visual?
No sabría decirle. Cuando era niño, no estaba interesado por el cine. Crecí en un pueblo muy pequeño,
donde no había más que dos salas, y no iba muy a menudo. Además tuvimos la televisión bastante tarde... De adolescente
era un apasionado sobre todo de los coches y de las chicas. Me encantaban los motores, y también la fotografía y el dibujo.
Más que el cine y la televisión. En la universidad me atraían más las ciencias sociales, la psicología, la antropología. No fue
hasta los últimos años cuando tuve ganas de hacer estudios artísticos. Uno de mis amigos entraba en la USC; yo le seguí,
pensando que era una escuela de fotografía. ¡No fue hasta estar allí cuando comprendí que era una escuela de cine! En el
primer trimestre, seguí el curso de historia y el de animación. Y cuando me encontré delante de una cámara de animación y
comencé a hacer películas, sentí que había nacido para eso. Era capaz de realizar trucos mejor que cualquier otro en la
escuela, y disfrutaba como un loco. Fue entonces cuando verdaderamente descubrí el cine. Todos los cines. Quizás más los
extranjeros que los americanos... Kurosawa, Fellini, Godard y, más tarde, John Ford, Orson Welles, Eisenstein... Estaba
fascinado también por todas esas películas de la Oficina nacional de cine de Canadá, las películas de Claude Jutra. Quería ser
documentalista. Como había nacido en San Francisco, estaba muy interesado por los films underground, los films abstractos
de San Francisco... Pensaba que era eso en lo que me iba a convertir: un cineasta de vanguardia, haciendo documentales, o
un cameraman de films-verité. Detestaba escribir historias, inventar persoanjes. Francis (Coppola) me repetía sin
cesar: "Hay que aprender a escribir historias, hay que aprender a trabajar con los actores." ¡Y heme aquí en el corazón del
cine popular, que es el último lugar donde me habría imaginado terminar!
John Boorman dice que comprendió muy tarde que su fascinación por el rey Arturo y la Tabla redonda venía de su
infancia, puesto que su madre tenía relaciones ambiguas con el mejor amigo de su padre... ¿Cómo se explica su pasión por
la mitología?
No podría ser tan preciso como John Boorman. Siempre me ha gustado la mitología. Recuerdo haber
preguntado a mi madre cuando tenía diez años: "¿Cómo es que si hay un solo Dios, hay tantas religiones?" Naturalmente, ella
no tenía respuesta. Pero esto muestra hasta qué punto tenía curiosidad por comprender los engranajes de la sociedad, de la
cultura, del universo... Además, en la universidad, comencé a comparar las culturas. Lo que me fascinaba literalmente era ver
hasta qué punto cada cultura reposaba sobre las mismas historias, los mismos personajes, la misma mitología. Ví una especie
de arqueología de la naturaleza humana. Sean orientales, griegos, romanos, nórdicos, sus preguntas eran las mismas. Sus
respuestas también. Unicamente los ropajes, el contexto, eran diferentes.
¿Hay historias o personajes de la mitología que le gusten en especial?
No, en realidad no. Lo que diferencia sobre todo a las historias mitológicas es el modo en el que están
contadas. Más que las historias o los personajes, son los temas lo que me interesa...
¿Cuáles?
Las relaciones padre-hijo, el camino iniciático que hace de tí un hombre y te hace asumir tus
responsabilidades, esta lucha en tí entre el bien y el mal, esas elecciones que te hacen tomar primero el mal camino antes de
conducirte al bueno...
¿Qué clase de niño era y qué relación tenía con su padre?
Siempre he tenido buenas relaciones con mis padres. Mi padre era estricto, pero amable. Le quiero
mucho y le respeto infinitamente. Era comerciante en un pequeño pueblo, mientras que yo, yo vivía en otro mundo, de delirio
creativo. Me gustaba construir cabañas, barracas, motores, lo que sea ¡y pienso que nunca comprendió del todo cómo había
salido yo en su familia!
¿Por qué era tan importante que en La amenaza fantasma, Anakin, el futuro Darth Vader, no tenga padre?
Es algo que existe en todas las religiones. ¡Los católicos no son los únicos que tienen la Inmaculada
Concepción! ¡Incluso me han preguntado esta mañana si Qui-Gon (interpretado por Liam Neeson) estaba inspirado
en San Juan Bautista! ¡Pues no! La mayoría de los elementos que he utilizado aquí datan de antes de la era cristiana. Para
responder a su pregunta, había pues por un lado un respeto de la mitología, y del otro, las ganas de una metáfora sobre las
relaciones simbióticas, uno de los temas esenciales de esta nueva trilogía. Quería mostrar que no dependemos solamente de
una raza o de un linaje, sino que formamos parte de un conjunto más amplio, y también que nuestras vidas dependen de otras
vidas. No somos un simple organismo, sino muchos. Y esta dependencia la podemos comprender hasta el infinito: comienza en
la célula, donde ya hay muchísimas moléculas de ADN; las células viven conjuntas por el bien de todas, y forman otros
organismos que terminan formando parte de lo que llamamos ser humano; los humanos reunidos pueblan un planeta, y los
planetas reunidos terminan creando el universo... Al mismo tiempo, está claro que la relación padre-hijo está en el corazón
de la saga de Star Wars. ¿Quién podría ser más fuerte que Darth Vader sino su propio hijo?
La Fuerza parece ser una buena cosa. Sin embargo, los Jedi esperan a aquél que traerá el equilibro a la Fuerza...
Hay un momento en el que la Fuerza puede convertirse en peligrosa. Todo depende del que la utilice.
Y los Jedi saben que un día, alguien abusará de ella y que se necesitará a otro para devolver a su equilibro. De hecho, el que
va a conducir a la Fuerza más allá del equilibrio es el senador Palpatine: él va a tomar el poder, convertirse el Emperador.
Todo el sistema, toda la galaxia se va a poner patas arriba, los Jedi van a ser barridos, la situación será terrible... ¿Cómo
comprende Qui-Gon que Darth Vader va a traer el equilibrio a la Fuerza? Podemos pensar a primera vista que se equivoca,
pero cuando vean estas seis películas siguiendo el orden cronológico, y no en el orden de rodaje, veréis que tiene razón...
Darth Vader va a devolver el equilibrio a la Fuerza gracias a su hijo: Luke Skywalker. A través de su hijo redescubrirá la
bondad, los verdaderos valores. Él será la solución de todo este desorden cósmico, puesto que él es el único que será lo
suficientemente poderoso y estará lo suficientemente cercano al Emperador para eliminarlo.
¿Por qué en 1976 comenzó por el episodio nº 4 y no por el primero? ¿Pensaba que era una historia mejor?
¡Todas mis películas empiezan por el medio! No puedo evitarlo, no me gustan los comienzos. ¡Es mi
estilo! (Risas) Mire, incluso Indiana Jones, la cogí justo en medio... La exposición, la presentación de los personajes,
la explicación de quién es quién... todos los cineastas odian eso. Intento escapar a ello. Después de todo, cuando estás en tu
casa el sábado por la tarde y haciendo zapping miras el tercer episodio de una serie que ves por primera vez, observas, estás
intrigado e intentas comprender... En la escuela de cine, siempre tuve el mismo sentimiento viendo las películas de
Kurosawa y todos los films japoneses. No conocía nada del Japón medieval y sin embargo estaba fascinado por lo que
sucedía. Era como películas venidas de Marte. Adoraba esta sensación, y es sin duda lo que me dio ganas de reencontrarlo
en mis propias películas. También, cuando escribí la saga de La guerra de las galaxias, comencé la historia a partir de
la mitad. Era tan larga que la dividí en tres películas. La serie tuvo tanto éxito que me dijeron: "Habría que hacer
continuaciones." Y yo respondí: "Prefiero contar los episodios precedentes." Para hacer la primera trilogía, había escrito
una treintena de páginas cuyos eventos sucedían antes de La guerra de las galaxias, y que son, pues, el punto de
partida de esta nueva trilogía. De cualquier manera, nunca me he planteado seriamente hacer la continuación, ya que no tengo
ni idea de lo que puede pasar después de El retorno del Jedi...
¿Qué le hizo pensar en Ewan McGregor para interpretar a Obi-Wan Kenobi de joven?
En primer lugar, busqué a alguien que tuviera talento. Además, busqué a alguien cuya personalidad y
físico conveniese al personaje. O sea, quería a alguien que tuviera una naturaleza maliciosa, un poco como Alec Guinness.
Ewan tenía todo eso. Y puedo decirle que le veremos más en el segundo episodio...
Cuando terminó el script de La amenaza fantasma, ¿se la mostró a sus colaboradores de la primera
trilogía? ¿A Lawrence Kasdan, por ejemplo?
No. Sabía exactamente lo que quería. Por el contrario, cuando terminé el primer montaje -aún nos
faltaban planos por rodar-, lo mostré a algunos amigos: Larry, claro, y otros, Steven, Brian (De Palma), Francis...
quería que me dijesen si había ido demasiado lejos.
¿Es decir?
Cuando monté las batallas, había un momento en el que, como a menudo, tenía el sentimiento de
aburrirme. Entonces corté y corté para acelerar el ritmo. ¡Pasabamos de una historia a otra cada 30 segundos! Mis amigos
consideraron que era un poco extremo. Inmediatamente volví a la paso anterior. Para eso sirven los amigos, para decirte
cuándo has ido demasiado lejos.
¿Qué piensa de la locura alrededor de la aparición de La amenaza fantasma?
Creo que, ante todo, la gente quiere pasar un buen rato. El mundo es demasiado frío, demasiado cínico.
La aparición de la película es una buena excusa. ¡Los que acampan ante los cines, en el fondo les divierte más la aventura que
la película en sí! (Risas)
Pocos días antes de la aparición, ¿tiene miedo de esta espera febril que ha levantado? ¿Y de las críticas?
Espero no decepcionar a los que esperan. En cuanto a los críticos, ¿por qué prestar atención cuando
me acuerdo de lo que se escribió con la aparición de La guerra de las galaxias?
En La amenaza fantasma, podemos ver a la Federación como una caricatura de Hollywood...
¿Por qué no? Pero mi intención es más una metáfora política que cinematográfica. ¿Se ha dado cuenta
de cómo las democracias se convierten con el paso del tiempo, si no se está alerta, cada vez menos democráticas y cada vez
más burocráticas? Una de las cosas que cuenta esta historia, es cómo la república y la democracia se dirigen hacia la
dictadura, no por culpa de la guerra o de la revolución, sino simplemente por una utilización perversa del sistema...
Algunos dirán también que puede ilustrar su posición en el sistema...
No. Porque yo no estoy en el sistema. Siempre he sido un cineasta independiente de San Francisco y
en absoluto un hombre de Hollywood. En cuanto a los que me reprochan de ser un hombre de negocios hábil, yo les
respondería que estoy en competición directa con los estudios. Es como antes, cuando se mataba un bisonte para sobrevivir,
no se dejaba perder nada... Recientemente ha habido muchos artículos que decían que Steven y yo habíamos destruido el cine
americano y lo habíamos transformado en una fábrica de bombazos de taquilla. Eso es una percepción de los críticos
neoyorquinos incultos, que no saben cómo funciona el cine. Si fueran a Hollywood y se encontraran a los 3.265.000
vicepresidentes que deciden qué películas deben hacerse y cómo, comprenderían que nosotros no tenemos ninguna influencia
sobre las gentes de Hollywood. Realmente ninguna. ¿De dónde sacan los burócratas las ideas? Sinceramente, no tengo ni idea.
El mundo y el cine serían seguramente mejores si esos burócratas de Los Angeles no dijesen a los realizadores cómo hacer
sus películas. Nosotros hemos luchado para escapar a eso. Y no paro de animar a los directores a hacer lo mismo. Cuando
hice La guerra de las galaxias, el 11% de los films eran películas de palomitas: Montaña rusa, James
Bond... En 1997, había la misma proporción. 11% de Twister a Independence Day. Eso no ha cambiado
nada de nada. La única diferencia, es que en 1977, no había prácticamente films independientes, y que en 1997, el 25% de las
películas que habían recaudado más de un millón de dólares eran películas que no habían tenido nada que ver con Hollywood.
Me gusta pensar que La guerra de las galaxias tuvo una influencia en eso. Me gustaría ver un cine americano
completamente independiente de las grandes compañías de Los Angeles.
Tiene la primera reunión de trabajo el lunes (10 de mayo) para el segundo episodio. ¿Sabe ya el título?
Todavía no. Me pondré a escribir en serio el script el lunes...
Se dice que aparecerá Jackie Chan...
Me encantan sus películas, pero nada está decidido. El casting no se hará hasta el año que viene, así
que...
¿Va a rodarlo digitalmente?
Sí. Voy a hacer algunos ensayos para estar seguro de que tendremos una imágen de buena calidad, y si
es satisfactorio, lo haré.
¿El rodaje tendrá lugar en Australia?
Sí. La Fox tiene unas grandes instalaciones ahí y... ¡nos ha hecho una oferta que no podíamos
rechazar! Comenzaremos el 6 de junio. Después iremos a Italia y Portugal, después a Tunez.
Ha dicho que el segundo episodio será más romántico que éste, y el tercero mucho más oscuro..
Es verdad. La amenaza fantasma es un poco como La guerra de las galaxias
en la primera trilogía, porque introduce a los personajes y a su entorno. La intriga no se anuda verdaderamente hasta la
segunda, ¡y seréis recompensados en la tercera! Se ha concebido como una obra en tres actos...
¿Cuál podría ser su lado oscuro?
El lado oscuro viene siempre de las mismas cosas. La envidia, la codicia, el egosimo, pero también
el miedo. El miedo nutre a la envidia. El miedo de perder las cosas o de no tenerlas... Todos tenemos este lado negro,
pero hay que luchar cada día para poner en práctica el lado bueno: la compasión, el amor, la atención a los demás...
Hay que encontrar un equilibro entre la propia supervivencia y la del grupo, y eso no se puede encontrar más que en sí mismo.
Educar a los niños (ha adoptado a tres) es por supuesto lo mejor para aprender la compasión. Porque es facil
amarlos sin reserva...
Dicen que el nombre de Yoda viene del guionista de Mizoguchi, cuya sabiduría le impactó...
No, es falso. Dicen tantas cosas, hay tanta mitología alrededor de esta película...
¿Cómo se explica que la saga de La guerra de las galaxias permanezca hasta tal punto en el imaginario
de la gente?
Porque la historia llega profundamente a la gente. Porque está ligada directamente a su naturaleza. Y
porque lo que era verdad hace dos mil años todavía lo seguirá siendo dentro de dos mil años.. .
[ Menú Lucas y McCallum]
© S I T H N E T
Entrevista a George Lucas publicada en la revista francesa Studio Mgazine, nº 146 de Junio de 1999.
Traducción de Lord Esuurd y maquetación del Coronel Kurtz
Prohibida su reproducción total o parcial sin el consentimiento de los autores

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