SELLO DE APROBACIÓN

Artículo publicado en la revista "Star Wars Insider" nº41 en Diciembre de 1998.
Entrevista realizada por Scott Chernoff / Traducción: Jee-Wan / Maquetación: Jako.
Prohibida su reproducción total o parcial sin el consentimiento de los autores

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INSIDER ENTREVISTA A TERENCE STAMP

 

Terence StampEn Superman y Superman II, Terence Stamp planeaba dominar el universo como el malvado general kriptoniano Zod. Naturalmente se lo impedía el Hombre de Acero, pero ahora, en Star Wars: Episodio I La amenaza fantasma, Terence Stamp finalmente logra gobernar la galaxia como el amable y en absoluto diabólico Supremo Canciller de la República Valorum.

Aunque el grandilocuente título de Canciller Supremo es de lo más normal para Stamp, uno de los actores británicos más versátiles y respetados. Fue el clásico antihéroe de Herman Melville en la versión fílmica de Billy Budd, la hilarante drag queen que daba nombre a la exitosa película Las aventuras de Priscila, reina del desierto, e incluso al diablo en persona en En compañía de lobos, de 1984. Se transformó, casi imperceptíblemente, en personajes únicos distintivos y diferentes en Wall Street, Arma joven, Alien Nación, El siciliano, La venganza, y el clásico Lejos del mundanal ruido. Mucho antes de trabajar con George Lucas, Stamp ya lo había hecho con otros directores legendarios como Billy Wilder, Louis Malle, Pier Paolo Pasolini y Federico Fellini.

El consumado actor también hace, como él dice, "garabatos". Es autor de tres libros superventas -una novela, una autobiografía y un libro de cocina- que hasta ahora solo han sido editados en su nativa Inglaterra. Nacido en el distrito de Bow en Londres en 1938, Stamp, gracias en parte a su temprano amor por las películas de aventuras y la literatura de ciencia ficción, desarrolló una mirada a la vida optimista a pesar de crecer entre los bombardeos de la 2ª Guerra Mundial. De hecho, para escapar a los bombardeos, la familia de Stamp se trasladó hacia el interior del país cuando era muy joven, hacia la cercana West Ham, donde vivió hasta que entró en la escuela de teatro con 19 años.

Si bien actualmente Stamp pasa la mayor parte del tiempo viajando por el mundo, viajando de una localización de rodaje a la siguiente. Cuando Insider pudo quedar con él, ya había dejado el set del Episodio I en Londres y había marchado a Los Ángeles, donde está rodando la comedia de Steve Martin y Eddie Murphy Bowfinger, el pícaro (dirigida por el mismísimo Frank Oz de Dagobah), y Vancouver, donde se estaba preparando para otra película, El halcón inglés, para el director Steven Soderbergh (Out of sight, Sexo, mentiras y cintas de video).

No es una sorpresa que Stamp dijera que su introducción en el universo de Star Wars también le permitiera continuar seguir acumulando puntos de viaje.

Terence Stamp

Scott Chernoff: ¿Cuál es la parte más dura de ser el Canciller Supremo de la República?

TERENCE STAMP: Superar el jetlag, volando desde Sydney, sin escalas, con Singapore Air. Bajar del avión, un día para las pruebas de vestuario, y rodar al día siguiente. Fue una cosa de último minuto.

S.C.: Es un viaje muy largo para solo unos días de trabajo.

Stamp: Cuatro días en total. Me quedé bastante triste cuando acabé. Me habría encantado ir a Tunez con los demás. Parecía que se lo iban a pasar muy bien.

S.C.: Samuel L. Jackson dijo que no le dieron sus frases hasta que llegó al set. ¿Le sucedió lo mismo a usted?

Stamp: No, porque estaba en Australia cuando me lo pidieron, y yo no iba a acercarme desde Australia al Reino Unido basándome en especulaciones. Así que me enviaron mis páginas por fax a Australia, y entonces tenía que hacer mi decisión basándome en mis páginas. Pero eso fue todo lo que recibí. Desde mi punto de vista, creo que podría haber dado una mayor dimensión de haberlo leído todo. Pero eso es lo que querían, así que para mí estuvo bien.

S.C.: Su personaje, Valorum, sólo está en un puñado de páginas del script. Parece que habría sido dificil predecir a partir de sólo esas páginas si esta iba a ser o no una buena película.

Stamp: Sí, absolutamente imposible.

S.C.: Entonces ¿qué le hizo decidir tomar el papel?

Stamp: No era el tipo normal de papel unidimensional que tienes cuando te ofrecen cameos, y pensé que estaría realmente bien trabajar con George Lucas. He trabajado con muchos grandes directores, y pensé que sería bonito ser dirigido por él. Y me había enterado de las otras personas que iban a participar y pensé que todas eran de primera categoría. Así que parecía una cosa divertida de hacer, en serio.
Lo que pasaba era que no tuve mucho tiempo para preparar el proyecto de Star Wars. Como he dicho, no había leído el script, así que no tenía mucho en lo que basarme . Así que confiaba en la dirección que me indicaba George Lucas, y yo más o menos le chinchaba sobre el guión. Le decía: "¿Qué pasa en la historia? No voy a decírselo a nadie, puedes contarmelo", y me contó un poco de la historia.

S.C.: ¿Le dió información sobre su personaje?

Stamp: Le dije: "¿Cómo es el presidente del universo?" y George Lucas dijo: "Es un buen hombre, pero le están hostigando, un poco como Clinton". Eso fue antes de que Clinton estuviese tan acosado como lo es ahora, por supuesto. Entonces pensé: "Bueno, probablemente me han contratado más por quién soy que por lo que hago".

S.C.: ¿Así que se acercó al personaje intentando explotar lo de usted que piensa que le gustaba a Lucas?

Stamp: Siempre hago eso. Hay dos grandes tipos de Actores, los que acercan el personaje a sí mismos y los que encuentran el personaje en sí mismos. Y luego están los otros que son un misterio para sí mismos, y así es como yo me definiría. No sé de donde vienen mis impulsos, o por qué hago las cosas que hago. Es intrigante para mí encontrar las características del personaje en mí.
El primer portador conocido del nombre Terence fue un antiguo esclavo romano que ganó su libertad escribiendo cosas bellas. No sé mucho sobre él, pero una de las cosas que dijo fue: "Soy un hombre, y nada vivo es ajeno a mí". Eso me ayuda a no sentarme juzgando los personajes que me ofrecen. Simplemente intento encontrar esas características en mí. Algunas veces fallo, pero la diversión está en intentarlo.

S.C.: Con esto, ¿está satisfecho con su trabajo como Canciller Supremo Valorum en el Episodio I?

Stamp: Sí. Pero tenía un respaldo muy bueno. Estaba trabajando con la fabulosa Natalie Portman, y tenía una pequeñísima escena con Ewan McGregor y Liam Neeson. Y tenía una ropa maravillosa. El departamento de vestuario se había tomado muchas molestias en encontrar un tejido maravilloso. Realmente no sé cuándo empiezo a meterme en el personaje, pero me doy cuenta de un paso adelante cuando comienzo a ponerme el traje.

S.C.: ¿Había visto las películas originales de Star Wars cuando aceptó el papel?

Stamp: Había visto la primera, fuí al estreno en Londres.

S.C.: ¿El año pasado, con la Edición Especial, se refiere?

Stamp: No. La que estrenaron originalmente.

S.C.: Ah, sí, esa. ¿La había visto desde entonces?

Stamp: No.

S.C.: ¿Qué recuerda de la película?

Stamp: Bueno, fue la primera vez que ví al gran Harrison Ford, y me alegro mucho de que su carrera haya ido tan bien. Él es una de las pocas estrellas que tiene un cierto sentido de discriminación con respecto a lo que hace. Fue interesante para mí hablar con George Lucas sobre él. cómo era de joven, y el consejo que George Lucas le hizo. Desearía haber tenido a alguien como George Lucas aconsejándome cuando yo tenía esa edad. ¡Probablemente habría trabajado mucho más y en mejores cosas!
Disfruté con la película, y había oido mucho sobre el rodaje cuando hice las dos películas de Superman, porque mucha gente del equipo en las películas de Superman había estado en Star Wars. Nadie sabía entonces que iba a ser un éxito tan grande, pero dijeron que todos se lo habían pasado muy bien, y que era un tipo formidable con el que trabajar.

S.C.: Así que, 20 años más tarde ¿fue un tipo formidable con el que trabajar?

Stamp: Sí. Las vibraciones en el set son muy positivas. He hecho muchas películas, y no es algo que diga a la ligera. Cuando tienes buenas vibraciones en una película, nueve veces de cada diez, el perfume fluye de la cabeza.
Todo lo que hice fue con fondo azul, que estuvo bien porque nosotros, sus artistas, eramos lo único en lo que tenía que centrarse. No tenía ninguna distracción. No tenía preocupaciones sobre el decorado o la iluminación. Eramos simplemente nosotros, y teníamos su total atención. Eso fue bonito.

S.C.: Ahora mismo le está dirigiendo Frank Oz en Bowfinger, el pícaro. ¿Actuó en alguna escena con él como Yoda en el Episodio I?

Stamp: No. No lo había conocido anteriormente. No sabía de su fama como creador de voces icónicas. No es una de esas personas que hace sus voces cuando está en el set. Pero de hecho George Lucas me dijo que Frank era en cierto modo co-responsable de los Teleñecos. Creo que es muy bueno. Realmente sabe lo que hace. Y es un caballero.

S.C.: ¿Ha sido un actor durante toda su vida?

Stamp: Cuando tenía unos cuatro años, mi madre me llevó a ver Beau Geste con el gran Gary Cooper. Esa fue la primera película que recuerde haber visto, y simplemente quería ser como Coop, ya sabes. Fue una ambición de toda una vida.

S.C.: ¿Y ha interpretado papeles que encajasen con el patrón de Gary Cooper?

Stamp: No (risas). Sus padres eran ingleses, pero él era el típico americano. No creo que pudiera hacer las cosas que hizo. Pero claro, por aquel entonces yo no sabía que él era un actor. Yo simplemente pensé que él estaba en la Legión extranjera. No fué hasta años más tarde que me dí cuenta de que todos esos tipos que admiraba eran en realidad acotres de cine. Y así es como cambiaron mis miras.

S.C.: ¿Cómo cambiaron?

Stamp: Cambiaron de querer ser el Capitán Blood y todos los personajes que mis héroes interpretaban. Al principio quería tener las aventuras que tenían, y luego me di cuenta de que eran actores, y para entonces comencé a pensar que eso también tenía que estar bastante bien, como para ganarse la vida con ello.
Pero mi familia se oponía mucho. Mi padre era transportista y mi madre era una ama de casa que hacía todo lo que podía para ganar unas libras entre la crianza de un hijo y la del siguiente. Y mi padre no me dejaba ni hablar sobre ello, porque opinaba que estaba fuera de cuestión. De hecho, una vez dijo: "La gente como nosotros no hace cosas como esas. Preferiría que no hablases de ello". Así que entonces se convirtió en mi propia búsqueda privada.

S.C.: ¿La resistencia de sus padres fortaleció su decisión?

Stamp: Sí, me convirtió de una tetera humeante en una olla a presión. Lo primero que tenía que hacer era irme de casa, y no dejé lo que estaba haciendo. Simplemente continué el trabajo que hacía, viviendo en el West End en Londres.

S.C.: ¿Cuál era su trabajo?

Stamp: Era lo que llaman un visualizador de tipógrafo, que creo que ya no hay, pero son los tipos en publicidad que diseñan anuncios y lo ponen en papel. Tuve mucho éxito, ganaba bastante dinero, y era fácil decir ese tipo de mentiras. Pero pronto me di cuenta de que para ser un actor en esa comunidad inglesa, tenías que asistir a una escuela de teatro establecida, y ese era un gran obstáculo para mí, porque obviamente si asistía a la escuela a tiempo completo no podría trabajar, y no tendría dinero para pagar los gastos. Así que tenía que ganar una beca. Así que hice pruebas en todas las escuelas de teatro y me inscribí en la que me ofreció una beca, la Webber Douglas Academy.

S.C.: ¿Qué hizo que siguiese queriendo actuar incluso después de descubrir que Gary Cooper solo fingía vivir todas esas aventuras?

Stamp: Supongo que lo que movió toda la fantasía hacia la realidad fue cuando vi al gran James Dean en Al este del Edén, y quedé impresionado. Antes de eso, la gente a la que admiraba, como Cooper y Cary Grant y Errol Flynn, eran heróicos, más grandes que la vida. Realmente no podías aspirar a ser como ellos, y la realidad de eso mantuvo mi fantasía a la distancia de un brazo. Pero cuando vi a James Dean, mi sentimiento fue: "así es como me siento. Me siento como él, pero ahí está haciéndolo". Eso creó un chispazo que conectó los cables, y ahí es cuando comencé a pensar: "Realmente puedo hacerlo, esto no necesita ser algo sobre lo que solamente sueño".

S.C.: Usted ha interpretado muchos papeles y muy diferentes. ¿Hay alguno del que se sienta particularmente orgulloso?

Stamp: Creo que Priscilla fue verdaderamente la película más divertida que jamás he intepretado. Pero por supuesto fue una diversión increible ir a Hollywood por primera vez y trabajar con William Wyler [en El coleccionista, en 1963]. Esa es una ocasión memorable inusual. Y también mi primera película [La fragata infernal, 1962], fui descubierto por Peter Ustinov y me dieron la oportunidad de interpretar al personaje protagonista de la novela de Melville. Eso fue increíble.
No soy uno de esos actores que piensa sobre los papeles que le gustaría hacer. Acepto cosas que encuentro interesantes, que me dan algo de fibra interna. Por ejemplo, cuando apareció lo de Steve Martin pensé: "De acuerdo, puedo ser el Dean Martin del Jerry Lewis de Eddie Murphy". Siempre busco cosas que tengan un giro de diversión.

S.C.: Entonces debió de tener una reacción bastante particular cuando leyó por primera vez Priscilla, reina del desierto, que le pedía que se pasara toda la película con ropa de mujer.

Stamp: Cuando llegó el guión de Priscilla tenía tanto miedo sobre todo el proyecto que hizo que dejase de apreciar lo bueno que era. Tuve una reacción muy violenta. Pero todo el mundo con el que hablaba decía: "Suena maravilloso, estarías genial haciéndolo". Pensé que era una conspiración para volverme loco. Pero por supuesto, una vez que comprendí que se suponía que era una cosa tonta -nunca había hecho algo tan tonto- y una vez que comencé a hacerlo, entonces me dió mucha libertad personal y creativa.

S.C.: Me encantan las películas de Superman, especialmente Superman II, en la cual usted desata un reinado de terror como el general Zod. Le molesta que a pesar de su distinguido panteón de películas serias, papeles como el general Zod son los que quedan entre tanta gente?

Stamp: No, es algo generacional, en realidad. La gente a la que le gusta las películas en las que he estado encajan basicamente en tres categorías. Los de mi generación, a los que les gustan las películas que hice con Ustinov y Wyler y Fellini y Pasolini. Y luego están esos chicos que quizás la primera película que vieron fue Superman I, por ejemplo. Y luego la nueva generación que me vieron por primera vez en Priscilla, reina del desierto. Así que es una cosa de la edad, realmente.

S.C.: Entre Superman, Alien Nación y ahora Star Wars, ha realizado muchas películas de ciencia ficción y fantasía. ¿Tiene alguna afinidad especial por el género?

Stamp: De niño, siempre me gustaron los libros de ciencia ficción. Me reservaba historias de ciencia ficción que pensaba que eran maravillosas. Tenía una pequeña colección de novelas de ciencia ficción que realmente me gustaban que leía y releía de niño. Y siempre pense el cine era un buen medio para la ciencia ficción. Habiendo dicho esto, también hay que decir que no hay muchas buenas películas de ciencia ficción. Pero soy siempre optimista, así que sonrío favorablemente cuando recibo un guión de ciencia ficción. Siempre espero que me darán un Blade Runner.

S.C.: ¿Qué opina de todo este interés por Star Wars?

Stamp: Mucha gente quedó impactado por Star Wars en sus años formativos y tuvieron su primera experiencia cinematográfica con ella. Aparte del hecho de que era una película brillante de ciencia ficción -eso por descontado- era acerca de algo. La mayoría de las películas representan lo que no es la vida: hablan de todos los aspectos negativos de la existencia humana. Hay muchas películas técnicamente maravillosas, pero no las dejas con un sentimiento duradero de optimismo, porque no están unidas a algún tipo de filosofía que anime.
Pero está esto de la Fuerza, que alude al hecho de que el individuo está en posesión de un poder universal que de algún modo está por encima de todas las diferencias que parecemos tener como individuos. Está esta Fuerza universal de la que todos formamos parte. Es optimista, de verdad.

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