Creo que lo que sucede en un proyecto como "La guerra de las galaxias" es que te enamoras de los personajes, te enamoras del entorno. Es como el hogar... hay amigos ahí. Así que siempre va a haber un deseo por mi parte de volver otra vez al hogar, para estar de nuevo con mis amigos.
Estas son palabras de George Lucas, pero bien podrían aplicarse al caso de cada uno de
nosotros. Quedamos cautivados por su historia, simpatizábamos con sus personajes e incluso nos
sentíamos identificados con alguno, visualmente nos asombraba, el sonido nos arrastraba; en
definitiva, se nos presentaba una galaxia tan "real" que la sentíamos muy, muy cercana.
"La guerra de las galaxias" fue más que una simple película de entretenimiento. Supuso un
impacto muy grande en la vida de muchas personas. Tras ver la película definieron o reorientaron
su trayectoria personal y profesional, especialmente hacia el campo artístico, ya que al verla
supieron que querían dedicarse a hacer eso que les había "llegado" tan profundo.
Pero aquí no vamos a hablar de estos profesionales que han acabado haciendo sus propios
proyectos más o menos personales, sino de otro fenómeno muy distinto. Inspirados por la obra
original, algunos aficionados dan rienda suelta a su creatividad realizando, por medio de la
expresión artística, un homenaje.
Este fenómeno no es nuevo, antes bien, es tan antiguo como el ser humano. Ya desde la
tradición oral, con la obra sin concepto de autor, se añadían, ampliaban, o eliminaban partes
al gusto del narrador o de la audiencia. Ha habido relatos apócrifos protagonizados por
personajes de la Biblia. Pintores, músicos y escritores se han inspirado para la temática
mutuamente a través de sus obras. Incluso la falsa continuación denominada "El Quijote de
Avellaneda" hizo que Cervantes acelerase el ritmo de trabajo para publicar la segunda parte
de la obra maestra.
Con "La guerra de las galaxias" nos encontramos desde el primer día con el niño que vuelve
del cine emocionado y en cuanto llega a casa coge papel y rotuladores para plasmar los
personajes y la acción que más le habían impresionado, al igual que el actual artista de
comics Scott Campbell cuando tenía cinco años.
Si exceptuamos los dibujos publicados en la sección de correo del lector de los comics de
"Star Wars" y las ilustraciones de los fanzines dedicados a la saga, estos ejercicios de
estudiantes de arte, bocetos en un margen del libro de texto o dibujos "por que sí", no
alcanzaron un amplio alcance hasta hace pocos años.
Seguimos en 1977, y un estudiante de cine llamado Ernie Fosselius cogió su cámara de 16 mm.
Se le había ocurrido "Hardware Wars", la primera gran parodia de la película del momento. El
supuesto trailer anunciador -de 11 minutos de duración- de una nueva película nos mostraba,
al ritmo de la "Cabalgata de las Valquirias" cómo Fluke Starbucker, Ham Salad y Augie Ben
Doggie intentan rescatar a la princesa Anne Droid de las garras de un malvado Imperio cuyas
naves son electrodomésticos y que tiene un líder muy, muy malo llamado Darph Nader, al que no
se le entiende cuando habla. Dos décadas más tarde, coincidiendo con la Edición Especial de la
trilogía se reestrenó esta parodia que posteriormente se editaría en DVD y contaría con línea
de merchandising. LucasFilm ltd. no sólo no les impide ganar dinero, sino que George Lucas ha
reconocido en diversas ocasiones que es su parodia favorita.
Peor suerte corría por aquel entonces el llamado fan fiction, los relatos literarios que
escribían los aficionados en los que imaginaban nuevas aventuras, desarrollaban datos
mencionados por encima en los diálogos de las películas o incluso describían encuentros
entre personajes de la galaxia de SW y de otros ficticios universos. Su repercusión era mínima,
teniendo suerte si aparecían publicados en alguna revista de fans.
A partir del estreno de "El Retorno del Jedi" se calmó la corriente por unos años. Toda una
generación de niños sólo conocía "Star Wars" por la versión en video -teniendo montones de
películas herederas y deudoras de la saga estrenándose de continuo- y muchos jóvenes crecían,
adquiriendo compromisos personales, laborales, que hacían "olvidarse" de su afición.
Pero a principios de los 90 llegaron dos acontecimientos que revolucionaron el fandom de
"La guerra de las galaxias": el regreso triunfal, con la trilogía de novelas de "Heredero del
Imperio" escrita por Timothy Zahn, éxito de crítica y ventas, y el nacimiento y progresiva
implantación de internet, este gran medio de información y comunicación. Nuevamente creció la
demanda de "Star Wars", ampliándose el material oficial (más novelas, comics, videojuegos y
luego la Edición Especial de la trilogía) y el no oficial, compartido y accesible a nivel
internacional.
La primera obra de culto fue el apócrifo "Episodio III: La caída de la República", historia
atribuida al propio Lucas ¡cuando aún ni siquiera había creado las dos primeras precuelas!.
Pero la estrella sin dudarlo fue Kevin Rubio. Éste profesional del cine y la televisión
revolucionó a los fans quienes aplaudían su cortometraje en las convenciones o aguantaban las
lentas descargas de internet en la época de los modems de 28,8 y 33,6 Kb/s. En "Troops" filmó
con un estilo próximo a la telerrealidad televisiva las incidencias a las que se supuestamente
se enfrenta una patrulla de stormtroopers en Tatooine.
"Troops" impactó de tal manera que incluso fue invitado por Tony Preciado -uno de los
modelistas de la Industrial Light & Magic- para una proyección privada en sus oficinas. Además
este corto le sirvió como excelente carta de presentación. Ha podido desarrollar proyectos de
animación y ciencia ficción para compañías como la MTV, la ABC o la Warner y además ha
guionizado varios comics sobre "La guerra de las galaxias" para Dark Horse.
En el aspecto legal, prácticamente desde el principio, Lucasfilm ltd. se desmarcó de otras
franquicias, y no sólo ofreciendo una casi total de libertad para con su obra (únicamente
perseguirá su uso ofensivo o con ánimo de lucro). El propio George Lucas incluso apoyaría
desde la creación de un concurso anual de fan films hasta iniciativas de carácter discutible
como la "Edición fantasma" del Episodio I.
Ésto llevó a otros a seguir el ejemplo de Kevin Rubio. El avance de la informática estaba
en disposición de facilitar mucho el proceso a los artistas aficionados: programas de edición
de vídeo, de tratamiento de imágenes y de animación democratizaron la situación, poniendo la
técnica al servicio de la idea. E ideas no faltaban.
Aún habiendo trabajos más modestos, hay algunos que han destacado por ser "el más dificil
todavía": un fenomenal resumen de la saga en dibujos animados ("Star Dudes"), historias de
ficción con medios prácticamente profesionales ("Duality"), el primer fan film en español
("Astar Guors: El machaque del Imperio")... Un deseo de superación y de búsqueda de calidad
ha llevado a los artistas a hacer castings (el compositor del genial "Star Wars Gangsta Rap"
eligió al animador del videoclip tras anunciar su búsqueda de candidatos), recaudar donaciones
(como hizo el equipo de "Broken Allegiance" para hacer de su secuela una "superproducción") o
incluso pedir colaboraciones anónimas o de personalidades ("Darth Vader's Psychic Hotline"
cuenta con las voces en off del escritor Kevin J. Anderson y la actriz Claudia Christian).
El alcance del fan fiction y del fan art ha sido siempre mucho menor. A pesar de destacadas
compilaciones de relatos como El Escritorio de
Dagobah (en español), TheForce.Net's
Fanfiction Archive o Fanfix (en inglés)
y sorprendentes ilustraciones como las que encontramos en
Mojo Art o
Star Wars
Fan Art Museum. La mayor iniciativa que se logró fue la organización en una única ocasión
por parte de Wizards of the Coast de un concurso de relato breve-biografía de menos de 80
palabras sobre unos personajes propuestos. Pero es que en la era de lo audiovisual, la gran
estrella es el vídeo.
¿Y cuál es la recompensa? En primer lugar pasar un rato divertido. Al ser preguntado George
Lucas sobre los fans acampados frente al cine semanas antes del estreno de sus películas, éste
declaró que más que por los films, era la "aventura" y la diversión por estar con los amigos.
Hacer fan art es su equivalente creativo. No resulta rentable ni por tiempo ni por dinero,
pero disfruta la gente que lo hace, y se espera que disfrute la gente que lo pueda ver. En
última instancia también queda el deseo de que llegue a alguno de los creativos de "La guerra
de las galaxias", como sincera muestra de agradecimiento por lo que su arte nos ha aportado.
Por ejemplo, la parodia de la supuesta inspiración para crear "Star Wars" realizada por
Joe Nussbaum en "George Lucas in love", disfrutada por el propio director. O la menos conocida
"The Award Showdown", genial obra maestra en claymation (stop-motion con plastilina) que nos
cuenta el enfrentamiento entre Lucas y Spielberg por un galardón. Descubierta a través de la
página web ComingSoon.Net por la colega del director de "Indiana Jones" Kathleen Kennedy, la
enseñó y Amblin se puso en contacto con su autor Josh Meeter para pedirla en video. Su visionado
fue aplaudido por los mismísimos Steven Spielberg, George Lucas, Ron Howard y John Williams.
Joshua Meeter, que la hizo cuando tenía 18 años, es un perfeccionista aspirante a cineasta que
tres años más tarde, y tras hacer una continuación ("The FilmMakers Strike Back"), la está
re-creando para conseguir un acabado aún más profesional (¡¡!!).
El hasta ahora último (y en este caso lamentable) capítulo de la historia del fan art tiene
el nombre de Ghyslain Raza, el "Star Wars Kid". Este chico gordo canadiense se grabó en video
ejecutando unos torpes movimientos con el palo de una escoba como si fuese el sable de luz
doble de Darth Maul. Dos compañeros del instituto le robaron la cinta de vídeo y la distribuyeron
a través de internet. Millones de personas se descargaron el vídeo. Poco después empezaron a
aparecer toda suerte de montajes y remezclas de imágen y sonido.
Se hizo público que Ghyslain había sufrido una depresión causada por ésto, por lo que se
organizó una colecta para comprarle un moderno ordenador -cuyo precio se superó con creces- y
además solicitar a LucasFilm ltd. que le incluya en el Episodio III. Si se cumpliese sería algo
absolutamente inadmisible e injusto, ya que muchos hemos deseado poder participar aún del modo
más insignificante en alguna película de la saga, y hemos sido incomprendidos porque nos
gustaba "La guerra de las galaxias". Tanto como para no ser simplemente un espectador pasivo
y ponernos a dibujar, escribir, dirigir, actuar...
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© S I T H N E T
Reportaje elaborado por Jee-Wan / Maquetación: Coronel Kurtz
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