IDEAS DE ÉXITO: LA GUERRA DE LAS GALAXIAS

Aparecido en el diario de negocios "Expansión" el 14 de agosto de 2002
Artículo de Amaya Guillermo / Enviado por Jee-Wan / Maquetado por Jako.
Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento de los autores.

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IDEAS DE EXITO

 

Ni el mismo George Lucas podía imaginar que la película por la que cobró 150.000 dólares en 1977 iba a convertirse en el germen de un universo de robots, planetas, fans, y sobre todo, de una poderosa máquina de márketing, que con el paso de los años está más fuerte que nunca. La guerra de las galaxias es la saga cinematográfica más rentable de la historia del cine.

I.- Que el Márketing te acompañe.

Los directivos de la productora estadounidense 20th Century Fox no olvidarán jamás el año 1975 cuando firmaron, sin mucha convicción, un contrato con un joven director, George Lucas, para rodar una película de ciencia ficción, de la que rechazó los derechos de merchandising. Lucas quedó así como único propietario de los derechos de márketing de La guerra de las galaxias, que lleva más de veinte años gestionando a través de su productora Lucasfilm, nave nodriza de su multimillonario imperio.

La trilogía original de la venerada saga galáctica ha generado hasta ahora cerca de dos mil millones de dólares en taquilla, mientras que su negocio de merchandising ha multiplicado por dos esta cantidad. Lucas, además de un dios para los fanáticos seguidores de Luke Skywalker y Han Solo, se ha convertido en el maestro Jedi del márketing actual.

La primera entrega de la saga La guerra de las galaxias se estrenó en 1977, convirtiéndose en poco tiempo en filosofía de vida para muchos adolescentes: la constante lucha del Bien y el Mal. Los adolescentes que crecieron fascinados por el poder de la Fuerza y enamorados de la princesa Leia son, veinte años después, enloquecidos coleccionistas galácticos.


II.- Muñecos y videojuegos

A finales de los setenta, una de las compañías que primero reaccionó al éxito de la saga fue la juguetera estadounidense Kenner, que firmó un acuerdo con Lucas para vender muñecos articulados con los personajes de la película. Kenner sólo pensaba hacer una serie de doce modelos, y acabó por lanzar 115 figuras hasta 1985, año del estreno de El retorno del Jedi, que saturó a los fans de la saga. Hasta ese momento, sólo E.T. había conseguido desbancar del primer puesto de película más taquillera a la saga galáctica.

Con un descanso de diez años, el auténtico boom de márketing llegó a mitad de los noventa. El anuncio de Lucas de relanzar la trilogía en formato digital y el rodaje de tres nuevas entregas, volvió a abrir la caja de Pandora. En sólo un año, la venta de productos galácticos superó los mil millones de dólares.

PepsiCo se adelantó a Coca-Cola y firmó un contrato con Lucasfilm en 1996 por dos mil millones de dólares para asociar su refresco a las nuevas producciones y promocionar artículos de la saga hasta la última entrega.

Contar en las filas comerciales con el ejército de Jedis es victoria asegurada. El caso de la compañía de juguetes Hasbro lo ratifica. La compañía propietaria de MB posee los derechos para fabricar juguetes y videojuegos de La guerra de las galaxias, y tras el estreno de La amenaza fantasma puso en jaque a su rival Mattel, el fabricante de la muñeca Barbie, que ha visto cómo caía su facturación por no poder competir con la Fuerza del Universo.

El imperio de Lucasfilm todavía tiene recorrido por lo menos hasta 2005, año para el que está previsto el estreno de la última película. Hasta entonces, sus bazas son el lanzamiento de la saga en DVD, nuevas bandas sonoras, más estrenos y una nueva generación de adolescentes fascinados.


III.- El Flash Gordon que surtió efecto

El universo galáctico de Lucas ha calado en todas las esferas sociales. Tanto es así que Ronald Reagan, durante su presidencia decidió denominar La guerra de las galaxias al sistema de defensa espacial estadounidense. Lucas, pacifista declarado, interpuso una demanda a la Casa Blanca que, misteriosamente, perdió.

Las historias intergalácticas de la saga cinematográfica más influyente del género de ciencia ficción remonta sus orígenes a los seriales estadounidenses, especialmente a las aventuras del superhéroe Flash Gordon. De hecho, George Lucas decidió crear su propia película de aventuras estelares tras intentar, sin éxito, llevar al cine las peripecias del personaje de cómic del dibujante Alex Raimond.

Lucas ha reconocido en varias ocasiones que la inspiración más directa de La guerra de las galaxias es la película Kahuki toride no San-Akunin, de Akira Kurosawa. La película de 1958 del cineasta japonés guarda ciertos paralelismos con La guerra de las galaxias: dos soldados, uno alto y otro bajito (como C-3PO y R2-D2), un guerrero samurai, una princesa y un villano, sólo que Lucas trasladó a sus personajes hasta una galaxia muy lejana.

La primera película comenzó a rodarse en Túnez en 1976 y recibió seis estatuillas de la academia de Hollywood, entre ellas la de efectos especiales.

El cuidado de los efectos se han intensificado en las dos últimas películas, los episodios I y II de la saga, para muchos seguidores en detrimento de la trama. La factoría de efectos es Industrial Light & Magic, una de las ramificaciones del imperio Lucasfilm, por la que ha pasado cada uno de los planos digitales de La amenaza fantasma y El ataque de los clones, y que continuará sorprendiendo en la próxima entrega.

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Aparecido en el diario de negocios "Expansión" el 14 de agosto de 2002
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